Jardín de la semana: Un espacio vivo dividido en cinco zonas
Funcionalidad y belleza han ido marcando su rediseño, resolviendo poco a poco problemáticas que han reducido de paso su mantenimiento.
Un jardín es un entorno vivo y, como tal, se transforma y adapta a lo largo de los años. Cualquier espacio exterior puede rediseñarse total o parcialmente en función de las necesidades o variaciones en los gustos de sus dueños sin perder el atractivo que, probablemente, tenía en su origen. En este jardín, ubicado en Soto de Viñuelas, al norte de la Comunidad de Madrid, funcionalidad y belleza han sido los factores determinantes en los cambios aplicados al proyecto original.
De un vistazo
Quién vive aquí: Marta Byrne, su marido y sus dos hijos
Situación: Soto de Viñuelas, Madrid
Superficie: 1.300 metros cuadrados
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Quién vive aquí: Marta Byrne, su marido y sus dos hijos
Situación: Soto de Viñuelas, Madrid
Superficie: 1.300 metros cuadrados
La dueña y artífice de este jardín, la paisajista Marta Byrne, es una amante de las especies bulbosas y rizomatosas. Por eso no duda en utilizarlas allí donde sea necesario aportar colorido duradero sin necesidad de grandes cuidados. El iris, por ejemplo, con penachos de tres pétalos en azul intenso que contrastan armónicamente con la fachada, lo eligió para decorar los huecos que se forman entre la vivienda y el contorno del pavimento, intencionadamente recortado para ese fin.
Los rizomas hay que plantarlos entre mayo y noviembre a no demasiada profundidad, a fin de que reciban la luz del sol que necesitan para crecer correctamente. De esa forma las flores aparecerán el verano siguiente. Además, igual que en cualquier otra especie de rizoma, al iris tampoco le gusta la humedad excesiva. Por eso, Marta Byrne ha usado canto rodado blanco a modo de acolchado sobre toda la superficie de plantación.
Los rizomas hay que plantarlos entre mayo y noviembre a no demasiada profundidad, a fin de que reciban la luz del sol que necesitan para crecer correctamente. De esa forma las flores aparecerán el verano siguiente. Además, igual que en cualquier otra especie de rizoma, al iris tampoco le gusta la humedad excesiva. Por eso, Marta Byrne ha usado canto rodado blanco a modo de acolchado sobre toda la superficie de plantación.
Cuando Byrne se enfrentó por primera vez al plano del jardín de su casa, no contó con el hecho de que con el transcurrir de los años sería necesario hacerle unos pequeños retoques que no responderían exclusivamente a estética sino más bien a criterios necesarios y funcionales.
En aquel entonces, hace casi diez años, en su cabeza bullía la idea de hacer un jardín confortable, agradable a los sentidos, que le permitiera a ella y a su familia relajarse y disfrutar de un pequeño trozo de la naturaleza sin demasiado esfuerzo. Un espacio donde el esparcimiento a salvo de miradas curiosas estuviera garantizado, y donde el color, las formas y las texturas compusieran una sinfonía armónica. Y así, con tales directrices acometió el proyecto dividiendo el jardín en cinco zonas diferenciadas: el patio de entrada, el jardín norte, el bosque de abedules, el jardín sur y el huerto.
Jardines difíciles: 8 respuestas concretas a 8 problemas comunes
En aquel entonces, hace casi diez años, en su cabeza bullía la idea de hacer un jardín confortable, agradable a los sentidos, que le permitiera a ella y a su familia relajarse y disfrutar de un pequeño trozo de la naturaleza sin demasiado esfuerzo. Un espacio donde el esparcimiento a salvo de miradas curiosas estuviera garantizado, y donde el color, las formas y las texturas compusieran una sinfonía armónica. Y así, con tales directrices acometió el proyecto dividiendo el jardín en cinco zonas diferenciadas: el patio de entrada, el jardín norte, el bosque de abedules, el jardín sur y el huerto.
