Visita privada: El amor por el arte de una familia sueca
Los dueños de este majestuoso piso en el centro de Estocolmo son dos fervientes coleccionistas de arte.
Un apasionado interés por el arte da forma a la decoración de la fantástica casa de finales de siglo XIX en el pintoresco barrio de Södermalm, Estocolmo, Suecia. El piso ocupa una plana entera del edificio y la decoración ha ido tomando forma a través de un interesante juego de formas y colores.
El arte es el hilo argumental de la decoración. De hecho, la sala de estar se proyectó pensando en cómo colgar las pinturas preferidas de la familia. Como se ve en esta foto, la estantería está algo más alta de lo que suele ser habitual para dar a las pinturas un lugar preeminente. También se dejó un hueco para enmarcar la gran pieza de Jesper Waldersten que se ve en el centro.
La vivienda, como decimos con muchas obras de arte, destila un estilo elegante y, aunque pueda resultar paradójico, también cómodo y cálido. “Me gustan los interiores brillantes, frescos, pero que parezcan vividos y destilen sensación de calidez”, dice la dueña.
Inicialmente, la pareja pintó todo el piso de blanco, pero hoy en día muchas de las habitaciones presentan tonos apagados en rosa y gris. “Mi marido, Erik, y yo no tenemos los mismos gustos. Él es un poco ‘profesor chiflado’: le gusta un punto oscuro en la decoración, pero generalmente nos ponemos de acuerdo”.
Inicialmente, la pareja pintó todo el piso de blanco, pero hoy en día muchas de las habitaciones presentan tonos apagados en rosa y gris. “Mi marido, Erik, y yo no tenemos los mismos gustos. Él es un poco ‘profesor chiflado’: le gusta un punto oscuro en la decoración, pero generalmente nos ponemos de acuerdo”.
El Chesterfield es de Blocket, el equivalente sueco de Wallapop, eBay o Craigslist, y combina con las paredes rosadas. “Es importante no tomarse la decoración demasiado en serio. Sobre todo, la casa es un lugar para vivir y disfrutar”, cree Karolina.
Con dos niños pequeños, es importante no obsesionarse demasiado con las cosas pequeñas y elegir aquello que pueda resistir bien el trote diario. “La decoración debe ser divertida. Nos gusta experimentar y hacer cosas nosotros mismos”.
Descubre más casas e ideas de decoración en la sección ‘Casas del mundo’ de la Revista Houzz España
Con dos niños pequeños, es importante no obsesionarse demasiado con las cosas pequeñas y elegir aquello que pueda resistir bien el trote diario. “La decoración debe ser divertida. Nos gusta experimentar y hacer cosas nosotros mismos”.
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Karolina y su esposo están interesados en coleccionar y escribir sobre arte y les gusta autorretratarse. Uno de los trabajos de Erik, un retrato del hijo mayor de la pareja, Eliott, cuelga en la sala de estar.
“Tenemos un estudio en Brunnsplan [en el casco antiguo de Estocolmo], donde hemos pintado mucho en el pasado, pero ahora que somos padres de dos niños pequeños, nuestro tiempo libre es escaso”, dice, Karolina riendo.
“Tenemos un estudio en Brunnsplan [en el casco antiguo de Estocolmo], donde hemos pintado mucho en el pasado, pero ahora que somos padres de dos niños pequeños, nuestro tiempo libre es escaso”, dice, Karolina riendo.
A Karolina también le gusta decorar con plantas. Aquí, los zarcillos verdes trepadores parece que actúan a modo de cortinas. “Me gusta la sensación hogareña y vivida que brindan las plantas”.
Que a la familia le apasionan las plantas también es evidente en la cocina, donde un pequeño invernadero contiene una colección de cactus. “Erik encontró el invernadero en una estación de bomberos y le gustó mucho”, dice Karolina. Es tan pesado que tuvimos que reforzar el suelo.
La lámpara es una lámpara Sputnik de Domino Antik, y las sillas son de Stalands.
La lámpara es una lámpara Sputnik de Domino Antik, y las sillas son de Stalands.
El frigorífico de Smeg está entre las dos grandes ventanas. “Para nosotros, con dos niños pequeños, era fundamental tener mucho espacio para congelar alimentos”, dice Karolina.
En la cocina, el protector contra salpicaduras se ha remozado con un alicatado verde que llega hasta el techo. “Es una baldosa británica clásica de The Winchester Tile Company”, dice Karolina.
Los cajones de la cocina son de Ikea, pero los tiradores se han reemplazado por unos más modernos de Superfront.
Los cajones de la cocina son de Ikea, pero los tiradores se han reemplazado por unos más modernos de Superfront.
Erik, que es muy manitas, construyó este singular armario para agregar espacio de almacenaje en el pasillo. Está pintado en un tono azul grisáceo. “Aquí tenemos espacio para ropa de abrigo y zapatos y también para los juguetes de los niños”, dice Karolina.
Junto al armario cuelga una pintura de Alexander Tovborg: uno de los artistas preferidos de Karolina.
Junto al armario cuelga una pintura de Alexander Tovborg: uno de los artistas preferidos de Karolina.
El dormitorio, al igual que casi el resto de las habitaciones, tenía las paredes pintadas de blanco. Ese color nunca la ha terminado de convencer. “Cuando comenzamos a pintarlas de este suave tono gris que tiene ahora, el espacio empezó a cobrar sentido”, dice ella.
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La ropa de cama en tonos pastel, de Midnatt, contrasta con las paredes grises. Los cojines estampados ponen una nota de color. “Me gusta tener muchos cojines porque el dormitorio parece más cómodo y cálido”, dice Karolina.
Al igual que los armarios de la cocina, el aparador vintage del dormitorio se ha remozado con tiradores de Superfront: una forma perfecta de transformar muebles desgastados o aburridos.
En la habitación infantil, las paredes están cubiertas con un papel pintado de algodonosas nubes blancas de la firma Ferm Living.
En una esquina de la habitación, vemos otro de esos proyectos de bricolaje de Erik, que es a la vez un escondrijo y un escenario: un espacio donde los niños se esconden detrás de la cortina en busca de tranquilidad. Banderines y pompones complementan la atmósfera mágica y ponen un punto festivo al espacio.
“A Elliot le encanta actuar y ya nos ha obsequiado con varias actuaciones memorables”, dice, orgullosa, Karolina. Otro ejemplo de la forma en que el arte y la vida se entrelazan en esta acogedora casa pensada para disfrutar en familia.
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¿Qué es lo que más te gusta de esta casa? Esperamos tus comentarios
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Quien vive aquí: la periodista y escritora Karolina Modig, su esposo, Erik Modig, y sus hijos, Elliot y Mio
Situación: Södermalm, Estocolmo
Fotografía: Nadja Endler
Como periodista especializada en decoración, la casa de Karolina está fuertemente influenciada por su interés en la estética.
El arte como parte del hogar, de lo cotidiano, es un concepto por el que Karolina ha apostado fuerte. Incluso, escribió un libro que se publicó en 2015. “En mi libro describo cómo comencé mi colección de arte con un presupuesto limitado. Quiero alentar a los lectores a que se lancen a buscar su propio estilo”, dice.