Construcción
Arquitectura
Pregunta al experto: Descubre las posibilidades de las fachadas móviles
Conoce las diferentes opciones existentes de fachadas móviles y qué ventajas puede aportar la utilización de este tipo de soluciones.
En la arquitectura actual, el concepto de fachada como elemento único, estático e inmóvil que limita el espacio interior ha sido superado. Ahora, las fachadas se convierten en elementos dinámicos que pueden cambiar de forma en función de las necesidades y las condiciones del entorno. Son muchas las oportunidades y mejoras que nos ofrecen las soluciones de fachadas móviles. Merece la pena considerarlas y valorarlas a la hora de realizar una nueva construcción o una reforma.
Gracias a los avances técnicos se han desarrollado multitud de mecanismos: automáticos, motorizados o incluso de acción manual, que permiten que grandes superficies puedan ser fácilmente manipuladas por las personas, cambiando instantáneamente la configuración física de la fachada y, por tanto, las cualidades ambientales del espacio.
En el ámbito residencial podemos señalar la existencia de dos sistemas de fachadas dinámicas: las de cerramiento único y las de doble cerramiento.
Los primeros están compuestos por una única piel y la finalidad básica de este cerramiento móvil es la supresión del mismo, ampliando el espacio interior hacia el exterior.
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Los primeros están compuestos por una única piel y la finalidad básica de este cerramiento móvil es la supresión del mismo, ampliando el espacio interior hacia el exterior.
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El límite, y a la vez la versión en su mayor esplendor, es la supresión total de la fachada. En muchas zonas de nuestro país, que gozan de una climatología muy propicia para realizar vida en el exterior, esta solución puede aportar nuevas dimensiones y características al espacio interior.
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Los sistemas de doble cerramiento son aquellos compuestos por dos pieles: una interior, normalmente formada por grandes superficies de vidrio, y una piel exterior, en este caso, móvil.
Esta segunda piel suele ser opaca o traslúcida y el objeto principal de su movimiento puede ser la apertura o cierre de la vivienda para mejorar la eficiencia energética o la seguridad.
La piel interior puede tratarse, a su vez, de un sistema móvil, multiplicando así las opciones de configuración del cerramiento.
Arquitectura: Las casas contemporáneas mudan de piel
Esta segunda piel suele ser opaca o traslúcida y el objeto principal de su movimiento puede ser la apertura o cierre de la vivienda para mejorar la eficiencia energética o la seguridad.
La piel interior puede tratarse, a su vez, de un sistema móvil, multiplicando así las opciones de configuración del cerramiento.
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Entre los mecanismos más comunes que se utilizan en estos sistemas podemos distinguir:
Los sistemas con mecanismos correderos, que permiten el movimiento de las superficies con un movimiento horizontal. Estos mecanismos correderos son indicados para la utilización de elementos de cierto peso, por lo que se puede plantear un sistema que, por un lado, garantice un cierto nivel de seguridad en situación de cierre y, por otro, permita una gran apertura al exterior en situación abierta.
Puertas correderas: Espacios versátiles con un solo gesto
Los sistemas con mecanismos correderos, que permiten el movimiento de las superficies con un movimiento horizontal. Estos mecanismos correderos son indicados para la utilización de elementos de cierto peso, por lo que se puede plantear un sistema que, por un lado, garantice un cierto nivel de seguridad en situación de cierre y, por otro, permita una gran apertura al exterior en situación abierta.
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Los sistemas con mecanismos abatibles se utilizan allá donde se deben ubicar en distinta posición las grandes superficies de la piel exterior. Normalmente en estos sistemas, además de conseguir la apertura de la fachada, se persiguen determinados sombreamientos, que evitan la radiación solar directa a la vivienda. Para no encarecer esta solución y poder utilizar mecanismos más sencillos, conviene utilizar elementos más ligeros que en los sistemas correderos.
Otra opción son los mecanismos plegables, bien en sentido horizontal o en sentido vertical.
Los sistemas plegables dividen la superficie móvil, por lo que pueden utilizarse para mover superficies de mayor tamaño que en el caso de los abatibles.
Los sistemas plegables dividen la superficie móvil, por lo que pueden utilizarse para mover superficies de mayor tamaño que en el caso de los abatibles.
Y una última opción son los mecanismos giratorios, normalmente sobre eje vertical. Estos mecanismos se utilizan con superficies estrechas y estas no llegan a ocultarse, por lo que su efecto dinámico o es algo menor. Son muy apropiados si lo que se persigue es únicamente graduar el soleamiento o las vistas, protegiendo la intimidad del interior.
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En cuanto a los materiales que se pueden utilizar no hay límite. Normalmente las superficies móviles se realizan con un bastidor perimetral de perfiles metálicos sobre el que se acopla una lámina realizada con cualquier otro material: madera, tela, chapa perforada, caña… y en cualquier disposición: lamas, superficies opacas, translúcidas, etc.
En cuanto a las precauciones que debemos observar en el diseño de este tipo de elementos, son básicamente las relativas a la estabilidad y a la seguridad de utilización.
Se deberá garantizar la firmeza en las distintas posiciones en las que se puedan encontrar las superficies móviles. Los esfuerzos a los que se verán sometidas debido al viento y otros agentes atmosféricos deben calcularse y considerarse desde el inicio.
Y en cuanto a la seguridad de utilización, al tratarse de elementos móviles de mecanismos más o menos complejos, se debe tener especial cuidado para evitar daños durante la manipulación de los mismos.
Se deberá garantizar la firmeza en las distintas posiciones en las que se puedan encontrar las superficies móviles. Los esfuerzos a los que se verán sometidas debido al viento y otros agentes atmosféricos deben calcularse y considerarse desde el inicio.
Y en cuanto a la seguridad de utilización, al tratarse de elementos móviles de mecanismos más o menos complejos, se debe tener especial cuidado para evitar daños durante la manipulación de los mismos.
Y por último debemos ser conscientes de las necesidades de mantenimiento de este tipo de elementos. Tanto los mecanismos, expuestos al exterior, como los materiales que forman las superficies, de mayor o menor durabilidad, exigen, para garantizar las condiciones de su funcionamiento, un mantenimiento que, en general, será mayor que el de los cerramientos fijos.
¿Y TÚ?
¿Has considerado instalar una de estas fachadas móviles? Cuéntanos qué te parece como solución constructiva
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