Un jardín de té japonés inspirado en el paso de la vida
El diseño del jardín se ha centrado en los momentos preciosos que nos regala la vida y en las etapas de la naturaleza.
Los propietarios de este jardín en Ōmihachiman, en la prefectura de Shiga, Japón, son una joven pareja. Cuando compraron la casa no sabían muy bien qué hacer con el patio y, durante la pandemia, se dieron cuenta de que no les convencía en absoluto. Buscando en Houzz, encontraron al paisajista Taijiro Enatsu y le explicaron que querían un jardín que reflejara lo efímero de vida y la belleza de la naturaleza.
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El patio se encuentra en el centro de la vivienda, rodeado por el salón, el washitsu –el cuarto tradicional en Japón–, un pasillo que ocupa tres lados, un pequeño camino y una celosía de madera.
Es un espacio íntimo y privado donde los propietarios pasaron la pandemia. Sin embargo, el aislamiento les produjo la sensación de que este lugar era frío y artificial.
Es un espacio íntimo y privado donde los propietarios pasaron la pandemia. Sin embargo, el aislamiento les produjo la sensación de que este lugar era frío y artificial.
Como decimos, pasar la pandemia de la Covid-19 en casa hizo que los propietarios reflexionaran sobre la naturaleza efímera del ser humano y cómo entregamos el testigo a las siguientes generaciones; de lo que supone florecer y marchitarse y las semillas que de ese proceso resultan para empezar un nuevo ciclo. Por eso, decidieron construir un jardín que reflejara esos pensamientos sobre la vida, la muerte y la belleza de la naturaleza.
Tras ponerse en contacto con algunos paisajistas a través de Houzz, encontraron al estudio Enatsu Garden Architect, que afrontó el proyecto de este interesante jardín.
Hablando con los diferentes paisajistas, la pareja se dio cuenta de que algunos profesionales tenían estilos muy marcados y les preocupaba alejarse de aquello que querían transmitir en su jardín. Sin embargo, las ideas de Enatsu encajaban completamente en su visión.
Tras ponerse en contacto con algunos paisajistas a través de Houzz, encontraron al estudio Enatsu Garden Architect, que afrontó el proyecto de este interesante jardín.
Hablando con los diferentes paisajistas, la pareja se dio cuenta de que algunos profesionales tenían estilos muy marcados y les preocupaba alejarse de aquello que querían transmitir en su jardín. Sin embargo, las ideas de Enatsu encajaban completamente en su visión.
Sobre todo, querían un jardín que combinara diseño y funcionalidad y que, además de belleza, contara con espacio para relajarse y disfrutar con los amigos de las fiestas del té tan tradicionales en Japón.
El resultado habla por sí mismo en las fotos: un hermoso jardín –visto desde los tres lados del patio– muy práctico. “Es un jardín que van a ver muchas personas y, por eso, tenía que atractivo, pero también funcional. En total, tiene 15,5 metros cuadrados y se me ocurrió una forma de acceder a él por todos los lados de la vivienda”, explica el profesional.
El resultado habla por sí mismo en las fotos: un hermoso jardín –visto desde los tres lados del patio– muy práctico. “Es un jardín que van a ver muchas personas y, por eso, tenía que atractivo, pero también funcional. En total, tiene 15,5 metros cuadrados y se me ocurrió una forma de acceder a él por todos los lados de la vivienda”, explica el profesional.
A lo largo de la sala washitsu hay un banco de madera. La habitación tiene dos puertas correderas. Como las puertas están bastante por encima del suelo, ha habido que instalar una gran roca de piedra para subir y bajar de manera segura.
Breve introducción a los jardines de piedra japoneses
Breve introducción a los jardines de piedra japoneses
En un jardín de té tradicional es necesario un lavabo de piedra para que los invitados cumplan el ritual de “purificación” y, así, se ha colocado uno junto al banco de madera.
Se han plantado más de 15 especies de plantas para recrear la idea de los propietarios. El paisajista explica que eligió plantas cuya apariencia cambia en cada estación, lo que simboliza los ciclos naturales de la naturaleza. “Me encargué personalmente de elegir las plantas. Ellos querían especies que cambiaran de color en otoño, así que me decidí por un arce, que en otoño se vuelve rojo, y una lindera Obtusiloba, un arbusto que se vuelve amarillo. En otoño, el jardín se llena de contrastes de color”, explica el profesional.
En el lado del salón hay una camelia. Esta planta es perenne y, además, sus flores blancas adornan y perfuman el patio de octubre a marzo. Los pétalos al caer de los tallos recuerdan al círculo de la vida del que tanto hablan los propietarios.
En completar el jardín se tardó unos cuatro días. El profesional tuvo que elegir cuidadosamente los materiales debido a las dimensiones reducidas del espacio. “Seleccioné todas y cada una de las piedras y el tsukubai (el lavamanos tradicional en los jardines de té). Las piedras demasiado grandes no servían, pero tampoco las muy pequeñas y finas. El proyecto ha supuesto todo un desafío y, a la vez, un verdadero placer”, asegura el profesional.
En un principio, los dueños no eran muy aficionados a la jardinería, pero al ver el patio terminado quedaron impresionados con el resultado final. Están muy contentos con el resultado y su mayor deseo es verlo transformarse en cada estación.
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Quién vive aquí: Una pareja joven
Situación: Ōmihachiman, prefectura de Shiga, Japón
Superficie: 15,5 metros cuadrados
Proyecto: Taijiro Enatsu, de Enatsu Garden Architect