Un ático 'mutante' y lleno de luz en el Poblenou
A partir de una lista de palabras de los clientes, los arquitectos renovaron este local de 180 m² en Barcelona.
“No convencional. Divertido. Original. Rompedor. Sorprendente. Sobrio. Austero. Versátil. Lúdico. Natural. Vivo. Reversible. Hogar y trabajo”. Esta fue la lista de palabras que el estudio Soto-Lay Architects recibió de sus clientes, Claudia Misteli y su pareja, a modo de peticiones para su nueva casa. Nada menos. El punto de partida era una antigua imprenta con buenas vistas en un edificio industrial de los años 60 que “estaba hecha polvo –apunta la dueña. En la fachada había un hueco tan grande que se veían las chimeneas del Besós a través de él. Dejando a un lado el estado del local, vimos que tenía potencial”, continúa Misteli, que es diseñadora y periodista. Los trabajos para transformar el local en un hogar “flexible y austero” –en palabras de los arquitectos– se prolongaron seis meses.
“Nos hacía ilusión crear un espacio desde cero, como hogar y también para acoger Contrallum, un proyecto encuentros que quiere construir una itinerancia entre paisaje, comunicación, arte, diseño y la cultura”, explica Misteli, a quien vemos en la imagen sentada en la barra que zonifica la cocina.
“La cocina estructura el espacio a partir de un gran mueble-barra. Es totalmente abierto y desde él se domina el resto de ambientes”, explica Lay. Los muebles son de madera. La barra sirve para cocinar, como mesa, librería, almacenaje, todo a la vez, respondiendo a la flexibilidad que domina en la casa.
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“La cocina estructura el espacio a partir de un gran mueble-barra. Es totalmente abierto y desde él se domina el resto de ambientes”, explica Lay. Los muebles son de madera. La barra sirve para cocinar, como mesa, librería, almacenaje, todo a la vez, respondiendo a la flexibilidad que domina en la casa.
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El suelo es de madera de pino gallego en la cota superior; en la inferior, de microcemento. “Se escogió la madera como tarima que eleva el nivel del pavimento para poder tener vistas y en contraste con la dureza industrial del local, de hormigón y mortero”, explica la arquitecta.
Los clientes son grandes aficionados al diseño y coleccionistas de objetos reciclados. “Ellos escogieron las luminarias y mobiliario móvil. El resto, mobiliario fijo e integrado, además de la cama, lo diseñamos nosotros mismos”, confirma Lay.
Los clientes son grandes aficionados al diseño y coleccionistas de objetos reciclados. “Ellos escogieron las luminarias y mobiliario móvil. El resto, mobiliario fijo e integrado, además de la cama, lo diseñamos nosotros mismos”, confirma Lay.
ANTES: uno de los desafíos más grandes del proyecto era la altura de las ventanas. “Normalmente, las ventanas están a 130 cm de altura. Las de este local están a 180 cm porque estaban pensadas para un uso industrial”, explica la propietaria.
La solución fue colocar la tarima de madera, lo cual permitió ganar altura y relacionarse con las ventanas a una escala más humana y recuperar así el contacto con el paisaje urbano. “La altura de la tarima es la misma que una silla [45 cm], lo que nos permite utilizarla para sentarnos cuando se usa el espacio central como auditorio para eventos”, comparte Misteli.
La solución fue colocar la tarima de madera, lo cual permitió ganar altura y relacionarse con las ventanas a una escala más humana y recuperar así el contacto con el paisaje urbano. “La altura de la tarima es la misma que una silla [45 cm], lo que nos permite utilizarla para sentarnos cuando se usa el espacio central como auditorio para eventos”, comparte Misteli.
DESPUÉS: a la derecha de la imagen vemos un mirador junto a las ventanas, formado por un sillón y una cama elevada, todo integrado y en continuidad, dando forma a un lugar especial y con vistas.
“Desde las ventanas vemos la cara B de Barcelona, la que mira hacia el Poblenou y el Besós. En los días despejados, se ve la silueta nevada del Montseny…”, desvela la dueña.
“Desde las ventanas vemos la cara B de Barcelona, la que mira hacia el Poblenou y el Besós. En los días despejados, se ve la silueta nevada del Montseny…”, desvela la dueña.
Sobre las soluciones sostenibles que ofrece esta vivienda, desde el estudio cuentan que su propia ubicación, con solo una fachada y un pequeño patio posterior, hace que sea térmicamente muy eficiente y con una excelente ventilación cruzada.
“Para el invierno, se optó por una estufa de biomasa situada estratégicamente. Por otro lado, en la reforma se minimizaron los derribos y materiales de desecho, construyendo en madera como principal material y, en general, eligiendo sistemas en seco”, detalla Lay.
