Entrevistas Houzz
Miguel Milá: "Ahora creo más en la artesanía que nunca"
Con 86 años, este maestro del diseño industrial sigue en activo. Charlamos, en su casa de Esplugues, de su última pieza.
Miguel Milá (Barcelona, 1931) forma parte del incipiente grupo de profesionales que empezaron a dedicarse al diseño industrial en nuestro país, cuando ni siquiera se podía estudiar esta disciplina ni había una industria pujante para la que trabajar. Por ello, paradójicamente, muchas de sus primeras piezas parten de procesos y materiales más artesanos que industriales. Es muy conocido, aparte de por su aristocrático apellido, por lámparas como la TMM y la Cesta. Y es muy posible que, en una ciudad cualquiera, te hayas sentado a descansar en alguno de los bancos de mobiliario urbano que ha diseñado (este es el más conocido).
Nos recibe en su casa familiar, donde también vive una parte del clan Milá, para hablar de su trabajo, su familia y sus últimos proyectos. Aquí le vemos en su taller. Esa misma mañana ha estado montando un mueble en él con su hijo Gonzalo, también diseñador. El taller se encuentra en la parte posterior de la vivienda: una gran finca con jardín en Esplugues de Llobregat (cerca de Barcelona) que alberga hasta cinco casas más y donde habita una parte considerable de los Milá.
A Miguel le gusta mucho trabajar con las manos, no entiende el diseño industrial sin un trabajo artesanal detrás. “Perdonad el desorden”, se excusa al abrir la puerta del taller. Ciertamente, lo del orden es algo con unos estándares muy variables de persona a persona, como podemos apreciar en esta escrupulosa colocación de las herramientas.
Algunos de tus diseños de entre los años cincuenta y setenta, tienen una estética sorprendentemente actual. Se han convertido en clásicos. ¿A qué crees que se debe? “Cuando diseño una pieza, no la considero terminada hasta que no me emociona a mí estéticamente y la doy por bien resuelta. Lo más importante es que funcione bien, pero también es indispensable que emocione estéticamente. Aunque puede ocurrir, por otro lado, que objetos que de entrada no pretenden emocionar formalmente, como ocurre con las herramientas, atiendan tan bien a su función que esto se convierta en algo que asimismo emocione”.
Ideas para manitas: Cómo y dónde montar un taller en casa
Algunos de tus diseños de entre los años cincuenta y setenta, tienen una estética sorprendentemente actual. Se han convertido en clásicos. ¿A qué crees que se debe? “Cuando diseño una pieza, no la considero terminada hasta que no me emociona a mí estéticamente y la doy por bien resuelta. Lo más importante es que funcione bien, pero también es indispensable que emocione estéticamente. Aunque puede ocurrir, por otro lado, que objetos que de entrada no pretenden emocionar formalmente, como ocurre con las herramientas, atiendan tan bien a su función que esto se convierta en algo que asimismo emocione”.
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¿Y qué ha de tener un diseño para que se convierta en un clásico?
“Una vez le preguntaron al torero El Guerra:
- Maestro, ¿qué es lo clásico?
Y él contestó:
- Lo clásico es aquello que no se puede hacer mejor.
Estoy totalmente de acuerdo. Si un diseño lo vas ajustando y apurando hasta que llega un momento en el que es imposible hacerlo mejor, tiene muchas posibilidades de convertirse en clásico. Hay que hacer un gran esfuerzo para que aquello sea inmejorable o, al menos, difícilmente mejorable”.
Si quieres saber más sobre Miguel Milá y sus diseños, no te pierdas este reciente documental
“Una vez le preguntaron al torero El Guerra:
- Maestro, ¿qué es lo clásico?
Y él contestó:
- Lo clásico es aquello que no se puede hacer mejor.
Estoy totalmente de acuerdo. Si un diseño lo vas ajustando y apurando hasta que llega un momento en el que es imposible hacerlo mejor, tiene muchas posibilidades de convertirse en clásico. Hay que hacer un gran esfuerzo para que aquello sea inmejorable o, al menos, difícilmente mejorable”.
Si quieres saber más sobre Miguel Milá y sus diseños, no te pierdas este reciente documental
Eres un gran defensor de los procesos artesanos pero te dedicas al diseño industrial, ¿cómo se produce la simultaneidad de estos dos mundos en tu trabajo?
