Arquitectura
9 arquitectos españoles imprescindibles del siglo XX
Un repaso a destacados pioneros de la arquitectura española que definieron, y aún definen, el camino de la modernidad.
En España, la arquitectura moderna tuvo que recorrer un largo camino a lo largo del siglo XX hasta ser reconocida. En las primeras décadas, el modelo historicista ecléctico fue el imperante, salvo destacadas excepciones. Sin embargo, el movimiento moderno sí fue adoptado, aunque en círculos laterales de la profesión, casi inmediatamente. Ya en 1928, Le Corbusier fue invitado a impartir una serie de conferencias en Madrid y Barcelona. Y en aquellos años comenzaron a levantarse edificios que buscaban nuevos caminos para la arquitectura.
La Guerra Civil supuso un retroceso y un parón de décadas. No sólo por los arquitectos que murieron en la contienda o tuvieron que exiliarse, sino porque el régimen adoptó unas directrices muy alejadas de la modernidad, e incluso de cualquier rasgo de ilustración o sutileza. Más que al historicismo, se produjo un salto a un casticismo que ensalzaba la pobreza material y espiritual del momento. Cierta mejoría económica y apertura cultural en los años 50 permitió que algunos arquitectos retomaran el camino interrumpido, reintroduciendo la arquitectura moderna desde un nuevo punto de vista más cercano a la arquitectura nórdica.
Estos nueve arquitectos, en realidad ocho arquitectos y un ingeniero, definieron la modernidad española en el siglo XX, tanto antes como después de la Guerra Civil.
La Guerra Civil supuso un retroceso y un parón de décadas. No sólo por los arquitectos que murieron en la contienda o tuvieron que exiliarse, sino porque el régimen adoptó unas directrices muy alejadas de la modernidad, e incluso de cualquier rasgo de ilustración o sutileza. Más que al historicismo, se produjo un salto a un casticismo que ensalzaba la pobreza material y espiritual del momento. Cierta mejoría económica y apertura cultural en los años 50 permitió que algunos arquitectos retomaran el camino interrumpido, reintroduciendo la arquitectura moderna desde un nuevo punto de vista más cercano a la arquitectura nórdica.
Estos nueve arquitectos, en realidad ocho arquitectos y un ingeniero, definieron la modernidad española en el siglo XX, tanto antes como después de la Guerra Civil.
2. Josep Lluís Sert (1902-1983)
Sert vivió en primera persona la ruptura que la Guerra Civil supuso para la cultura y la arquitectura española. Colaborador de Le Corbusier, introdujo el movimiento moderno en España. Suyas son algunas de sus primeras manifestaciones, como el Dispensario Antituberculoso o la Casa Bloc. Pero más aún, se convirtió en teórico, propagandista y gran organizador del movimiento en nuestro país.
Su interés por el urbanismo le llevó a ser miembro de los CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna), que presidió después de Le Corbusier. Su alineación con el gobierno de la Segunda República, para la que diseñó el pabellón español en la Exposición Internacional de París de 1937, famoso sobre todo por exponer el Guernica de Picasso, le llevó al exilio.
Sert, recaló en Estados Unidos, donde fue decano de la Escuela de Diseño de la Universidad de Harvard. Allí realizó algunas obras de mayor tamaño, pero en la que se añora la sencillez y brillantez de sus comienzos. Su amistad con Miró le trajo de vuelta a España para realizar una de sus mejores obras: la Fundación Miró en Barcelona.
Sert vivió en primera persona la ruptura que la Guerra Civil supuso para la cultura y la arquitectura española. Colaborador de Le Corbusier, introdujo el movimiento moderno en España. Suyas son algunas de sus primeras manifestaciones, como el Dispensario Antituberculoso o la Casa Bloc. Pero más aún, se convirtió en teórico, propagandista y gran organizador del movimiento en nuestro país.
