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Casas Houzz: Una casa de campo en Suecia con un jardín de ensueño
Kerstin y Håkan llevaban mucho tiempo soñando con crear su propia casa con un gran jardín. Este es el resultado.
Han pasado ya 18 años desde que los dueños compraran esta casa construida en 1892. Entonces, era tan solo un cascarón vacío y el jardín también estaba abandonado. Pero durante tres años, cada fin de semana y en vacaciones, Kerstin y Håkan han trabajado duro para rehabilitarla. “Lo más divertido es que desde el principio hubo mucha gente en el vecindario que siguió nuestro progreso con gran interés; posiblemente porque la propiedad era muy antigua y querían ver cómo nos las íbamos apañando”, dice Kerstin entre risas.
En el exterior se construyó un nuevo tejado y se alisaron y pintaron las paredes.
Kerstin y Håkan realizaron una gran inauguración cuando la vivienda y los jardines estuvieron listos. “Nos pusimos disfraces de época, les recibimos en las escaleras e incluso di un discurso”, se ríe Kerstin.
Kerstin y Håkan realizaron una gran inauguración cuando la vivienda y los jardines estuvieron listos. “Nos pusimos disfraces de época, les recibimos en las escaleras e incluso di un discurso”, se ríe Kerstin.
En los años siguientes tras la inauguración, la pareja ha seguido invitando a gente a disfrutar el precioso jardín y a pasar algún tiempo en la sauna y el jacuzzi.
El plano de la casa ha seguido siendo el mismo desde 1892. La mayoría de las antiguas ventanas y puertas han sido conservadas. “No hemos hecho grandes cambios porque queríamos respetar la historia de la casa. Si necesitábamos instalar algo nuevo nos asegurábamos de que respetaba el estilo anterior”.
En el recibidor se pueden ver ejemplos de los antiguos detalles que han permanecido durante más de 100 años. “Las puertas exteriores son antiguas. Lo curioso es que se abren hacia dentro. Era algo común no hace tanto tiempo y cuya función era hacer que la casa fuera más acogedora para los invitados”.
En el recibidor se pueden ver ejemplos de los antiguos detalles que han permanecido durante más de 100 años. “Las puertas exteriores son antiguas. Lo curioso es que se abren hacia dentro. Era algo común no hace tanto tiempo y cuya función era hacer que la casa fuera más acogedora para los invitados”.
Kerstin Ahlstedt, dueña de la casa.
“En cuanto a la decoración interior…, hemos elegido mezclar lo antiguo con lo nuevo, ya que pensamos que crea un conjunto cómodo”.
Decoración: 10 muebles de corte clásico que siempre son un acierto
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Las paredes, los techos y la mayor parte del mobiliario están pintados de blanco. “Nuestra antigua casa era mucho más oscura y comenzamos solo pintando una habitación de blanco. A partir de ahí, extendimos el color al resto de la casa”.
También hay un pequeño despacho donde Kerstin reconoce que se sentaba a menudo para coser. “Hasta hace no tanto hacía muñecas Waldorf y ropa, pero ahora que los hijos, e incluso los nietos, han crecido, y siempre hay algo que hacer en el jardín, normalmente vengo a esta habitación solo a arreglar cosas de vez en cuando”, confiesa.
En la planta de arriba encontramos su habitación preferida. “La iluminación del salón es tan increíble que para mi es la habitación más especial de toda la casa”.
“Le he inculcado a mi marido el amor por las plantas y los cultivos”, dice Kerstin. En el jardín destacan los arcos cubiertos con clemátides, setos y senderos de grava con parterres en flor. “Cuando compramos la propiedad todo lo que había era un arbusto de peonía y un rosal. Ahora hay 100 peonías y al menos el mismo número de rosales. También hay dos invernaderos llenos de plantas”.
Siempre hay un nuevo proyecto en el jardín y esto les gusta a Kerstin y Håkan. “Nuestro siguiente proyecto es renovar un viejo granero, donde podré recibir a gran número de personas”.
Descubre aquí la historia de este jardín a orillas del Mar Cantábrico
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Quién vive aquí: Kerstin Ahlstedt y su marido Håkan.
Situación: localidad de Rödja, cerca de Vetalanda, en la provincia de Småland (sur de Suecia).
Superficie: 290 m2 (la vivienda) con un terreno de más de 9.000 m2. También hay un edificio anexo con sauna y jacuzzi. A ello hay que sumarle una casa de invitados de 100 m2, que la pareja alquila diez semanas cada verano, con un estanque con cangrejos y truchas.
Dato interesante: En 2002, la pareja recibió un premio del ayuntamiento por todo el trabajo realizado en la propiedad.
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