“Muchos de mis diseños han sido desarrollados en colaboración con artesanos. Por ejemplo, las primeras versiones de la lámpara TMM las hice yo mismo con un herrero que había cerca de donde tenía el estudio. Todo producto empieza artesanalmente ya que es así como se hacen los primeros prototipos. El diseñador está obligado a ser artesano, yo he aprendido mucho de ellos. Es una cuestión que para mí es súper importante.
Precisamente ahora creo más en la artesanía que nunca, porque me parece que puede ser más creativa y progresista. Es más flexible, permite ir perfeccionando un diseño cuando se va avanzando y se hace necesario que cumpla más exactamente con su función. Sin embargo, una producción industrial te ata. No te permite introducir cambios o pequeñas mejoras, o no al menos con tanta facilidad”.
Haz clic aquí para leer un artículo sobre la lámpara TMM
“Muchos de mis diseños han sido desarrollados en colaboración con artesanos. Por ejemplo, las primeras versiones de la lámpara TMM las hice yo mismo con un herrero que había cerca de donde tenía el estudio. Todo producto empieza artesanalmente ya que es así como se hacen los primeros prototipos. El diseñador está obligado a ser artesano, yo he aprendido mucho de ellos. Es una cuestión que para mí es súper importante.
Precisamente ahora creo más en la artesanía que nunca, porque me parece que puede ser más creativa y progresista. Es más flexible, permite ir perfeccionando un diseño cuando se va avanzando y se hace necesario que cumpla más exactamente con su función. Sin embargo, una producción industrial te ata. No te permite introducir cambios o pequeñas mejoras, o no al menos con tanta facilidad”.
Haz clic aquí para leer un artículo sobre la lámpara TMM
La artesanía es un modelo en auge, pero ¿lo es, en particular, en el sector del diseño industrial?
“Sí, está empezando a renacer de nuevo en España. Es una lástima porque se ha abandonado durante mucho tiempo y, en consecuencia, hemos perdido una gran cantidad de productores artesanos por el camino. No les quedó más remedio que vender barato para compensar y poder competir con lo industrial. Y al final, terminaron cerrando, como los que me hacían la estructura original de ratán de la Cesta (en la imagen, uno de los primeros modelos que tiene en su casa). Sin embargo, yo siempre les he dicho que tenían que valorar mucho más lo que hacían. Es ahora cuando por parte de la sociedad ha empezado a valorarse sus procesos mucho más. La industria, incluso, se ha hecho más artesana. Se hace un uso de los procesos industriales de una manera más cercana a la artesanía porque se valora mucho más que antes”.
“Sí, está empezando a renacer de nuevo en España. Es una lástima porque se ha abandonado durante mucho tiempo y, en consecuencia, hemos perdido una gran cantidad de productores artesanos por el camino. No les quedó más remedio que vender barato para compensar y poder competir con lo industrial. Y al final, terminaron cerrando, como los que me hacían la estructura original de ratán de la Cesta (en la imagen, uno de los primeros modelos que tiene en su casa). Sin embargo, yo siempre les he dicho que tenían que valorar mucho más lo que hacían. Es ahora cuando por parte de la sociedad ha empezado a valorarse sus procesos mucho más. La industria, incluso, se ha hecho más artesana. Se hace un uso de los procesos industriales de una manera más cercana a la artesanía porque se valora mucho más que antes”.
¿Cómo definirías tu estilo?
“Yo, como diseñador, me considero conservador progresista porque suelo partir de algo para hacerlo mejor. Nunca rompo con todo para hacerlo de nuevo. Pienso que es importante conservar lo bueno y, a partir de ahí, progresar: corregir y mejorar un producto hasta conseguir algo mejor. Un diseño hecho para impactar no es para mí lo correcto”.
Esta es la lámpara TMM, que resume esta concepción de Miguel a la perfección. Se trata de una pieza que es la mínima expresión de una lámpara y que se enciende tirando del cable.
“Yo, como diseñador, me considero conservador progresista porque suelo partir de algo para hacerlo mejor. Nunca rompo con todo para hacerlo de nuevo. Pienso que es importante conservar lo bueno y, a partir de ahí, progresar: corregir y mejorar un producto hasta conseguir algo mejor. Un diseño hecho para impactar no es para mí lo correcto”.
Esta es la lámpara TMM, que resume esta concepción de Miguel a la perfección. Se trata de una pieza que es la mínima expresión de una lámpara y que se enciende tirando del cable.
