Arquitectura
¿Qué son… las casas pasivas?
Tres profesionales cuentan cómo las casas pasivas proporcionan un alto nivel de confort y consumo mínimo de energía.
Los crecientes costes energéticos y la consiguiente factura al medio ambiente están haciendo que cada vez más gente tome conciencia de la necesidad de reducir el consumo energético en sus casas. Es ahí donde entran en juego las denominadas casas pasivas, también conocidas como Passivhaus, surgidas en Alemania en los años 90. Más allá de complejas normativas y mediciones, la principal característica de una casa pasiva es el consumo casi nulo de energía para calefacción o aire acondicionado, sin que por ello se resienta el nivel de confort dentro de la misma. Tres expertos en el tema explican las claves para conseguirlo.
Expertos consultados:
Daniel Diedrich, CEO de DMDV Arquitectos y director de Cenergetica
Rosa Vilarasau, cofundadora de Noem
Ander Echebarría, director técnico y comercial de 100x100 madera
Expertos consultados:
Daniel Diedrich, CEO de DMDV Arquitectos y director de Cenergetica
Rosa Vilarasau, cofundadora de Noem
Ander Echebarría, director técnico y comercial de 100x100 madera
¿Qué ventajas ofrece una passivhauss?
El principal objetivo de una casa pasiva consiste en combinar un elevado grado de confort en el interior de la vivienda con un consumo de energía muy bajo y un precio asequible, que permita amortizar la inversión en un plazo de tiempo corto.
“Una casa pasiva ofrece un alto grado de confort interior, con una uniformidad casi absoluta de temperaturas en todas las estancias del edificio, así como un ahorro energético en calefacción y refrigeración de hasta el 90 % con respecto a viviendas convencionales”, asegura Diedrich.
“Esto se consigue básicamente optimizando la envolvente del edificio y utilizando un sistema de ventilación controlada de doble flujo de alta eficiencia”, afirma Vilarasau. A esto, Ander Echebarría añade otra cuestión a tener en cuenta: “una orientación bioclimática que permita que en invierno el sol –más bajo– caliente la vivienda y que al mismo tiempo tenga la menor incidencia en ella en verano, mediante una protección adecuada”.
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El principal objetivo de una casa pasiva consiste en combinar un elevado grado de confort en el interior de la vivienda con un consumo de energía muy bajo y un precio asequible, que permita amortizar la inversión en un plazo de tiempo corto.
“Una casa pasiva ofrece un alto grado de confort interior, con una uniformidad casi absoluta de temperaturas en todas las estancias del edificio, así como un ahorro energético en calefacción y refrigeración de hasta el 90 % con respecto a viviendas convencionales”, asegura Diedrich.
“Esto se consigue básicamente optimizando la envolvente del edificio y utilizando un sistema de ventilación controlada de doble flujo de alta eficiencia”, afirma Vilarasau. A esto, Ander Echebarría añade otra cuestión a tener en cuenta: “una orientación bioclimática que permita que en invierno el sol –más bajo– caliente la vivienda y que al mismo tiempo tenga la menor incidencia en ella en verano, mediante una protección adecuada”.
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Planificación y diseño de una casa pasiva
El primer paso, según explican estos tres expertos, es llevar a cabo un detallado análisis del emplazamiento de la vivienda y su diseño.
“La distribución de la casa dependerá siempre del sitio donde se vaya a construir, aunque en general se aconseja que las salas donde estemos la mayoría del tiempo se sitúen en el sur; dejando la cocina y baños en el norte. Además, deberá sacar el máximo partido de la luz solar para reducir el uso de iluminación artificial. La vegetación alrededor puede ser utilizada con eficacia en todo el hogar para reducir el consumo de energía. Si plantamos árboles de hoja caduca en el lado sur de la casa, bloquearán los rayos del sol durante los meses más cálidos y perderán sus hojas durante los meses más fríos, lo que permitirá la entrada de luz solar en esta otra época del año”, apunta Echebarría al respecto.
