Clásicos Modernos
La butaca Womb de Eero Saarinen: Una orgánica escultura de interior
Es una de las piezas más destacadas de la historia del diseño del siglo XX por su creatividad, comodidad y diseño. Conoce su historia.
El arquitecto estadounidense de origen finlandés Eero Saarinen es uno de los principales diseñadores del siglo XX. Su padre también era arquitecto, Eliel Saarinen, y trabajaba como profesor en la Cranbrook Academy of Art, la academia de arte en la que Eero tomó clases sobre diseño de muebles y escultura. Allí fue donde entabló una buena relación con Charles y Ray Eames y con Florence Schust (más tarde conocida como Florence Knoll), con la que continuaría desarrollando una muy exitosa relación profesional que duraría muchos años. Eero estudió también escultura en la Académie de la Grande Chaumière en París y, más tarde, arquitectura en la Universidad de Yale. Se dedicó al diseño tanto de muebles como de edificios. Entre sus más afamados trabajos se encuentran la icónica silla Tulip, la terminal de la TWA del aeropuerto JFK de Nueva York y el sillón Grasshopper, pero también su butaca Womb, diseñada en 1948. No pierdas de vista este dato porque te sorprenderá lo increíblemente contemporánea que todavía hoy resulta.
El equipo Saarinen-Knoll. Florence Knoll (de soltera Schust) conoció a Saarinen en la Cranbrook Academy of Art y desde entonces cultivaron una larga amistad. Ella se casó más tarde con Hans Knoll y juntos fundaron la empresa de muebles Knoll Associates. Florence le pidió a Eero que hiciera diseños para la empresa. Con el tiempo reconocería que “en realidad, se lo suplicamos. Éramos muy jóvenes y entusiastas y acabamos por convencerle para que trabajara con nosotros”.
El sueño de un asiento envolvente. Florence le pidió a Saarinen que diseñara una pieza que fuera el paradigma de la comodidad. “Quiero una silla que sea como una cesta llena de cojines, en la que uno se pueda acurrucar y leer cómodamente un libro”, le dijo. En respuesta a la propuesta de Florence, Saarinen diseñó una butaca con una forma totalmente distinta a todo lo que se había hecho hasta entonces, y que aún hoy en día sigue siendo famosa por su comodidad. El nombre de la silla, Womb (“útero” en inglés), alude a la calma y comodidad que proporciona este entorno materno.
Inspiración. En 1940, Eero Saarinen y Charles Eames ganaron juntos el premio del concurso ‘Organic Design in Home Furnishings’, promovido por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, con una propuesta en la que ya moldeaban madera laminada. Esa fue el germen que inspiraría la butaca Womb así como otros diseños posteriores de los Eames.
La silla Mariposa: una pieza de personalidad arrolladora
Buscando un carpintero que pudiera fabricar esta silla, Saarinen encontró a un fabricante de barcos llamado Winter que trabajaba sobre todo con fibra de vidrio. Este material era mucho más fácil de moldear que la madera y pronto se dio cuenta de que era el idóneo para la silla Womb.
La silla Mariposa: una pieza de personalidad arrolladora
Buscando un carpintero que pudiera fabricar esta silla, Saarinen encontró a un fabricante de barcos llamado Winter que trabajaba sobre todo con fibra de vidrio. Este material era mucho más fácil de moldear que la madera y pronto se dio cuenta de que era el idóneo para la silla Womb.
Comodidad asegurada. Si bien moldear la carcasa en fibra de vidrio resultó más o menos sencillo, no lo fue tanto asegurar que quedara fija a la base sin poner en entredicho la comodidad del asiento. Sin embargo, tras algunos intentos fallidos encontraron la manera de hacerlo. La cobertura de espuma, dos cojines sueltos y sus curvas sutiles la convirtieron finalmente en un asiento especialmente cómodo que permite sentarse en distintas posiciones.
De naturaleza orgánica. En esta foto, la textura de la alfombra, los taburetes de madera y los cojines de mimbre forman un precioso conjunto ya que la butaca Womb, con sus curvas y formas orgánicas de clara inspiración en la naturaleza, encaja a la perfección en un entorno decorado con materiales naturales como estos. La combinación permite crear un espacio que destaca por su profundidad e interés y que a la vez sigue manteniendo la elegancia sin ser pretencioso.
Belleza desde todos los ángulos. No importa si la miras de frente o por detrás, siempre te ofrece una cara interesante. Su forma recuerda en cierto modo a la curvatura de la espalda. Por su atractiva estética, añade personalidad y encanto allá donde se coloque. En esta sala de estar por ejemplo, la butaca y el reposapiés de potente color rojo destacan en medio del esquema general de la estancia de colores neutros.
Decora tu casa con las Plastic Chair de los Eames
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Versiones sin fin. La silla Womb está disponible en tres tamaños distintos, en diversos materiales y en una amplia variedad de colores. La estructura tubular de apoyo se puede adquirir en acabado cromo o negro.
Versatilidad. Sus elegantes curvas hacen que encaje a la perfección en cualquier estancia de estilo contemporáneo. En este caso, se eligió una silla Womb en piel Sabrina y patas de cromo pulido, que incrementan considerablemente su elegancia y sofisticación. La diferencia estética que puede provocar la elección de unos colores o materiales concretos queda patente en esta escena, que no sería lo mismo si se hubiera elegido un modelo tapizado o con otros acabados.
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¿Te gusta la silla Womb? ¿En qué lugar de casa la pondrías? Comparte tus ideas en los comentarios.
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