Clásicos Modernos
La silla Mariposa: una pieza de personalidad arrolladora
Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy firmaron en 1938 uno de los iconos más célebres del diseño contemporáneo.
La silla B.K.F., popularmente conocida como la butaca Mariposa, es uno de los diseños más conocidos del siglo XX. Sus iniciales corresponden a los apellidos de los arquitectos: Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy (fundadores del Grupo Austral), que se conocieron en París en el estudio de Le Corbusier. Inspirada en un asiento militar plegable usado por el ejército inglés en el siglo XIX, la silla Mariposa original (1938) estaba compuesta por una estructura de hierro macizo y un asiento de cuero; hoy se puede encontrar en numerosos materiales y colores. Después de casi 80 años está más de moda que nunca.
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Icono del diseño. Producida inicialmente por Artek-Pascoe, Knoll adquirió los derechos de fabricación de la silla Mariposa a mediados de la década de los cuarenta. En 1944, el MoMA de Nueva York incorporó la silla a su colección de mobiliario. El caso es que Knoll decidió abandonar la fabricación enseguida debido al gran número de copias que otros fabricaban (los números hablan de más de 5 millones de copias producidas en Estados Unidos desde la década de los 50 hasta finales de los 90).
Knoll acudió a los tribunales para seguir fabricándola, pero al no considerarse un modelo original, sino una variación de otro anterior (la Tripolina), perdió todas las demandas y abandonó la producción. La funda original de la silla Mariposa era de cuero natural, pero hoy en día se puede encontrar en diferentes telas: lona, piel de vaca, piel de potro o piel de oveja. El modelo de cuero es quizá el más conocido ya que resulta muy versátil y aporta una elegancia indiscutible a cualquier interior.
La butaca Womb de Eero Saarinen: Una orgánica escultura de interior
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También para el exterior. La Mariposa, además, se ha convertido en la actualidad en un imprescindible como silla de exterior. Se puede encontrar en numerosas telas resistentes a la intemperie. Por otro lado, es una silla ligera y fácilmente transportable.
Comodidad y diseño. El contraste entre la rigidez del acero de la estructura y la flexibilidad de la piel, más su relación entre forma y función que permite múltiples modos de sentarse, fueron las claves del rápido éxito de la silla Mariposa, que hoy producen decenas de empresas de mobiliario. La excelencia de esta silla se basa en su confort, ya que la tela se amolda perfectamente al cuerpo.
Entrevistas Houzz: 10 minutos con Nani Marquina
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Color y sencillez. La variedad de colores y de tejidos en los que se puede encontrar la Mariposa resulta innumerable; es realmente difícil no dar con un modelo que te encaje. En este espacio por ejemplo, ¿qué mejor manera de aportar un toque luminoso a esta escena esencialmente neutra que con una silla de un color potente? Esta Mariposa en rojo aporta un toque ultra moderno al interior sin recargarlo.
En cualquier estilo. Ya sea en espacios contemporáneos, modernos, clásicos o vintage y hasta en un apartamento parisino de estilo Haussmann como este (interiores del siglo XIX de estilo neoclásico), la silla Mariposa aporta una gran presencia. Los techos altos, las molduras, el parqué antiguo, la chimenea… cada detalle del apartamento parece ser el compañero perfecto para esta versátil silla, de diseño sintético y elegante.
¿Y TÚ?
¿Tienes una silla Mariposa en casa? Súbela en la sección de comentarios, ¡queremos verla!
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