Arquitectura
Construcción
Técnicas tradicionales para construir edificios sostenibles hoy
La arquitectura contemporánea puede ser más sostenible poniendo en práctica técnicas de toda la vida.
Algunas construcciones antiguas funcionaban de manera eficiente con el entorno y se servían de sencillos e intuitivos mecanismos de aprovechamiento energético, como la orientación de fachadas o el uso de aljibes para almacenar el agua de lluvia. Más allá de la domótica y de la tecnología, la arquitectura tradicional integraba también en las viviendas recursos de una verdadera casa inteligente; sencillas estrategias bioclimáticas que hoy se usan cada vez más en la construcción de viviendas.
Ventilación cruzada: la climatización natural con coste cero. La ventilación cruzada es una estrategia tradicional utilizada para evitar el sobrecalentamiento de las casas. Este sistema de refrigeración actúa de dos maneras: por un lado, sustituye el aire interior del edificio, renovándolo; por el otro, mueve el de dentro sin renovación. ¿Resultado? Se reduce la sensación térmica en el interior.
La ventilación se produce cuando hay diferencias de presión entre el interior y el exterior; por tanto, mejorará abriendo diversos huecos en fachadas opuestas, para que las diferencias de presión sean mayores. Conviene analizar la distribución de los huecos de fachada y mirar si interesa construir otros; mejor de tamaños diferentes para modificar la velocidad del aire.
La ventilación se produce cuando hay diferencias de presión entre el interior y el exterior; por tanto, mejorará abriendo diversos huecos en fachadas opuestas, para que las diferencias de presión sean mayores. Conviene analizar la distribución de los huecos de fachada y mirar si interesa construir otros; mejor de tamaños diferentes para modificar la velocidad del aire.
El aire caliente tiende a situarse en las capas superiores. La mejor estrategia para provocar la ventilación cruzada es abrir huecos en la cubierta.
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El volumen. La forma óptima de una vivienda será aquella que tenga un menor índice de pérdidas térmicas en invierno y de ganancias térmicas en verano. Existen soluciones para cada tipo de clima y región.
En regiones frías con un diseño compacto se disminuye la superficie de fachada en contacto con el exterior, sobre todo en orientaciones que no reciben soleamiento o muy expuestas a los vientos. En la arquitectura tradicional, a veces incluso se recurre a enterrar parte del edificio o a aumentar la resistencia térmica de estas fachadas. Para el resto de caras exteriores de la vivienda, lo mejor es aprovechar la radiación solar abriendo grandes huecos.
En regiones frías con un diseño compacto se disminuye la superficie de fachada en contacto con el exterior, sobre todo en orientaciones que no reciben soleamiento o muy expuestas a los vientos. En la arquitectura tradicional, a veces incluso se recurre a enterrar parte del edificio o a aumentar la resistencia térmica de estas fachadas. Para el resto de caras exteriores de la vivienda, lo mejor es aprovechar la radiación solar abriendo grandes huecos.
En climas muy cálidos y secos se disminuye la superficie de fachada en contacto con el exterior en las orientaciones más expuestas al sol. Tomando como ejemplo las casas populares andaluzas, lo mejor es recurrir a la creación de patios interiores con vegetación, generando de este modo un microclima agradable y fresco para el verano y protegido en invierno.
En los climas cálidos y húmedos se deben construir edificios con volúmenes muy abiertos que permitan la ventilación cruzada. Las edificaciones alargadas, y orientadas con un eje este-oeste, son las que mejor funcionan. Además es recomendable elevar el edificio con respecto al terreno.
Optimizar fachadas. La fachada gestiona el aprovechamiento o la protección de la radiación solar, la iluminación natural y la ventilación. En climas fríos, unos grandes ventanales (con doble o triple vidrio) en la cara exterior de la fachada permitirán la entrada de radiación solar e impedirán la fuga del calor interior. En el norte de España es común encontrar miradores acristalados, pues potencian la captación solar y generan un espacio muy confortable durante el invierno.