Su interés por el urbanismo le llevó a ser miembro de los CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna), que presidió después de Le Corbusier. Su alineación con el gobierno de la Segunda República, para la que diseñó el pabellón español en la Exposición Internacional de París de 1937, famoso sobre todo por exponer el Guernica de Picasso, le llevó al exilio.
Sert, recaló en Estados Unidos, donde fue decano de la Escuela de Diseño de la Universidad de Harvard. Allí realizó algunas obras de mayor tamaño, pero en la que se añora la sencillez y brillantez de sus comienzos. Su amistad con Miró le trajo de vuelta a España para realizar una de sus mejores obras: la Fundación Miró en Barcelona.
3. José Antonio Coderch (1913-1984)
A pesar de ser menos conocido que otros, puede que Coderch sea el mejor arquitecto español del siglo. Su peculiar forma de absorber el lenguaje moderno y las influencias nórdicas dieron como resultado una arquitectura totalmente personal, pero al mismo tiempo universal y atemporal. En las obras realizadas en ciudad trató de humanizar la geometría de la trama urbana mediante formas curvas que paradójicamente se integraban de forma natural en el lugar. En las viviendas en entornos naturales huyó de grandes bloques monolíticos que se impusieran a la vegetación, descomponiendo los volúmenes para favorecer su integración.
Coderch es una de esas figuras que se agrandan con el paso del tiempo. Un genio humilde, que podría parecer confinado al ámbito local, pero que sin embargo sucedió a Sert como representante de España en los CIAM, y fue miembro del Team X junto a los Smithson, Candilis o Aldo van Eyck.
Arquitectura: Moderno o contemporáneo. ¿Cuál es la diferencia?
A pesar de ser menos conocido que otros, puede que Coderch sea el mejor arquitecto español del siglo. Su peculiar forma de absorber el lenguaje moderno y las influencias nórdicas dieron como resultado una arquitectura totalmente personal, pero al mismo tiempo universal y atemporal. En las obras realizadas en ciudad trató de humanizar la geometría de la trama urbana mediante formas curvas que paradójicamente se integraban de forma natural en el lugar. En las viviendas en entornos naturales huyó de grandes bloques monolíticos que se impusieran a la vegetación, descomponiendo los volúmenes para favorecer su integración.
Coderch es una de esas figuras que se agrandan con el paso del tiempo. Un genio humilde, que podría parecer confinado al ámbito local, pero que sin embargo sucedió a Sert como representante de España en los CIAM, y fue miembro del Team X junto a los Smithson, Candilis o Aldo van Eyck.
Arquitectura: Moderno o contemporáneo. ¿Cuál es la diferencia?
4. Miguel Fisac (1913-2006)
Fisac fue tal vez el gran experimentador de la arquitectura española del siglo XX. Poseía una personalidad arrolladora, un talento desbordante y una gran capacidad crítica sin retórica. Esto le llevó a la invención de nuevas estructuras, la renovación completa de tipologías como la eclesial y a atacar, aunque fuera desde el interior, los propios dogmas de la modernidad.
Arquitecto brillante, su heterodoxia y el alejamiento de la academia le condenó a un cierto ostracismo dentro de la profesión, que tuvo su mayor exponente en el derribo de los Laboratorios Jorba, popularmente conocidos como La Pagoda (en la imagen). Su demolición, posible entre otros motivos por la falta de protección de la que el Colegio de Arquitectos era responsable, contribuyó a rescatar del olvido a una figura fantástica, uno de los arquitectos más destacados del siglo.
Fisac fue tal vez el gran experimentador de la arquitectura española del siglo XX. Poseía una personalidad arrolladora, un talento desbordante y una gran capacidad crítica sin retórica. Esto le llevó a la invención de nuevas estructuras, la renovación completa de tipologías como la eclesial y a atacar, aunque fuera desde el interior, los propios dogmas de la modernidad.
Arquitecto brillante, su heterodoxia y el alejamiento de la academia le condenó a un cierto ostracismo dentro de la profesión, que tuvo su mayor exponente en el derribo de los Laboratorios Jorba, popularmente conocidos como La Pagoda (en la imagen). Su demolición, posible entre otros motivos por la falta de protección de la que el Colegio de Arquitectos era responsable, contribuyó a rescatar del olvido a una figura fantástica, uno de los arquitectos más destacados del siglo.
