Casas Houzz: Una vivienda de vacaciones en Suecia para gozar cada día
El arquitecto Leo Qvarsebo firma esta casa para disfrutar al máximo de los placeres sencillos de la vida, al más puro estilo escandinavo.
Cuando la familia de Leo Qvarsebo se junta en Stjärnsund para las vacaciones de verano no es de extrañar que les cueste encontrar un sitio que pueda acoger a unas veinte personas. “Mis primos tienen un terreno en Stjärnsund. Fui a hacerles una visita y estuvimos paseando alrededor del pueblo. Allí, me fijé en una parcela en medio de los pastos. ¡Era justo lo que buscaba! No había ni agua ni electricidad, así que era una forma de empezar de cero. Me senté y me puse a dibujar”, dice.
“Quería que los frontones formaran parte de la naturaleza. Por eso nos decantamos por una pintura de color gris apagado, una tonalidad que evoca el bosque ubicado detrás de la casa”, comenta Leo.
El efecto visual es espectacular. Se aprecia sobre todo en la fachada trasera de la casa: parece una pared rocosa casi vertical que surge de la tierra.
El efecto visual es espectacular. Se aprecia sobre todo en la fachada trasera de la casa: parece una pared rocosa casi vertical que surge de la tierra.
El escenario es muy sencillo: en dirección al sur se encuentran el sol, la luz y las vistas, mientras que al norte de la casa se alza el bosque, como una pared. De modo que se orientó la casa hacia el sur, hacia el lago Bysjön. Sin embargo, Leo no quería que el espectador solo fuera un mero admirador pasivo: “Quise jugar con los distintos panoramas que se aprecian desde el interior de la casa”.
Así, la fachada delantera es un muro de escalada. “Las ventanas salientes se integran en la pendiente del techo, además de ofrecer varias ventajas: forman terrazas exteriores donde nos podemos sentar”. El interior acoge las pocas pertenencias que trae la familia durante sus vacaciones.
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Esta estancia desprende al instante un ambiente acogedor que invita a ponernos cómodos. Pero la pregunta es: ¿Leo y su familia le dan a este espacio el uso para el que fue diseñado, es decir, para leer y meditar? “Por supuesto. Es un contraste considerable con la ciudad, en la que me asalta un flujo de información a todas horas y donde apenas tengo tiempo para sentarme. Aquí, sin embargo, todo resulta sencillo y se ajusta a mis necesidades”, asegura el arquitecto.
Leo consiguió encajar ocho cuartos dentro de una superficie relativamente pequeña. Las dimensiones y la altura del suelo al techo de cada habitación dependen de su función y de donde se encuentra en la casa. La altura máxima del techo es de 8 metros, mientras que un pequeño nicho tan solo alcanza 1,20 metro.
Un gran ventanal abre el dormitorio al exterior. Desde aquí se pueden admirar las estrellas y las tormentas de verano en agosto.
La escalera produce un efecto de movimiento entre los distintos niveles. Cada tramo mide como mucho 1,20 metros. “Quería que pudiéramos ver qué pasaba en el piso siguiente, que se creara un lazo entre cada descansillo (a los que tampoco podemos llamar ‘niveles’)”, comenta Leo.
El arquitecto planea construir una inmensa biblioteca en la parte trasera de la casa, a modo de telón de fondo de las escaleras. Le daría un toque totalmente diferente a la casa.
Escaleras imposibles: Un homenaje a M.C. Escher
El arquitecto planea construir una inmensa biblioteca en la parte trasera de la casa, a modo de telón de fondo de las escaleras. Le daría un toque totalmente diferente a la casa.
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Leo aprovechó que una empresa sueca de juguetes: Egmont Kärnan, se marchaba a China para hacerse con el contrachapado que reviste las paredes: “Compré un cargamento de este contrachapado grueso y de buena calidad”, dice.
Leo ha construido la casa con sus propias manos, y con la ayuda de sus amigos y de su padre: el artista Michael Qvarsebo. “Siempre estaba tomando notas y sumando las horas que tardábamos en montar la estructura, en terminar la fachada y en ultimar los acabados interiores… Al final, resulta que le dedicamos 2000 horas a la construcción o, lo que es lo mismo, 50 semanas de trabajo”, dice.
Todos los elementos que componen la casa son de Blocket, una tienda en línea de compra y venta: desde las puertas y las pequeñas ventanas hasta los muebles de la cocina. Incluso la taza del cuarto de baño era de segunda mano… ¡aunque nunca antes se había estrenado!
Hoy en día, Leo cultiva lúpulo en la estructura del columpio. Los niños pueden seguir usándolo como siempre. Es un sitio muy agradable y con sombra, donde la familia desayuna cuando arde el sol por la mañana. En el jardín se alza una escultura de dos grullas bailando. “Mi padre, Michael, es artista y ha creado una versión de esta escultura en Tranås (una ciudad sueca) que es cinco veces más grande que esta. Aquí, se encuentra justo en el sitio que le pertenece, ya que más abajo, en la pradera, le hacen compañía verdaderas grullas en pleno cortejo sexual”.
Se puede contemplar ese baile desde la terraza del Qvarsebo. Un lugar protagonizado por los elementos esenciales de la vida, de los que la familia disfruta durante cada una de sus estancias.
Descubre aquí más fotos de terrazas en las que inspirarte
Se puede contemplar ese baile desde la terraza del Qvarsebo. Un lugar protagonizado por los elementos esenciales de la vida, de los que la familia disfruta durante cada una de sus estancias.
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¿Qué te ha parecido esta casa de vacaciones en Suecia? Esperamos tus comentarios
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Quién vive aquí: el arquitecto Leo Qvarsebo, su mujer y sus dos hijos
Situación: Stjärnsund, Dalecarlia, Suecia
Superficie: 85 metros cuadrados repartidos en 8 estancias, con dos cabinas interiores incluidas
Fotos: Lindman Photography
Leo explica quería que la casa fuera toda de madera y que se fundiera con el paisaje. Para empezar, observó los edificios cercanos y los graneros tradicionales. Sin embargo, aquel enfoque le parecía algo desfasado. “Ahí fue cuando pensé en lo que me gustaba hacer cuando estaba de vacaciones. Me pregunté cuáles eran las actividades que se llevaban a cabo en una residencia de vacaciones. Concluí que eran tres: la cocina, tanto en el interior como en el exterior, el descanso y la lectura. Sin embargo, ¿cómo podía dar vida a esas actividades? No quería limitarme a alinear las estancias, así que opté por apilarlas. La casa parece una tienda de campaña…, o casi, y disponemos del espacio necesario para disfrutar de esas tres ocupaciones”, explica Leo.
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