“Para el invierno, se optó por una estufa de biomasa situada estratégicamente. Por otro lado, en la reforma se minimizaron los derribos y materiales de desecho, construyendo en madera como principal material y, en general, eligiendo sistemas en seco”, detalla Lay.
El rincón que más disfrutan los dueños es precisamente el mirador, que ellos llaman “festejador”. “Está inspirado en los festejadors de las antiguas masías catalanas, en donde los enamorados se encontraban para conversar y conocerse mejor”, explica Misteli.
Este, además, tiene la posibilidad de ser cama, tumbona, lugar de lectura o, simplemente, mirador para detenerse a mirar la ciudad.
Este, además, tiene la posibilidad de ser cama, tumbona, lugar de lectura o, simplemente, mirador para detenerse a mirar la ciudad.
Toca preguntarle a la dueña cuáles son las ventajas y las desventajas (si las hay) de vivir en un espacio tipo loft con los usos integrados. “La ventaja es disfrutar de un espacio diáfano y con infinitas posibilidades. Un día puede ser un lugar para hacer una proyección de pelis; otro, organizar un taller de cocina”, cuenta.
Sobre las desventajas, Claudia menciona el tema acústico y el encontrar rincones de silencio. “Y cuando tienes visitas, no todo el mundo está acostumbrado a dormir sin paredes. El tema de la privacidad es algo que hay que tener en cuenta cuando quieres vivir en un loft, reflexionar cuánto de flexible eres para vivir en un espacio con privacidad limitada”, cuenta.
Sobre las desventajas, Claudia menciona el tema acústico y el encontrar rincones de silencio. “Y cuando tienes visitas, no todo el mundo está acostumbrado a dormir sin paredes. El tema de la privacidad es algo que hay que tener en cuenta cuando quieres vivir en un loft, reflexionar cuánto de flexible eres para vivir en un espacio con privacidad limitada”, cuenta.
DESPUÉS: el dormitorio tipo cilindro se encuentra dentro de correderas circulares, con el objetivo de no compartimentar y dar continuidad al espacio.
“Es uno de los puntos de casa que más sorprende. Como la cama tiene ruedas puedes sacarla y hacer de este cilindro un espacio completamente diferente. Un día, por ejemplo, proyectamos un documental dentro del cilindro y pusimos sillas a modo de cine…”, recuerda Misteli.
“Es uno de los puntos de casa que más sorprende. Como la cama tiene ruedas puedes sacarla y hacer de este cilindro un espacio completamente diferente. Un día, por ejemplo, proyectamos un documental dentro del cilindro y pusimos sillas a modo de cine…”, recuerda Misteli.
En la imagen, vemos cómo queda el espacio con las correderas del dormitorio cerradas.
“Estos biombos circulares, que no tocan el techo ni el perímetro del local, eran la mejor solución para dar privacidad sin compartimentar. Tienen una geometría propia y extraña respecto el resto del espacio. Las mejores soluciones a menudo surgen de requerimientos aparentemente contradictorios…”, cuenta la arquitecta.
“Estos biombos circulares, que no tocan el techo ni el perímetro del local, eran la mejor solución para dar privacidad sin compartimentar. Tienen una geometría propia y extraña respecto el resto del espacio. Las mejores soluciones a menudo surgen de requerimientos aparentemente contradictorios…”, cuenta la arquitecta.
“En el proyecto había dos cilindros con cerramiento móvil (dos dormitorios) y dos cilindros fijos (baño y almacenaje). En la obra no se construyo uno de los cilindros dormitorio (invitados), pero quizás lo hagan más adelante”, comparte el arquitecto.
DESPUÉS: con la reforma se ha logrado una distribución abierta y flexible.
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Quién vive aquí: Claudia Misteli, su pareja, y el perro de la casa: Tres
Situación: Poblenou, Barcelona
Superficie: 180 metros cuadrados
Proyecto: Soto-Lay Architects
Fotografía: Jordi Folch / ©Houzz España 2022
“Fueron buenos clientes, participativos pero no intervencionistas. Tenían claro lo que querían y, a la vez, nos dieron total libertad. Buscaban un lugar abierto para vivir, trabajar, organizar eventos y reuniones”, desvela la arquitecta Charmaine Lay, al frente del estudio Soto-Lay junto a su socio Santi Soto.
En la imagen, una vista general del loft, que tiene dos alturas (luego, veremos por qué). Sobre la tarima se encuentran la cocina; y la zona de ocio y trabajo está junto a las ventanas. El centro queda despejado para celebrar encuentros y debates.