Arquitectura
8 citas (más) para entender la arquitectura (y a los arquitectos)
De Philip Johnson a Zaha Hadid pasando por Bjarke Ingels: un repaso original a la arquitectura moderna y contemporánea.
En un texto anterior proponíamos siete citas necesarias para entender la arquitectura en las que utilizamos a algunos de los maestros de la arquitectura moderna: aquella que nace en la primera mitad del siglo XX y de la que de alguna forma aún somos herederos. En dicho texto se colaban Robert Venturi y Philip Johnson, maestros del postmodernismo o, en el caso del segundo, del eclecticismo o la supervivencia en forma de camaleónica adaptación a los estilos y que nos sirve ahora para introducir, entre otros, al último gran divo de la arquitectura: el danés Bjarke Ingels.
Porque es precisamente esa conciencia medioambiental, ese hedonismo responsable, el que concede a sus proyectos la capacidad de alcanzar las más altas cotas de placer y felicidad deseadas por cualquier ser humano y hacerlas, ¡tachán!, compatibles con nuestros miedos y culpabilidades en relación a la ecología y la sostenibilidad; es decir una arquitectura al servicio de las personas, pero no enfrentada con la naturaleza.
► Si eres arquitecto o interiorista estamos convencidos de que te va a interesar la sección ‘Arquitectura’ de la Revista Houzz España
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“Los arquitectos diseñan viviendas, yo vivo en un hogar” (Peter Eisenman)
Pero antes de alcanzar la comunión entre arquitectura y medio ambiente, los arquitectos se han enredado en pequeñas disquisiciones sobre asuntos cómo la vivienda y el hogar, con menudas observaciones y diminutos matices que conviene aclarar.
Para ello, sería injusto no mencionar a Louis Isidore Kahn: otro de los grandes maestros de la arquitectura moderna, que nos servirá para introducir varias citas y las paradojas que encierran. Si Kahn afirmaba que él diseñaba para “crear hogares, no viviendas”; Peter Eisenman –uno de los últimos star-architects, autor en España de la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela–, se atrevió a decir: “los arquitectos diseñan viviendas, yo vivo en un hogar”.
Encuentra un arquitecto para tu próxima reforma en Houzz
En medio de ambos, Reyner Banham, historiador de arquitectura, pero no arquitecto, formuló el conocido y muy ecológico para la época (1965) “un Hogar no es una Casa”, en el que se enredaba entre sistemas activos y pasivos de climatización, la inclinación vernacular de los Smithson y otros asuntos de la época, donde el historiador inglés aún defendía la estética científica asociada al progreso tecnológico de la arquitectura.
Pero antes de alcanzar la comunión entre arquitectura y medio ambiente, los arquitectos se han enredado en pequeñas disquisiciones sobre asuntos cómo la vivienda y el hogar, con menudas observaciones y diminutos matices que conviene aclarar.
Para ello, sería injusto no mencionar a Louis Isidore Kahn: otro de los grandes maestros de la arquitectura moderna, que nos servirá para introducir varias citas y las paradojas que encierran. Si Kahn afirmaba que él diseñaba para “crear hogares, no viviendas”; Peter Eisenman –uno de los últimos star-architects, autor en España de la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela–, se atrevió a decir: “los arquitectos diseñan viviendas, yo vivo en un hogar”.
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En medio de ambos, Reyner Banham, historiador de arquitectura, pero no arquitecto, formuló el conocido y muy ecológico para la época (1965) “un Hogar no es una Casa”, en el que se enredaba entre sistemas activos y pasivos de climatización, la inclinación vernacular de los Smithson y otros asuntos de la época, donde el historiador inglés aún defendía la estética científica asociada al progreso tecnológico de la arquitectura.
Avanzando en el tiempo, pero volviendo a Peter Eisenman y las relaciones entre arquitectura y filosofía, el americano se sirvió de Jacques Derrida para proponer (en realidad lo haría Mark Wigley en la exposición del MoMa de 1988 con Philip Johnson) lo que conocemos como arquitectura deconstrucivista.
Abundando en la paradoja de su aprecio de la construcción de un verdadero hogar, resulta curioso observar su proyecto para la House VII en la que una pareja bien informada de artistas llegó a convencerse de que la arquitectura estaba por encima de la función (al contrario de lo que la arquitectura moderna había siempre aceptado desde Sullivan y vimos en el texto anterior) y aceptó que su dormitorio y hasta la cama de matrimonio, que como consecuencia no lo fue tal, estuviera atravesado por una grieta de luz en el forjado, en consonancia con la propuesta de Eisenman y la superposición de distintas retículas formales y estructurales. Podríamos decir que Eisenman pronunció así bien alto y claro que “la arquitectura es autorreferencial y autonóma”.