Gran parte de la discusión arquitectónica de la segunda mitad del siglo XX gira en torno a dos posturas personificadas en dos grandes maestros, que suelen ser presentados casi como antagónicos: De la Sota y Sáenz de Oíza. El primero representaría la modernidad más ortodoxa y clasicista, la arquitectura más objetivista, mientras que el segundo encarnaría la visión del creador personal, el organicismo extremo. Sus vidas discurrieron por caminos paralelos, próximos pero prácticamente sin tocarse.
La casualidad hace que podamos tener en la misma imagen una de las obras más representativas de cada uno. En primer término, el Gimnasio Maravillas de De la Sota y al fondo la Torre BBVA de Oíza. La torre es un ambicioso edificio que de ningún modo puede pasar desapercibido, mientras que el gimnasio, igualmente ambicioso, guarda una cierta discreción ya que se encuentra escondido en un corredor urbano y nada expuesto al exterior.
La casualidad hace que podamos tener en la misma imagen una de las obras más representativas de cada uno. En primer término, el Gimnasio Maravillas de De la Sota y al fondo la Torre BBVA de Oíza. La torre es un ambicioso edificio que de ningún modo puede pasar desapercibido, mientras que el gimnasio, igualmente ambicioso, guarda una cierta discreción ya que se encuentra escondido en un corredor urbano y nada expuesto al exterior.
5. Alejandro de la Sota (1913-1996)
De la Sota representa una forma de trabajar basada en la renuncia. Sus edificios buscaban la máxima sencillez y resultado plástico, la máxima emoción con el mínimo de medios. Esa poesía que no se quiere manifestar de forma evidente, que finge que se encuentra por casualidad.
Fue uno de los primeros en buscar la belleza en la industrialización y en ver las posibilidades no tanto de su personalización, todavía inaccesible en aquel momento, sino de su apropiación, del uso de soluciones estándar de forma no prevista en su fabricación para lograr un resultado personal y único. Su fracaso en el intento de obtener la cátedra en la Escuela de Madrid le llevó a renegar de los ambientes arquitectónicos oficiales, pero reunió a su alrededor un grupo de colaboradores y estudiantes que intentaron seguir su ejemplo. Un magisterio personal fuera de las aulas que le convirtió en un influyente arquitecto.
De la Sota representa una forma de trabajar basada en la renuncia. Sus edificios buscaban la máxima sencillez y resultado plástico, la máxima emoción con el mínimo de medios. Esa poesía que no se quiere manifestar de forma evidente, que finge que se encuentra por casualidad.
Fue uno de los primeros en buscar la belleza en la industrialización y en ver las posibilidades no tanto de su personalización, todavía inaccesible en aquel momento, sino de su apropiación, del uso de soluciones estándar de forma no prevista en su fabricación para lograr un resultado personal y único. Su fracaso en el intento de obtener la cátedra en la Escuela de Madrid le llevó a renegar de los ambientes arquitectónicos oficiales, pero reunió a su alrededor un grupo de colaboradores y estudiantes que intentaron seguir su ejemplo. Un magisterio personal fuera de las aulas que le convirtió en un influyente arquitecto.
6. Francisco Javier Sáenz de Oíza (1918-2000)
Oíza, por el contrario, se convirtió en la figura de referencia en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, que llegó a dirigir unos años. Autor de pocos pero emblemáticos edificios, su influencia a través de su forma carismática de enfocar la docencia fue enorme. Oíza era un maestro del pensamiento paradójico, de enfocar los problemas desde un punto de vista inesperado, de descubrir la realidad oculta detrás de la apariencia. Buscador incansable de soluciones novedosas y rigurosas al mismo tiempo, hizo suya la máxima de que cualquier cosa antes que la mediocridad.
