Visita privada: Minimalismo radical en un piso en Berlín
Esta vivienda de estilo minimal es, además, el estudio del arquitecto Holgen Schweitzer. Él mismo la ha diseñado y él nos la enseña.
Durante su época de estudiante en la Universidad Libre de Berlín, Holger Schweitzer viajaba mucho y prefería estar a pie de obra antes que pasarse largas horas metido en clase. Como arquitecto y constructor ha trabajado en Australia, Israel y China. Desde hace 40 años se ha establecido en Berlín. En 2011 se compró este edificio de los años sesenta en el barrio de Schöneberg y lo convirtió en la primera casa solo para gays de Berlín. En el quinto piso, que construyó como un añadido por encima del edificio, viven él y su pareja. Junto a la vivienda se encuentra su estudio de arquitectura.
El propio Schweitzer ha diseñado el apartamento del quinto piso; ubicado en la calle Gleditsch. En lugar de instalar techos y suelos nuevos se pulieron y pintaron los que ya había. Las paredes se revocaron y se pintaron de manera rústica dejando el grano de la pintura a la vista. “Las paredes con las superficies al natural iluminadas por la luz son como auténticos cuadros”, dice el arquitecto. Además, él mismo ha diseñado la cocina. El carpintero Alessandro Rizzo la ha fabricado en madera de roble canadiense.
Al fondo se aprecia la impresionante barandilla en acero corten de formas entrelazadas y sinuosas que recuerdan a la gleditsia: una especie de árbol de la familia de las acacias, que debe su nombre al botánico Johann Gottlieb Gleditsch, que, además, da nombre a la calle en la que se encuentra el edificio. Este científico demostró en el s. XVIII la reproducción sexual de las plantas.
Barandilla: Jörg Arras
Al fondo se aprecia la impresionante barandilla en acero corten de formas entrelazadas y sinuosas que recuerdan a la gleditsia: una especie de árbol de la familia de las acacias, que debe su nombre al botánico Johann Gottlieb Gleditsch, que, además, da nombre a la calle en la que se encuentra el edificio. Este científico demostró en el s. XVIII la reproducción sexual de las plantas.
Barandilla: Jörg Arras
En la vivienda predominan los tonos blanco mate. En las botellas de vidrio verde se guardan distintas especias. El arquitecto se compró esta casa en 2011 y la convirtió en la primera comunidad gay de Berlín. Para desarrollar esta idea fundó una sociedad de derecho civil y buscó socios e inversores entre su círculo de amigos y conocidos. Al principio sólo eran cinco personas, pero actualmente ya viven doce en el edificio. El planteamiento inicial no era el de crear un grupo fuera de la sociedad, sino que se trata más bien de un experimento sobre la convivencia dentro de una comunidad especial. “La energía del grupo la encontramos interesante. Es un ensayo. Veremos que nos depara el futuro”, dice Schweitzer.
En el diseño del proyecto, también ha tenido un papel destacado la artista Beate Emanuel, una amiga de la infancia de Schweitzer. Juntos trabajaron los detalles del edificio, como las barandillas de los balcones.
Descubre aquí más fotos de cocinas
En el diseño del proyecto, también ha tenido un papel destacado la artista Beate Emanuel, una amiga de la infancia de Schweitzer. Juntos trabajaron los detalles del edificio, como las barandillas de los balcones.
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El estar se encuentra justo enfrente de la cocina. Ambos espacios conforman uno solo. Están decorados con lo mínimo: dos puf y una estantería a medida en la que se almacena vino y leña para la futura chimenea.
A través de unas puertas correderas se accede al dormitorio (a mano izquierda).
La estructura de la cama es un diseño del arquitecto. El colchón descansa prácticamente sobre el suelo. Salvo unos cuantos focos no hay nada más en toda la habitación.
La estructura de la cama es un diseño del arquitecto. El colchón descansa prácticamente sobre el suelo. Salvo unos cuantos focos no hay nada más en toda la habitación.
Un día cualquiera de Schweitzer está estrictamente organizado. “Me despierto entre las cinco y las siete de la mañana y trabajo una hora en la cama. Es un momento muy productivo para mí. Luego duermo una hora más y me levanto. Trabajo hasta las seis de la tarde y por la noche quedo con clientes y socios”, cuenta.
Visita privada: Descubre aquí la vivienda del diseñador Héctor Serrano
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El baño se encuentra junto a la cocina y enfrente del dormitorio. La encimera del lavabo es de calcedonia: una variedad semipreciosa del cuarzo. El mueble es un diseño del propio arquitecto, que colabora con una cantera berlinesa que produce sus diseños y crea piezas muy originales.
El espejo está empotrado en la pared. Para ello, se ha duplicado el espesor de las paredes mediante plafones de yeso de forma que sólo queda una pequeña junta entre espejo y pared.