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El jardín norte, llamado así por lindar con la fachada norte de la casa, abarca una franja de terreno de 6 metros. Su estilo originariamente era “contemporáneo minimalista con matices Zen”, cuenta Byrne. Esta fotografía corresponde a los primeros años del jardín, en que se apreciaban sendas superficies confrontadas de grava de piñoncillo y césped recorridas longitudinalmente por un camino de traviesas de madera, y una alineación en zigzag de esferas de boj.
Sin embargo, debido fundamentalmente a un problema de humedades en el sótano de la vivienda que impedía el desarrollo de cualquier especie vegetal en esta zona, la dueña tuvo que modificar las plantaciones y revestimientos hasta recrear el paisaje mediterráneo que domina el lugar en la actualidad. El césped se sustituyó por áridos y en lugar de bolas de boj hoy proliferan aquí las aromáticas: santolina, tomillo, romero, lavanda…, así como los cipreses, que son plantas que necesitan menos agua.
Sin embargo, debido fundamentalmente a un problema de humedades en el sótano de la vivienda que impedía el desarrollo de cualquier especie vegetal en esta zona, la dueña tuvo que modificar las plantaciones y revestimientos hasta recrear el paisaje mediterráneo que domina el lugar en la actualidad. El césped se sustituyó por áridos y en lugar de bolas de boj hoy proliferan aquí las aromáticas: santolina, tomillo, romero, lavanda…, así como los cipreses, que son plantas que necesitan menos agua.
El camino de traviesas de madera desemboca, hacia el este y en ligera pendiente, en el bosque de abedules que salvaguarda la intimidad de la vivienda. La paisajista eligió esta especie arbórea por la belleza de su corteza plateada y el color ocre que toma su follaje en otoño antes de caer. Pero sobre todo por su crecimiento estilizado a lo alto, justo lo que requiere una plantación agrupada de este tipo. Este enclave, rematado en su lado norte por dos prunus rojos y un liquidámbar, es el lugar de encuentros y celebraciones de la familia: cumpleaños de los niños, fiestas con los amigos…
Cómo conseguir un jardín sostenible y fácil de mantener
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Por ser el lugar de reuniones sociales y familiares, se cuida con mucho mimo. En otoño, la familia prepara las plantaciones de narcisos y tulipanes para, desde los primeros atisbos de la primavera, poder disfrutar de las alfombras multicolor que componen las bulbosas a los pies de los abedules. Sin embargo, el calor del verano y la falta de agua han causado estragos en el césped que, año tras año, ha ido perdiendo tupidez y verdor hasta exigir continuas resiembras. Finalmente se ha acabado convirtiendo en una pradera rústica o de secano que durante buena parte del año está verde pero en verano se agosta.
Desde este pequeño bosque se pasa al jardín sur, espacio alternativo al salón durante el verano. Preside el lugar una gran piscina rectangular paralela a la fachada, con pavimento a base de tarima tropical en el lado más próximo a la vivienda y un amplio césped en el opuesto rematado por un arriate herbáceo-arbustivo. A un extremo de la tarima, los abedules refuerzan la sombra en este enclave. Las barbacoas, las reuniones con amigos y los juegos, sobre todo en una gran cama elástica, no faltan en tan grato lugar durante las plácidas tardes estivales.
La última zona del jardín es una de las que más satisfacciones han reportado a su dueña: el huerto. Está ajardinado con diferentes especies hortícolas y árboles frutales. La familia le sacó mucho provecho los primeros años, “cuando la tierra aún estaba blanda y nos permitía cultivar lechugas, remolachas, tomates… de todo”, cuenta Byrne. Con el tiempo se han creado tres parcelas separadas por caminos de grava y dedicadas cada una de ellas a un tipo de cultivo: una con especies aromáticas para la cocina, otra con grosellas negras que dan cantidad de fruta a cambio de muy poco trabajo, y otra tercera con árboles de frutos rojos, sobre todo cerezos, frambuesos y granados, además de fresales. “Plantar y cuidar las frutas y verduras que luego te vas a comer es algo verdaderamente gratificante”, concluye Marta Byrne.
El jardín comestible: Ten tu propio huerto y a la vez un fértil vergel
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¿Has tenido que cambiar tú también con el tiempo la configuración de tu jardín? Comparte tu experiencia y las medidas que te has visto obligado a adoptar.
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Decora tu fachada con flores y plantas