Nada que ver entonces con tu tío, Pedro Milá y Camps, quien encargó a Gaudí la construcción de la Casa Milá…
“Del modernismo hay algunas cosas que me gustan porque tienen verdaderamente diseño detrás. Si solo hubiera sido por la forma, no me hubieran interesado nada. De la Pedrera… perdón la Casa Milá, que Pedrera es un insulto popular, ingenioso pero un insulto –se disculpa riendo–, lo que me gusta es que tiene una luz impresionante dentro a pesar de su forma de cueva. Acústicamente, las formas que tiene rebajan el ruido de la calle, tiene unas ventanas inmensas, los patios interiores la llenan de luz… Es una maravilla. Yo no he vivido nunca allí pero me hubiera gustado mucho”.
Aquí vemos, sobre la alfombra, las lámparas Cesta y Cestita en su versión actual realizada con madera curvada.
“Del modernismo hay algunas cosas que me gustan porque tienen verdaderamente diseño detrás. Si solo hubiera sido por la forma, no me hubieran interesado nada. De la Pedrera… perdón la Casa Milá, que Pedrera es un insulto popular, ingenioso pero un insulto –se disculpa riendo–, lo que me gusta es que tiene una luz impresionante dentro a pesar de su forma de cueva. Acústicamente, las formas que tiene rebajan el ruido de la calle, tiene unas ventanas inmensas, los patios interiores la llenan de luz… Es una maravilla. Yo no he vivido nunca allí pero me hubiera gustado mucho”.
Aquí vemos, sobre la alfombra, las lámparas Cesta y Cestita en su versión actual realizada con madera curvada.
“A Gaudí hay que valorarle por su genialidad. No ha habido otro tan loco como él. Aunque mi tío quería hacer algo para lucirse en el Paseo de Gracia –y por eso se lo encargó a Gaudí– yo le defiendo en el resultado final de esta obra. Él evitó una cursilada impresionante que iba a hacer Gaudí, que quería poner unos ángeles en las esquinas y una virgen del Rosario formando una rosa, porque mi tía se llamaba Rosario… Acabaron enfadados pues mi tío dijo que por ahí no pasaba. Yo hubiera hecho igual”.
Descubre los muebles de Barba Corsini para los apartamentos de La Pedrera
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Colaboras a veces con tu hijo Gonzalo, que es también diseñador…
“Sí, hago algunas cosas solo y otras con Gonzalo, como el banco Harpo o el aplique Amigo (abreviación de ‘aplique de Miguel y Gonzalo’). Con él acabo de presentar una silla que hemos hecho para la empresa valenciana Expormim”.
Esta es la nueva silla, se llama Gata y está hecha en ratán. La continuidad de sus formas genera un respaldo con una terminación en asa en la zona superior que permite, gracias también a la ligereza del ratán, trasladarla con gran facilidad.
“Sí, hago algunas cosas solo y otras con Gonzalo, como el banco Harpo o el aplique Amigo (abreviación de ‘aplique de Miguel y Gonzalo’). Con él acabo de presentar una silla que hemos hecho para la empresa valenciana Expormim”.
Esta es la nueva silla, se llama Gata y está hecha en ratán. La continuidad de sus formas genera un respaldo con una terminación en asa en la zona superior que permite, gracias también a la ligereza del ratán, trasladarla con gran facilidad.
Aquí vemos los taburetes Gres, fruto de la misma colaboración. Se trata de una actualización de una pieza de la primera época de Miguel Milá como diseñador ‘pre-industrial’, como a él le gusta definirla.
“En Expormim tienen una forma muy particular de trabajar la caña. Le quitan la capa de encima, una cosa que al principio me horrorizó hasta que entendí por qué lo hacían. Me explicaron que de este modo podían controlar mucho mejor el calibre de las varas. Si se usa la caña con su capa, nunca son igual y resulta difícil ceñirse al diseño original. Pero si se la quitas puedes controlar que el diámetro sea el mismo, por lo que se industrializa un poco sin dejar de ser artesanal. Además, esto permite que pueda pintarse. Hemos tardado tres años en hacer su desarrollo”, explica Miguel.
“En Expormim tienen una forma muy particular de trabajar la caña. Le quitan la capa de encima, una cosa que al principio me horrorizó hasta que entendí por qué lo hacían. Me explicaron que de este modo podían controlar mucho mejor el calibre de las varas. Si se usa la caña con su capa, nunca son igual y resulta difícil ceñirse al diseño original. Pero si se la quitas puedes controlar que el diámetro sea el mismo, por lo que se industrializa un poco sin dejar de ser artesanal. Además, esto permite que pueda pintarse. Hemos tardado tres años en hacer su desarrollo”, explica Miguel.
Cuéntanos sobre esta casa y su entorno, ¿cómo es que vivís aquí una parte tan grande de la familia?