Su obra, aunque curiosamente parta de Mies van der Rohe, se caracteriza por una visión muy personal del organicismo y por la búsqueda de la forma como expresión personal y de su tiempo. En sus últimos años acabó, como Stirling, en manos de un postmodernismo personal. En 1993 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Fotografía de arquitectura: Cómo elegir el punto de vista
Oíza, por el contrario, se convirtió en la figura de referencia en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, que llegó a dirigir unos años. Autor de pocos pero emblemáticos edificios, su influencia a través de su forma carismática de enfocar la docencia fue enorme. Oíza era un maestro del pensamiento paradójico, de enfocar los problemas desde un punto de vista inesperado, de descubrir la realidad oculta detrás de la apariencia. Buscador incansable de soluciones novedosas y rigurosas al mismo tiempo, hizo suya la máxima de que cualquier cosa antes que la mediocridad.
Su obra, aunque curiosamente parta de Mies van der Rohe, se caracteriza por una visión muy personal del organicismo y por la búsqueda de la forma como expresión personal y de su tiempo. En sus últimos años acabó, como Stirling, en manos de un postmodernismo personal. En 1993 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Fotografía de arquitectura: Cómo elegir el punto de vista
7. José Antonio Corrales (1921-2010) y Ramón Vázquez Molezún (1922-1993)
Aunque también tienen obras por separado, Corrales y Molezún realizaron como equipo la mayor parte de su trayectoria. Famosos por su extraordinario Pabellón de España en la Exposición Universal de Bruselas en 1958, su obra va mucho más allá y trabajaron muy diversas tipologías, desde la vivienda unifamiliar a los edificios de oficinas.
Corrales y Molezún tal vez representan el camino de una arquitectura moderna construida proyecto a proyecto, alejada de los debates académicos y de la retórica vana. Una modernidad heroica y cotidiana al tiempo, que no renunciaba a la experimentación formal, a la expresión material y a la búsqueda de soluciones originales a los problemas programáticos a los que se enfrentaba. Tal vez por ello Corrales y Molezún sean actualmente una referencia, un ejemplo de una tercera vía como modelo posible de una arquitectura moderna.
Aunque también tienen obras por separado, Corrales y Molezún realizaron como equipo la mayor parte de su trayectoria. Famosos por su extraordinario Pabellón de España en la Exposición Universal de Bruselas en 1958, su obra va mucho más allá y trabajaron muy diversas tipologías, desde la vivienda unifamiliar a los edificios de oficinas.
Corrales y Molezún tal vez representan el camino de una arquitectura moderna construida proyecto a proyecto, alejada de los debates académicos y de la retórica vana. Una modernidad heroica y cotidiana al tiempo, que no renunciaba a la experimentación formal, a la expresión material y a la búsqueda de soluciones originales a los problemas programáticos a los que se enfrentaba. Tal vez por ello Corrales y Molezún sean actualmente una referencia, un ejemplo de una tercera vía como modelo posible de una arquitectura moderna.
8. Rafael Moneo (1937)
Estamos ante el único de los arquitectos vivos de esta selección. Moneo fue discípulo de Oíza y trabajó durante una temporada en el estudio de Jørn Utzon. La obra de Moneo se caracteriza por adaptar su lenguaje a las características particulares de cada situación. Su postmodernismo no recurre a obsoletos elementos descontextualizados de los estilos clásicos, sino que intenta en cada ocasión crear un nuevo lenguaje capaz de dialogar con su entorno físico, cultural e histórico. Su obra es extensísima e internacional.
Dirigió durante 15 años la Escuela de Arquitectura de Harvard. En 1996 fue galardonado con el Premio Pritzker (para bien o para mal el más reconocido internacionalmente en el mundo de la arquitectura). En 2001 recibió el Premio Mies van der Rohe por el Kursaal de San Sebastián y en 2012 el Príncipe de Asturias de las Artes.
