Jardines difíciles: 8 respuestas concretas a 8 problemas comunes
Te damos las armas para que resuelvas algunos de los contratiempos más habituales que suelen presentar las zonas expuestas al aire libre.
¿Tu jardín tiene cuestas pronunciadas? ¿El viento fuerte es habitual? ¿Las paredes tienen desconchones? ¿Las malas hierbas invaden el césped? Todos los exteriores tienen problemas y nunca está de más hacer un repaso de los inconvenientes habituales que suele presentar un jardín. Así, podrás ponerles remedio lo antes posible.
¿Disimular paredes? Cuando un muro supone un obstáculo visual o un impedimento para la belleza de un rincón del jardín, o si simplemente deseas aumentar su atractivo para crear una estancia más agradable, no dudes en adosar trepadoras a ella. Verifica la clase de construcción y elige las especies que mejor van a tolerar las condiciones de sol que van a recibir (teniendo en cuenta que cualquier pared o muro potencia la insolación) y el nivel de humedad disponible en el suelo al pie de la estructura. La parra virgen y la hiedra, por ejemplo, son muy adecuadas y, además, no necesitan apoyo adicional. Sin embargo otras como la madreselva o la glicina han de crecer fijas en sujeciones fuertes como es un enrejado.
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¿Viento fuerte? Ojo, porque las plantas que sufren los embates continuos de las corrientes de aire acaban con los follajes y las floraciones devastadas, los crecimientos deformados y el suelo reseco. Si además se encuentran enclavadas en la costa, donde el viento va cargado de sal, las consecuencias son peores, ya que pueden sufrir desde quemaduras hasta la propia muerte si no están bien protegidas.
¿Cuál es la solución? Lo mejor es acomodarlas junto a una pantalla que no sea completamente opaca, sino permeable, que permita el paso del 50 por ciento del aire. Además, procura hacer plantaciones en grupos prietos, eligiendo preferiblemente especies de porte bajo y hojas pequeñas, carnosas y céreas, como el acebo y la escalonia. Y si te gusta incluir alguna de tallo alto y delgado, no olvides ponerle una sujeción adecuada para que no se produzcan crecimientos torcidos ni roturas.
¿Cuál es la solución? Lo mejor es acomodarlas junto a una pantalla que no sea completamente opaca, sino permeable, que permita el paso del 50 por ciento del aire. Además, procura hacer plantaciones en grupos prietos, eligiendo preferiblemente especies de porte bajo y hojas pequeñas, carnosas y céreas, como el acebo y la escalonia. Y si te gusta incluir alguna de tallo alto y delgado, no olvides ponerle una sujeción adecuada para que no se produzcan crecimientos torcidos ni roturas.
¿Demasiado sol? Lo mejor para poner sombra fresca en el jardín es plantar especies arbóreas como el chopo (Populus alba), la falsa acacia (Robinia pseudoacacia), el sauce llorón (Sambucus nigra) o el plántano de paseo (Platanus hispanica). Todos ellos son árboles frondosos, que pierden las hojas en invierno, requieren bastante agua de riego y estar a pleno sol. Pero tienen la ventaja de que en unos cuatro años ya alcanzan los cuatro metros o más de altura. Eso sí, mantenlos alejados de edificios, tuberías o piscinas, ya que sus potentes raíces podrían hacer mella en cualquiera de estas construcciones.
¿Expuesto a las miradas? Dotar a tu jardín (o a determinadas zonas de él como la piscina, la de descanso, la de un estanque, etc) de intimidad es fácil y cuentas con varias opciones: setos, vallas, árboles altos, grupos arbustivos… y lo más rápido de todo, la pérgola. Si te decides por esta bonita estructura, te beneficiarás del doble cometido que desempeñará en tu jardín: por una parte, salvaguardar tu privacidad deseada, y por otra, permitir a tu trepadora favorita exhibir sus flores por su estructura. Rosas, glicinas, parras, jazmines, clemátides… Tienes un gran surtido para escoger.
¿Cuestas empinadas? Cuando el jardín tiene algún desnivel, hay varias soluciones de ajardinamiento. Una de ellas es tapizarlo con vivaces, bien en arriates o en una formación de rocalla. Lo mejor es que optes en estas zonas por especies que no necesiten mucha agua ni mantenimiento, como aliso, flox, aubrieta e íberis. Otra solución podría ser aterrazar la superficie surcándola de parterres y plantas en maceta. Y una tercera, crear una escalera pavimentada, que facilitará enormemente el acceso de un nivel a otro.
Convierte los desniveles del jardín en potentes recursos decorativos
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¿Plantaciones abigarradas? A veces, el paso del tiempo hace un flaco favor a algunas plantaciones, volviéndolas excesivamente pobladas y envejecidas. Suele ocurrir que al hacer la plantación los ejemplares se juntan demasiado y luego deben competir por el espacio y los nutrientes para poder prosperar. Aunque su aspecto no sea demasiado atractivo, aún hay remedio: solo tienes que extraer algunas plantas con el fin de descargar el macizo en cuestión. Recuerda que al proyectar una plantación, has de tener en cuenta el desarrollo futuro de cada ejemplar y separarlas adecuadamente.
¿Barro en los caminos? Si cada vez que llueve, los caminos de tu jardín se convierten en barrizales, lo que has de hacer es mejorar su nivelación. Para ello, levanta los cimientos, allana la superficie con un nivel de agrimensor, con el que podrás saber si el pavimento vierte aguas al exterior, y vuelve a ponerlos. Y no olvides esperar unos días antes de usarlos de nuevo.
¿Y TÚ?
¿Tienes algún otro problema en tu exterior que desearías solventar? Escríbelo en los comentarios.
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Si optas por este último, date prisa en colocar los tepes, porque solo duran frescos un par de días. Unos días antes, enriquece el terreno con mantillo y abono mineral de liberación lenta, mezclándolos bien en la tierra con ayuda de un rastrillo. Y después de colocarlos, no olvides pasar un rodillo para asentarlos y aplicar una mezcla de sustrato, introduciéndola entre la hierba con una escoba. Aunque este tipo de césped lo puedes utilizar y pisar de inmediato, es preferible que dejes pasar varios días para que eche raíces y acabe de asentarse.