El primer paso, según explican estos tres expertos, es llevar a cabo un detallado análisis del emplazamiento de la vivienda y su diseño.
“La distribución de la casa dependerá siempre del sitio donde se vaya a construir, aunque en general se aconseja que las salas donde estemos la mayoría del tiempo se sitúen en el sur; dejando la cocina y baños en el norte. Además, deberá sacar el máximo partido de la luz solar para reducir el uso de iluminación artificial. La vegetación alrededor puede ser utilizada con eficacia en todo el hogar para reducir el consumo de energía. Si plantamos árboles de hoja caduca en el lado sur de la casa, bloquearán los rayos del sol durante los meses más cálidos y perderán sus hojas durante los meses más fríos, lo que permitirá la entrada de luz solar en esta otra época del año”, apunta Echebarría al respecto.
Cómo se aísla una casa pasiva
Una de las cuestiones clave al diseñar una vivienda pasiva es proporcionarle el mejor aislamiento.
“Gracias a un espesor considerable de aislamiento térmico –en este caso natural, de celulosa o fibra de madera–, las casas pasivas sufren una pérdida de calor muy pequeña. En ellas, el calor humano, los aparatos electrodomésticos y la iluminación funcionan como radiadores. Aunque este calor resulta generalmente insignificante en edificios que no están bien aislados (o no aislados), en las casas pasivas adquiere un valor relevante”, explica Ander Echebarría.
“La reducción al mínimo posible de los puentes térmicos y de las infiltraciones de aire se hace mediante una construcción de la envolvente lo más continua y estanca posible al paso de aire”, añade Daniel Diedrich.
“Usar madera como elemento constructivo ayuda: su estructura celular proporciona un aislamiento térmico excelente, 15 veces mejor que el hormigón, 400 veces mejor que el acero y 1.770 veces mejor que el aluminio. Un tablero de madera de 2,5 cm tiene mejor resistencia térmica que una pared de ladrillo de 11,4 cm. De este modo, se consigue muy fácilmente una envolvente con buenas prestaciones”, puntualiza Vilarasau.
Cómo conseguir el mejor aislamiento térmico en casa según 3 expertos
Una de las cuestiones clave al diseñar una vivienda pasiva es proporcionarle el mejor aislamiento.
“Gracias a un espesor considerable de aislamiento térmico –en este caso natural, de celulosa o fibra de madera–, las casas pasivas sufren una pérdida de calor muy pequeña. En ellas, el calor humano, los aparatos electrodomésticos y la iluminación funcionan como radiadores. Aunque este calor resulta generalmente insignificante en edificios que no están bien aislados (o no aislados), en las casas pasivas adquiere un valor relevante”, explica Ander Echebarría.
“La reducción al mínimo posible de los puentes térmicos y de las infiltraciones de aire se hace mediante una construcción de la envolvente lo más continua y estanca posible al paso de aire”, añade Daniel Diedrich.
“Usar madera como elemento constructivo ayuda: su estructura celular proporciona un aislamiento térmico excelente, 15 veces mejor que el hormigón, 400 veces mejor que el acero y 1.770 veces mejor que el aluminio. Un tablero de madera de 2,5 cm tiene mejor resistencia térmica que una pared de ladrillo de 11,4 cm. De este modo, se consigue muy fácilmente una envolvente con buenas prestaciones”, puntualiza Vilarasau.
Cómo conseguir el mejor aislamiento térmico en casa según 3 expertos
Cerramientos eficientes en las casas pasivas
Las puertas y ventanas son, desde un punto de vista térmico, una de las partes más débiles en una construcción, pues son una fuente importante de pérdidas de calor o frío. Por otra parte, el empleo de ventanas de gran tamaño deja penetrar más calor y luz natural y facilita el calentamiento del edificio.