Visita privada: Una casa racionalista transformada en un mundo de color
Estamos ante el único de los arquitectos vivos de esta selección. Moneo fue discípulo de Oíza y trabajó durante una temporada en el estudio de Jørn Utzon. La obra de Moneo se caracteriza por adaptar su lenguaje a las características particulares de cada situación. Su postmodernismo no recurre a obsoletos elementos descontextualizados de los estilos clásicos, sino que intenta en cada ocasión crear un nuevo lenguaje capaz de dialogar con su entorno físico, cultural e histórico. Su obra es extensísima e internacional.
Dirigió durante 15 años la Escuela de Arquitectura de Harvard. En 1996 fue galardonado con el Premio Pritzker (para bien o para mal el más reconocido internacionalmente en el mundo de la arquitectura). En 2001 recibió el Premio Mies van der Rohe por el Kursaal de San Sebastián y en 2012 el Príncipe de Asturias de las Artes.
Visita privada: Una casa racionalista transformada en un mundo de color
9. Enric Miralles (1955-2000)
La muerte con sólo 45 años de Miralles supuso la pérdida prematura de uno de los arquitectos más originales y geniales del siglo en el momento álgido de su actividad profesional. Miralles fue capaz de inventar un estilo propio, de superar el lenguaje moderno sin caer en ninguna ensoñación del pasado. Un arquitecto y un estilo que han influido mucho en las generaciones siguientes. Pero su mayor enseñanza fue la libertad a la hora de enfrentarse a un proyecto.
En apenas 18 años, Enric Miralles revolucionó el panorama de la arquitectura, no solo nacional sino también internacional. Su arquitectura –hoy Benedetta Tagliabue, su viuda, lidera el estudio EMBT– se caracteriza por interpretar de forma creativa el contexto en el que se encuentra el edificio y por perseguir una estética coherente a partir de lo inconexo, que asume lo incompleto y el fragmento como ideal.
¿Y TÚ?
¿Conocías la obra de estos arquitectos? ¿Qué otro nombre incluirías en esta lista? Cuéntanoslo en los comentarios.
La muerte con sólo 45 años de Miralles supuso la pérdida prematura de uno de los arquitectos más originales y geniales del siglo en el momento álgido de su actividad profesional. Miralles fue capaz de inventar un estilo propio, de superar el lenguaje moderno sin caer en ninguna ensoñación del pasado. Un arquitecto y un estilo que han influido mucho en las generaciones siguientes. Pero su mayor enseñanza fue la libertad a la hora de enfrentarse a un proyecto.
En apenas 18 años, Enric Miralles revolucionó el panorama de la arquitectura, no solo nacional sino también internacional. Su arquitectura –hoy Benedetta Tagliabue, su viuda, lidera el estudio EMBT– se caracteriza por interpretar de forma creativa el contexto en el que se encuentra el edificio y por perseguir una estética coherente a partir de lo inconexo, que asume lo incompleto y el fragmento como ideal.
¿Y TÚ?
¿Conocías la obra de estos arquitectos? ¿Qué otro nombre incluirías en esta lista? Cuéntanoslo en los comentarios.
No es casualidad que la selección comience por un ingeniero. La superación del lenguaje clasicista vino a partir de la experimentación con las formas inéditas que los nuevos materiales y técnicas constructivas permitían. Torroja, en colaboración con diferentes arquitectos en cada ocasión, introdujo estructuras diferentes que generaron espacios únicos. A su innovación estructural se unía el rigor constructivo.
Su principal aportación fue el uso del hormigón armado en estructuras laminares que mediante superficies curvas son capaces de cubrir grandes luces o construir largos voladizos, disminuyendo el número de pilares, aprovechando al máximo el material y logrando espesores mínimos. Estructuras que todavía hoy causan admiración por su sencillez, audacia e imaginación, como los hiperboloides del Hipódromo de la Zarzuela, los casquetes esféricos del Mercado de Algeciras o las secciones cilíndricas del tristemente desaparecido Frontón Recoletos (en la imagen).
► Reportajes, entrevistas, artículos de opinión y tendencias… Toda la información para estar al día está en la sección Houzz para profesionales de la Revista