Arquitectura
Perfiles: Eduardo Torroja, un ingeniero entre arquitectos
Docente, investigador, ingeniero. Torroja es uno de los grandes impulsores de la modernización de nuestro país.
Como ya apunté en el artículo de introducción de esta serie, el primer nombre escogido para hacer este repaso de la arquitectura moderna en España no es un arquitecto, sino un ingeniero. Eduardo Torroja (Madrid, 1899- Madrid, 1961) obtuvo el título de ingeniero en 1923. Fue uno de los grandes impulsores de la modernización del país, dedicándose no sólo a la práctica profesional, sino a la investigación y la docencia y a la fundación de herramientas para poner esa investigación al alcance de todos. Su prestigio académico fue enorme y su fama internacional: profesor en la Escuela de Ingenieros, presidente de la Asociación Internacional del Hormigón Pretensado, fundador y director del hoy llamado en su honor Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, doctor honoris causa por diversas universidades internacionales, etc.
El mercado de abastos de Algeciras. Hoy Mercado Eduardo Torroja, se trata de una obra proyectada en 1933 y construida entre 1933 y 1935, en colaboración con el arquitecto Manuel Sánchez Arcas, con quien también intervino en el Hospital Clínico de Madrid.
Se trata de un edificio de planta octogonal cubierta por una cúpula que en realidad es un casquete esférico de 47,80 metros de diámetro en planta, y 44,10 m de radio de curvatura. La cúpula se apoya en ocho soportes entre los que se levantan bóvedas cilíndricas que siguen la directriz radial y que permiten una mayor entrada de luz por los laterales. Una geometría radical que permite unos espesores de tan solo 9 cm en la zona central y de 50 en la unión con los pilares.
En lo más alto se abre un óculo de 10 metros de diámetro. Durante 30 años, hasta 1965, mantuvo el récord a la cúpula de mayor diámetro (como referencia, la cúpula del Panteon de Roma tiene 43,44 m de diámetro, y la de la Basílica de San Pedro del Vaticano 41,47 m). Estructura pura, prácticamente no tiene ninguna decoración. Tan solo en los lienzos laterales entre los pilares aparecen una especie de frontones decó señalando las entradas.
En lo más alto se abre un óculo de 10 metros de diámetro. Durante 30 años, hasta 1965, mantuvo el récord a la cúpula de mayor diámetro (como referencia, la cúpula del Panteon de Roma tiene 43,44 m de diámetro, y la de la Basílica de San Pedro del Vaticano 41,47 m). Estructura pura, prácticamente no tiene ninguna decoración. Tan solo en los lienzos laterales entre los pilares aparecen una especie de frontones decó señalando las entradas.
Hipódromo de la Zarzuela. El proyecto se realizó entre 1934 y 1935, y aunque las obras comenzaron ese mismo año, debido a su paralización por la Guerra Civil no se terminaron hasta 1941. Los arquitectos del edificio fueron Carlos Arniches y Martín Domínguez Esteban, con quien también colaboró en el Parvulario del Instituto Escuela.
La cubierta de la tribuna es un alarde técnico. Consiste en una sucesión de sectores de hiperboloide ligeramente rectificados que hacen un voladizo de nada menos que 13 metros para que ningún pilar impida las vistas de la carrera. El voladizo se estabiliza con un tirante posterior que enlaza con las secciones abovedadas delas salas de apuestas y vestíbulos inferiores. El equilibrio resultante permite una estructura aérea y elegante.
Los hiperboloides son superficies que se forman mediante la rotación de una hipérbola alrededor de uno de sus ejes de simetría. A pesar de su doble curvatura pueden formarse a partir de dos series de líneas rectas. Esta particularidad resultaba de gran utilidad para la construcción, ya que el encofrado -el molde del hormigón- se realizaba con tablones de madera, que por supuesto eran rectos. Para comprobar la estabilidad y funcionamiento del modelo teórico se realizaron modelos a escala real que fueron sometidos a pruebas de carga.
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Tenemos así unas superficies completamente curvas que sin embargo se pueden construir de forma sencilla debido a que pueden realizarse a partir de rectas. De los 65 cm de espesor en la zona de los apoyos llega a tan solo 6 cm en los bordes. Se trata de una estructura que todavía hoy causa admiración por su sencillez, elegancia y audacia.