“Esto era un conjunto de tres casas en un mismo terreno que hizo mi bisabuela para sus tres hijas. Se trataba de tres casas sencillas que se hicieron a las afueras de Barcelona, en un monte de un pueblito que se llamaba Esplugues… Mi padre se crió aquí como casa de veraneo. Cuando se venían en verano se despedían de toda la familia en Barcelona, ¡con lo cerca que está! –se ríe. Las diseñó en el siglo XIX el arquitecto Augusto Font, que fue el mismo que hizo la plaza de toros de las Arenas, entre otras muchas obras importantes.
Nosotros vivíamos en Barcelona hasta que en el año 50 mi padre compró las tres casas al resto de herederos y nos alojamos aquí todos. Él solo vivió aquí cinco años pues falleció joven. Fue mi madre quien hizo otras tres casas más en el recinto para el resto de hermanos. También compramos otra casa que hay cerca para otro hermano ¡éramos nueve! Solo dos no viven aquí. Eran casas muy sencillas, no tenían ni lavabos. Al venirnos todos a vivir aquí en los años cincuenta, se hicieron reformas para acondicionarlas”.
“Esto era un conjunto de tres casas en un mismo terreno que hizo mi bisabuela para sus tres hijas. Se trataba de tres casas sencillas que se hicieron a las afueras de Barcelona, en un monte de un pueblito que se llamaba Esplugues… Mi padre se crió aquí como casa de veraneo. Cuando se venían en verano se despedían de toda la familia en Barcelona, ¡con lo cerca que está! –se ríe. Las diseñó en el siglo XIX el arquitecto Augusto Font, que fue el mismo que hizo la plaza de toros de las Arenas, entre otras muchas obras importantes.
Nosotros vivíamos en Barcelona hasta que en el año 50 mi padre compró las tres casas al resto de herederos y nos alojamos aquí todos. Él solo vivió aquí cinco años pues falleció joven. Fue mi madre quien hizo otras tres casas más en el recinto para el resto de hermanos. También compramos otra casa que hay cerca para otro hermano ¡éramos nueve! Solo dos no viven aquí. Eran casas muy sencillas, no tenían ni lavabos. Al venirnos todos a vivir aquí en los años cincuenta, se hicieron reformas para acondicionarlas”.
Tiene elementos y mobiliario de muy diversas épocas, ¿de dónde proceden?
“En esta casa hay un montón de objetos de herencia familiar. Los muebles modernistas del salón (en la imagen) los tenía mi madre en un almacén porque no le gustaba el modernismo. Le pregunté si me los daba y lo hizo encantada. También tenemos dos cómodas estilo Carlos IV, herencia de mi madre; son las mejores piezas de la casa. Una librería que hay en el comedor se la compré a una prima mía, que se cambió de piso y lo vendía todo”.
Cómo elegir con criterio una antigüedad para nuestra casa
“En esta casa hay un montón de objetos de herencia familiar. Los muebles modernistas del salón (en la imagen) los tenía mi madre en un almacén porque no le gustaba el modernismo. Le pregunté si me los daba y lo hizo encantada. También tenemos dos cómodas estilo Carlos IV, herencia de mi madre; son las mejores piezas de la casa. Una librería que hay en el comedor se la compré a una prima mía, que se cambió de piso y lo vendía todo”.
Cómo elegir con criterio una antigüedad para nuestra casa
“Luego hay objetos de diferentes épocas. La mesa de centro y el sofá negro de piel son diseños míos que hice para el Museo Reina Sofía. Hay múltiples versiones de mis bancos y de la lámpara TMM por toda la casa, con todas las mejoras que ha ido acumulando. También tenemos obras de arte de Xavier Corberó, Guinovart, Chillida y de mi hijo Lucas, que es artista, entre otros”.
“Esta lámpara es como unas que están también en la casa del Park Güell. Se la compré a la misma prima que la librería. Tenía unos colgantes que estaban muy deteriorados y se los quitamos. Es una lámpara mixta de gas y electricidad, data de 1880 más o menos”.
En este rincón del salón se encuentra un modelo original del taburete recién actualizado para Expormim.
Y fuera está tu moto, eres bien conocido por ir siempre en ella.
“Cuando me dicen: ¿Pero no tienes miedo de ir en moto? Les digo: Sí, desde los 18 años”, se ríe.
CUÉNTANOS…
¿Conocías a Miguel Milá? ¿Cuál diseño suyo es tu favorito? Comparte tu opinión con nosotros en los comentarios
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