Ventanas con vidrios y carpinterías con baja transmitancia térmica y con ganancias solares estudiadas resultan vitales, según Diedrich, que sobre cuáles son los mejores materiales opina que “no existen mejores ni peores materiales, porque la elección depende de sus propiedades y del sistema constructivo que se plantee frente a las condiciones exteriores o interiores que haya que satisfacer”.
Sin embargo, Echebarría asegura que “es mejor optar por soluciones sostenibles como, por ejemplo, las ventanas de madera laminada con triple acristalamiento, doble tratamiento bajo-emisivo y gas Argón en las cámaras”. A ello suma que “la orientación es primordial. Una ventana vertical sur es excedente en energía. Se deben maximizar las aberturas hacia el sur, ser razonable con las del este y colocar un mínimo al oeste y norte”.
Las puertas y ventanas son, desde un punto de vista térmico, una de las partes más débiles en una construcción, pues son una fuente importante de pérdidas de calor o frío. Por otra parte, el empleo de ventanas de gran tamaño deja penetrar más calor y luz natural y facilita el calentamiento del edificio.
Ventanas con vidrios y carpinterías con baja transmitancia térmica y con ganancias solares estudiadas resultan vitales, según Diedrich, que sobre cuáles son los mejores materiales opina que “no existen mejores ni peores materiales, porque la elección depende de sus propiedades y del sistema constructivo que se plantee frente a las condiciones exteriores o interiores que haya que satisfacer”.
Sin embargo, Echebarría asegura que “es mejor optar por soluciones sostenibles como, por ejemplo, las ventanas de madera laminada con triple acristalamiento, doble tratamiento bajo-emisivo y gas Argón en las cámaras”. A ello suma que “la orientación es primordial. Una ventana vertical sur es excedente en energía. Se deben maximizar las aberturas hacia el sur, ser razonable con las del este y colocar un mínimo al oeste y norte”.
¿Puedo transformar mi hogar en una casa pasiva?
“Es más difícil disfrutar de las ventajas de una casa pasiva con obra construida pero no es imposible. Se trata de ir sumando materiales, soluciones y estrategias para ir descendiendo el gasto energético a la hora climatizar la vivienda”, opina Rosa Vilarasau.
Coincide con ella Ander Echebarría, quien asegura que, “los criterios no son los mismos en renovación que en obra nueva, dado que se parte de unos materiales existentes que no pueden sustituirse”. Aunque añade que una casa con una clasificación energética F o G puede pasar a ser A tras una rehabilitación.
“De acuerdo al estándar Passivhaus, existe tanto la obra nueva certificada Passivhaus como la rehabilitación EnerPHit certificada, que permite adoptar criterios de rehabilitación pasiva. Se puede rehabilitar con criterios pasivos, si bien las exigencias y las prestaciones, como es obvio, son menores que en el caso de la obra nueva, pero siempre mejores a lo que se tenía de partida, ya que aporta un grado de confort interior más elevado con una reducción de consumo de hasta el 70 %”, apunta Diedrich.
“Es más difícil disfrutar de las ventajas de una casa pasiva con obra construida pero no es imposible. Se trata de ir sumando materiales, soluciones y estrategias para ir descendiendo el gasto energético a la hora climatizar la vivienda”, opina Rosa Vilarasau.
Coincide con ella Ander Echebarría, quien asegura que, “los criterios no son los mismos en renovación que en obra nueva, dado que se parte de unos materiales existentes que no pueden sustituirse”. Aunque añade que una casa con una clasificación energética F o G puede pasar a ser A tras una rehabilitación.
“De acuerdo al estándar Passivhaus, existe tanto la obra nueva certificada Passivhaus como la rehabilitación EnerPHit certificada, que permite adoptar criterios de rehabilitación pasiva. Se puede rehabilitar con criterios pasivos, si bien las exigencias y las prestaciones, como es obvio, son menores que en el caso de la obra nueva, pero siempre mejores a lo que se tenía de partida, ya que aporta un grado de confort interior más elevado con una reducción de consumo de hasta el 70 %”, apunta Diedrich.