En los climas cálidos, en cambio, la sombra es el objetivo. Los huecos deben protegerse para evitar la entrada de radiación solar y el efecto invernadero. Además se han de colocar las ventanas en la cara interior de la fachada.
Las marquesinas, pérgolas, toldos, persianas venecianas, contraventanas, mallorquinas, fraileros o celosías, son elementos constructivos que han sobrevivido al paso del tiempo por su relevante función en el comportamiento térmico de una vivienda. Las típicas persianas enrollables de madera, que se pueden ver en muchos balcones de nuestras ciudades y pueblos, impiden la entrada del sol en verano y, colgadas por fuera de los balcones, facilitan el paso de aire fresco hacia el interior.
Los fraileros de madera con lamas orientables, además de controlar la cantidad de radiación solar en invierno crean una cámara de aire entre el exterior y la ventana que reduce las pérdidas de calor.
La celosías han sido utilizadas desde siempre para tamizar la luz y preservar la intimidad, generando espacios ventilados, protegidos del sol e iluminados de forma natural.
En la tradición mediterránea los porches son los protagonistas de los espacios exteriores. Materiales como las cañas, unas telas, el esparto o sencillamente vegetación natural, son soluciones que evitan el sobrecalentamiento del interior.
El color de los materiales. En la arquitectura tradicional el color se usa para mejorar el comportamiento térmico de las viviendas. Cuando la luz solar incide sobre una superficie es absorbida o reflejada dependiendo del color. Así, una superficie blanca refleja todos los colores, mientras que una negra absorbe toda la luz y, por tanto, el calor. Una cubierta clara frente a una oscura puede reducir la absorción de calor en un 50 %.
La cubierta como elemento de ahorro energético. Una cubierta vegetal o ecológica incrementa el aislamiento del edificio y absorbe CO2. En los países nórdicos se utilizan desde siempre. Eliminan el ruido, retienen el polvo y las sustancias contaminantes en la capa vegetal, protegiendo de la radiación solar.
Características, instalación e inconvenientes de las cubiertas verdes
Características, instalación e inconvenientes de las cubiertas verdes
En climas cálidos, lo más recomendable es dejar una cámara de aire entre la cubierta y la zona habitable, para evitar un calentamiento excesivo.
Utilizar materiales ecológicos y de la zona. Para una casa sostenible lo mejor son materiales duraderos, reutilizables y que procedan la zona donde se va a construir la vivienda porque su huella ecológica e impacto ambiental será menor.
Con respecto a los materiales para aislamiento, lo mejor es el corcho, la celulosa o las fibras vegetales (bambú, coco o paja) mezcladas con cemento.
Cómo conseguir el mejor aislamiento térmico en casa
Con respecto a los materiales para aislamiento, lo mejor es el corcho, la celulosa o las fibras vegetales (bambú, coco o paja) mezcladas con cemento.
Cómo conseguir el mejor aislamiento térmico en casa
Integrar elementos vegetales en los espacios exteriores. Las zonas verdes ayudan a crear un entorno más saludable. En una casa con jardín, lo mejor es que los árboles sean autóctonos y de hoja caduca para dar sombra en verano y dejar parar el sol y la luz en invierno. Si la vivienda tiene un patio, un suelo vegetal o de grava ayudará a que no absorba calor y a que retenga el aire fresco de la noche.
Reciclar y reutilizar el agua. En los cortijos andaluces, los aljibes se colocaban cerca de las ramblas y barrancos con el objetivo de recoger y almacenar el agua para su posterior uso. Hoy en día, con técnicas actuales se puede canalizar a un depósito para usarla posteriormente en las cisternas de los inodoros, el lavado de vehículos, el riego o, incluso, en la lavadora y el lavavajillas.
¿Y TÚ?
¿Conoces más estrategias de construcción tradicionales que contribuyan a hacer una vivienda más sostenible? Cuéntanoslo en la sección de comentarios.
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