Abundando en la paradoja de su aprecio de la construcción de un verdadero hogar, resulta curioso observar su proyecto para la House VII en la que una pareja bien informada de artistas llegó a convencerse de que la arquitectura estaba por encima de la función (al contrario de lo que la arquitectura moderna había siempre aceptado desde Sullivan y vimos en el texto anterior) y aceptó que su dormitorio y hasta la cama de matrimonio, que como consecuencia no lo fue tal, estuviera atravesado por una grieta de luz en el forjado, en consonancia con la propuesta de Eisenman y la superposición de distintas retículas formales y estructurales. Podríamos decir que Eisenman pronunció así bien alto y claro que “la arquitectura es autorreferencial y autonóma”.
“Si los arquitectos no fueran arrogantes, no existirían” (Philip Johnson)
Tal afirmación no hace sino confirmar algo que había dicho antes el propio Philip Johnson: “si los arquitectos no fueran arrogantes, no existirían. No conozco ningún arquitecto que sea modesto”.
En cuanto a lo disciplinar, Johnson podía llegar a ser mucho más comedido y decir que “la arquitectura es básicamente el diseño de interiores, el arte de organizar el espacio interior”: una afirmación que reducía mucho el campo de actuación de los arquitectos, en oposición a otra frase atribuida a Frank Lloyd Wright, el gran arquitecto auténtica y genuinamente americano del siglo XX, que prefirió colocar su casa de la cascada por debajo de la cima para que los Kaufmann pudieran disfrutarla junto a la vivienda, subrayando así la idea de que “la arquitectura debe pertenecer al entorno donde va a situarse y adornar el paisaje en lugar de desgraciarlo”.
Tal afirmación no hace sino confirmar algo que había dicho antes el propio Philip Johnson: “si los arquitectos no fueran arrogantes, no existirían. No conozco ningún arquitecto que sea modesto”.
En cuanto a lo disciplinar, Johnson podía llegar a ser mucho más comedido y decir que “la arquitectura es básicamente el diseño de interiores, el arte de organizar el espacio interior”: una afirmación que reducía mucho el campo de actuación de los arquitectos, en oposición a otra frase atribuida a Frank Lloyd Wright, el gran arquitecto auténtica y genuinamente americano del siglo XX, que prefirió colocar su casa de la cascada por debajo de la cima para que los Kaufmann pudieran disfrutarla junto a la vivienda, subrayando así la idea de que “la arquitectura debe pertenecer al entorno donde va a situarse y adornar el paisaje en lugar de desgraciarlo”.
“Si existen 360º, ¿por qué limitarnos a uno” (Zaha Hadid)
Esta actitud de respeto al contexto siempre está en crisis y encaja mal con el asunto anterior de la modestia, ausente por ejemplo en la arquitectura de Zaha Hadid, fallecida recientemente y a quien dedicamos la última cita con su inolvidable “si existen 360º, ¿por qué limitarnos a uno?” –en referencia a la posibilidad de construir tomando como paleta formal todos y cada uno de los 360º existentes en lugar de ceñir la arquitectura a la ortogonal, tectónica y posiblemente en su opinión aburrida reducción a ángulos simplemente rectos.
Con ello y muchos otros ingredientes fue capaz de construir todo un universo de nuevas formas, no siempre baratas ni ausentes de críticas, antes sólo imaginadas o dibujadas, junto a su socio Patrik Schumacher, uno de los padres del parametricismo y otro arquitecto nada modesto.
¿ERES ARQUITECTO…?
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Esta actitud de respeto al contexto siempre está en crisis y encaja mal con el asunto anterior de la modestia, ausente por ejemplo en la arquitectura de Zaha Hadid, fallecida recientemente y a quien dedicamos la última cita con su inolvidable “si existen 360º, ¿por qué limitarnos a uno?” –en referencia a la posibilidad de construir tomando como paleta formal todos y cada uno de los 360º existentes en lugar de ceñir la arquitectura a la ortogonal, tectónica y posiblemente en su opinión aburrida reducción a ángulos simplemente rectos.
Con ello y muchos otros ingredientes fue capaz de construir todo un universo de nuevas formas, no siempre baratas ni ausentes de críticas, antes sólo imaginadas o dibujadas, junto a su socio Patrik Schumacher, uno de los padres del parametricismo y otro arquitecto nada modesto.
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En efecto, Ingels ha sabido situarse en esta familia de importantes arquitectos aprovechando para ello el conocidoYes we can de la campaña electoral de Barack Obama, que incrustó sin ningún pudor entre el antes mencionado less is a whore, de Philip Johnson, para así situar su propio y exitoso yes is more: un auténtico golpe de efecto que concedía a Ingels la autoridad para proclamarse campeón del hedonismo responsable o concienciado con el medioambiente.