Etiqueta energética de las casas pasivas
Puesto que el tema de la eficiencia energética es algo relativamente nuevo, preguntamos a los expertos sobre qué etiqueta alcanzan las casas pasivas. “Una vivienda pasiva con criterios Passivhaus tiene una calificación energética A sin lugar a dudas”, afirma Diedrich.
“La etiqueta A, la mejor calificación que obtiene un edificio en España, exige que el edificio tenga un consumo energético menor que el 55 % de la media de los edificios de esa zona climática. Esto puede significar consumos de 30 a 50 Kw/m2 al año. El estándar de la casa pasiva es más exigente que el de la etiqueta A porque exige que el consumo sea inferior a 15Kw/m2 al año”, dice Vilarasau.
Por último, Echebarría aporta un dato que permite entender rápidamente los beneficios para el bolsillo de una casa de este tipo: “Nuestras oficinas se encuentran en una vivienda pasiva de 150 metros cuadrados y este año hemos tenido un gasto de unos 16 € mensuales en climatización, frente a los 500 € mensuales de los edificios circundantes a los que hemos hecho la consulta. Eso nos ha supuesto un ahorro de más del 90 %”, concluye.
Más secciones de la Revista Houzz España…
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CUÉNTANOS…
¿Conocías el ahorro que supone tener una casa pasiva? ¿Qué es lo que te ha parecido más interesante?
Puesto que el tema de la eficiencia energética es algo relativamente nuevo, preguntamos a los expertos sobre qué etiqueta alcanzan las casas pasivas. “Una vivienda pasiva con criterios Passivhaus tiene una calificación energética A sin lugar a dudas”, afirma Diedrich.
“La etiqueta A, la mejor calificación que obtiene un edificio en España, exige que el edificio tenga un consumo energético menor que el 55 % de la media de los edificios de esa zona climática. Esto puede significar consumos de 30 a 50 Kw/m2 al año. El estándar de la casa pasiva es más exigente que el de la etiqueta A porque exige que el consumo sea inferior a 15Kw/m2 al año”, dice Vilarasau.
Por último, Echebarría aporta un dato que permite entender rápidamente los beneficios para el bolsillo de una casa de este tipo: “Nuestras oficinas se encuentran en una vivienda pasiva de 150 metros cuadrados y este año hemos tenido un gasto de unos 16 € mensuales en climatización, frente a los 500 € mensuales de los edificios circundantes a los que hemos hecho la consulta. Eso nos ha supuesto un ahorro de más del 90 %”, concluye.
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CUÉNTANOS…
¿Conocías el ahorro que supone tener una casa pasiva? ¿Qué es lo que te ha parecido más interesante?
“Una casa pasiva es una construcción en la que se utilizan los recursos de la arquitectura bioclimática en combinación con una eficiencia energética muy superior a la construcción tradicional. El resultado es una vivienda con un consumo energético muy bajo, que ofrece durante todo el año (a diferencia de la construcción tradicional), una temperatura ambiente confortable sin la necesidad de climatización extra”, explica Ander Echebarría, director técnico y comercial de 100x100 madera.
“Conocidas como Passivhaus, se definen con este nombre aquellas construcciones que cumplen con un estándar que nació en Alemania en 1991 y que poco a poco se ha ido extendiendo a nivel mundial, hasta convertirse en la actualidad en uno de los sistemas de construcción sostenibles más valorado dentro del sector. Según el mismo, son casas pasivas las que consumen menos de 15Kw/m2 al año en calefacción-refrigeración de la vivienda”, añade Rosa Vilarasau, cofundadora de Noem.
Daniel Diedrich, CEO de DMDV Arquitectos y director de Cenergetica, firma especializada en certificaciones energéticas, apunta un dato importante que hay que tener en cuenta: “Se siguen unos estándares de modelización y construcción con una serie de requisitos y preceptos de obligado cumplimiento que permiten certificar por un agente externo que la vivienda es pasiva. El estándar más internacional y aceptado es el Passivhaus del Passivhaus Institut alemán”.