Accesorios: Steinberg; Lavabo realizado a medida; Sanitarios: Villeroy & Boch; Grifería: Grohe
El espejo está empotrado en la pared. Para ello, se ha duplicado el espesor de las paredes mediante plafones de yeso de forma que sólo queda una pequeña junta entre espejo y pared.
Accesorios: Steinberg; Lavabo realizado a medida; Sanitarios: Villeroy & Boch; Grifería: Grohe
… se encuentra una ducha a la que se accede por un pequeño desnivel. La idea es que Schweitzer pueda usarla cuando ya sea más mayor y que el acceso sea fácil.
Todos los pomos de las puertas están forrados en piel. Detalles como estos indican la delicadeza y el cuidado con el que se ha planificado el diseño de la casa.
El vestidor, ubicado junto al baño, mide 1,80 x 4,20 m. “Los muebles empotrados y este tipo de vestidores son una solución magnifica para conseguir un espacio diáfano y eficiente”. De esta forma se ahorra en costes de producción, ya que se suprimen los grandes armarios con costosas puertas y que además se comen parte del espacio útil”.
Esta zona funciona como transición entre vivienda y oficina. Del techo cuelga un gran tapiz –que se ilumina de noche– pintado con motivos vegetales del árbol de gleditsia; presente en toda la vivienda.
La habitación de invitados se ubica junto a la oficina. Está pensada para que clientes y huéspedes puedan pasar la noche.
En la oficina de Schweitzer trabajan habitualmente entre tres y cinco empleados. “Antes mi oficina era mucho más grande. Hemos llegado a ser hasta 15 personas, pero ahora con un equipo más pequeño puedo concentrarme en los detalles y no tengo tanta presión”, dice.
“Trabajar desde casa comenzó siendo un experimento. Al principio no estaba seguro si quería vivir y trabajar en el mismo sitio. Me preocupaba el hecho de que reunir a los socios y amigos en casa implicara reducir mi vida social a un solo lugar. También me inquietaba el hecho de llevarme el trabajo a casa, pero sabía que ahorraría mucho tiempo. Hoy lo encuentro maravilloso. El camino al trabajo me supone tan sólo 12,5 cm, lo que mide el tabique entre mi apartamento y la oficina”, dice irónicamente.
“Trabajar desde casa comenzó siendo un experimento. Al principio no estaba seguro si quería vivir y trabajar en el mismo sitio. Me preocupaba el hecho de que reunir a los socios y amigos en casa implicara reducir mi vida social a un solo lugar. También me inquietaba el hecho de llevarme el trabajo a casa, pero sabía que ahorraría mucho tiempo. Hoy lo encuentro maravilloso. El camino al trabajo me supone tan sólo 12,5 cm, lo que mide el tabique entre mi apartamento y la oficina”, dice irónicamente.
El orden es imprescindible para Schweitzer: “Soy muy perfeccionista. Cuando algo está en su sitio me ayuda a alcanzar la paz interior y a que mi creatividad fluya. Así consigo un sentimiento de total satisfacción”.
Su perra, que se llama ‘Señora Meier’, es el ángel de la oficina. Se pasa las horas tumbada apaciblemente sin decir ni pío.
El jardín del ático ha sido diseñado por el arquitecto y sirve para la gimnasia matutina, como punto de encuentro. Además, es un proyecto abierto, ya que a Schweitzer le gustaría construir una planta más en el edificio. “Creo que los edificios de los 60 en Berlín pueden admitir más altura. Los bloques de viviendas siguen manteniendo la misma altura de antes de la I Guerra Mundial y Berlín necesita soluciones para la densidad de población, cada vez más acuciante. Por ahora, las juntas de distrito se oponen, pero el senado está dispuesto. En 2020 La ciudad necesitará 140.000 nuevas viviendas para 250.000 personas“.
Esta bañera exterior –ubicada en la terraza cubierta– se puede usar también en invierno gracias a una grifería resistente al hielo.
Schweitzer considera que el minimalismo llevado a su máxima expresión permite que se perciba el entorno con mayor claridad. En su opinión, cuantas menos cosas a la vista más vida se ve en ellas. Algo así sucede con el paisaje desde la terraza. Desde ella, al fondo de la imagen, se observa el Gasómetro de Südkreuz.
CUÉNTANOS…
¿Qué te parece esta casa de decoración minimalista en Berlín? Esperamos tus comentarios
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Quien vive aquí: El arquitecto Holger Schweitzer
con su pareja y su perra la ‘Señora Meier’.
Distribución: 80 metros cuadrados de vivienda y otros 80 de oficina
Situación: Schöneberg, Berlín
Para Schweitzer ‘menos es más’. Sus amigos le dicen que es un ‘reduccionista radical’; mote que el arquitecto lleva con orgullo. “No tengo libros, ni cuadros, ni cedes en casa. Para llegar a esta fase de mi vida me he inspirado en mis viajes por África, América, Australia y Oriente. He entendido que no necesito tantas cosas. Es un proceso que ha durado décadas”.
Retrato: Maike Wagner