Se trata de un edificio de gran riqueza espacial en el que la curvatura de las superficies, las sombras producidas por la luz que resbala por ellas, crean efectos sorprendentes, y el ritmo que provoca en la cubierta supera totalmente lo que podríamos esperar de lo que en principio era una marquesina. El conjunto es de una ligereza y modernidad sorprendentes.
Se trata de un edificio de gran riqueza espacial en el que la curvatura de las superficies, las sombras producidas por la luz que resbala por ellas, crean efectos sorprendentes, y el ritmo que provoca en la cubierta supera totalmente lo que podríamos esperar de lo que en principio era una marquesina. El conjunto es de una ligereza y modernidad sorprendentes.
Es una estructura única, singular y precursora de gran cantidad de obras posteriores, que utilizan la geometría con rigor, libertad e imaginación espacial, que desarrollarán otros como Félix Candela, discípulo de Torroja, OscarNiemeyer o Eero Saarinen.
El Frontón Recoletos. Proyecto de 1935 que se terminó de construir en 1936. Se encontraba en la calle Villanueva, junto al edificio que alberga la Biblioteca Nacional y el Museo Nacional de Arqueología. Un edificio dedicado a la práctica del frontón en pleno centro de Madrid. Hoy puede sorprender, pero entonces la pelota podía considerarse el deporte con mayor afición en la ciudad.
Este proyecto lo realizó con Secundino Zuazo, uno de los arquitectos más importantes del momento. Zuazo era de la generación precedente a los arquitectos de los anteriores proyectos,y su sensibilidad era más clasicista. Podemos decir que era un arquitecto premoderno, con un gusto por las geometrías sencillas, rotundas y monumentales, y con un sentido de la elegancia -como podemos ver en este dibujo- que han llevado a compararlo con Gunnar Asplund.
Este proyecto lo realizó con Secundino Zuazo, uno de los arquitectos más importantes del momento. Zuazo era de la generación precedente a los arquitectos de los anteriores proyectos,y su sensibilidad era más clasicista. Podemos decir que era un arquitecto premoderno, con un gusto por las geometrías sencillas, rotundas y monumentales, y con un sentido de la elegancia -como podemos ver en este dibujo- que han llevado a compararlo con Gunnar Asplund.
La estructura consistía en dos lóbulos cilíndricos de diferente tamaño. El mayor tenía un ancho de 23 metros, con radio de 12,50 m, y cubría la zona de juego. El menor cubría 9,5 metros con un radio de 6,40 m y se situaba sobre las gradas del público.
En total se cubría una distancia de 32,5 metros sin ningún apoyo intermedio. La cubierta tenía una longitud de 55 metros y un increíble espesor de 8 cm. La sencillez de la solución y a la vez su audacia todavía sorprenden.
Una solución perfectamente geométrica, racional, pero al mismo tiempo asimétrica lo que le daba un carácter revolucionario. Además, a lo largo de toda la longitud, en el encuentro de los cilindros y en la parte baja del que cubre el graderío, se abrían unos enormes lucernarios que lograban un interior muy luminoso.
Una solución perfectamente geométrica, racional, pero al mismo tiempo asimétrica lo que le daba un carácter revolucionario. Además, a lo largo de toda la longitud, en el encuentro de los cilindros y en la parte baja del que cubre el graderío, se abrían unos enormes lucernarios que lograban un interior muy luminoso.
Para su cálculo, como en otras ocasiones, Torroja se ayudó de maquetas estructurales que le permitían poner a prueba sus teorías. En un tiempo en que no existían los ordenadores, el cálculo de estas estructuras no se basaba en la proliferación de operaciones manuales, sino en un modelo teórico capaz de simplificar la realidad pero al mismo tiempo reproducirla de forma adecuada. El planteamiento del problema era más importante que el cálculo en sí, y era muy importante la comprobación de la teoría tanto en modelos a escala como en las pruebas de carga de elementos a tamaño real.
Terminado en tiempo récord durante la Guerra Civil, la cubierta duró en pie muy poco tiempo, ya que los bombardeos la derribaron. Aunque se planteó su reconstrucción según el proyecto original, finalmente se realizó una nueva cubierta, siguiendo más o menos la forma, pero con estructura de acero. La actividad de los frontones cayó en desuso y éste se reconvirtió para otras actividades y espectáculos. Finalmente cerró en 1968 y fue demolido en 1973. Resulta increíble que un edificio tan singular desapareciera en una fecha tan reciente.
Arquitectura: 9 nombres españoles imprescindibles del siglo XX
Estas tres estructuras son suficientes para que Eduardo Torroja entre con todos honores en la historia de la arquitectura del siglo XX no sólo española, sino internacional. Lamentablemente, después de la contienda nacional tuvo pocas oportunidades de seguir este camino. Durante estos años se refugió en la docencia y la investigación, aparte de seguir su actividad en el ámbito de la ingeniería. De las obras de después de la Guerra Civil merece la pena recordar la cubierta ondulada del frontón en Añorga, los edificios del Instituto de Ciencias de la Construcción y la iglesia de Pont de Suert.
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Estas tres estructuras son suficientes para que Eduardo Torroja entre con todos honores en la historia de la arquitectura del siglo XX no sólo española, sino internacional. Lamentablemente, después de la contienda nacional tuvo pocas oportunidades de seguir este camino. Durante estos años se refugió en la docencia y la investigación, aparte de seguir su actividad en el ámbito de la ingeniería. De las obras de después de la Guerra Civil merece la pena recordar la cubierta ondulada del frontón en Añorga, los edificios del Instituto de Ciencias de la Construcción y la iglesia de Pont de Suert.
Pero dos obras sobresalen en este último período. La iglesia de San Nicolás de Bari en el Grao de Gandía, realizada con el arquitecto Gonzalo Echegaray. Una estructura constituida por dos láminas plegadas de hormigón en Z dispuestas en vertical hasta una altura de más de 14 metros, que se separan para formar un lucernario. Las láminas salvan una luz de 28 metros y no llegan hasta el suelo (parecen flotar sin ningún apoyo aparente, como puede verse en la imagen). De esta forma una de las láminas alberga las capillas laterales y la otra permite abrir totalmente la nave hacia el claustro durante los meses de verano. Una obra interesante que se resiente por la discutible elección de acabados y la pobreza del diseño de los elementos decorativos y arquitectónicos.
La cubierta más ambiciosa de este periodo, tal vez de toda su carrera, fue la del club Táchira en Venezuela, realizada junto al arquitecto Fruto Vivas. El proyecto de ejecución se desarrolló en su totalidad, pero por desgracia la obra no llegó a realizarse completamente. Se trataba no sólo de una gran cubierta de 60 x 40 m, sino que tenía la voluntad de la mayor libertad geométrica posible, “como un pañuelo que se deja caer”. La solución final es una catenaria plana que se desplaza por una directriz trigonométrica alabeada. Para este proyecto se realizó este modelo a escala en el Instituto de Ciencias de la Construcción. Estas dos obras parecían retomar su carrera en el mundo de la arquitectura, pero Eduardo Torroja murió en 1961 antes de su conclusión.
¿Y TÚ?
¿Sabías que Torroja trabajó en el proyecto del Hipódromo de la Zarzuela? ¿Te ha gustado este artículo? Cuéntanoslo en los comentarios
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En 1927 abrió oficina –en activo todavía– y realizó proyectos de todo tipo: puentes, acueductos, depósitos, presas, canalizaciones, saneamiento, puertos, etc. Asimismo, colaboró en el cálculo de estructuras de numerosos edificios, desde grandes construcciones a viviendas modestas.
Entre todas sus obras de arquitectura destacan las estructuras laminares de hormigón armado, en las que su papel fue sin duda mucho mayor que el de un simple calculista. Superficies curvas de espesor mínimo que servían para cubrir grandes espacios sin apoyos. Un uso preciso del material que además producía espacios singulares de gran belleza. Se trata de una línea de investigación que desgraciadamente, con seguridad debido a las circunstancias históricas, solo pudo desarrollar en contadas ocasiones.
Vamos a ver tres ejemplos diferentes, todos ellos magníficos, realizados con tres arquitectos diferentes, que muestran su versatilidad pero también su personalidad, que puede percibirse a través de todos ellos.
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