Clásicos Modernos
Decoración
Silla 'Acapulco': Originalidad y colorido para cualquier espacio
Este icono del diseño mexicano se adapta a cualquier espacio. Descubre su historia y el porqué de su versatilidad.
Aunque menos conocida que la silla Barcelona de van der Rohe, la Diamond de Bertoia o la Plastic Chair de los Eames, la silla Acapulco, de diseño anónimo, es un clásico de mitad del siglo XX. Fue creada por artesanos del puerto de Acapulco precisamente para descansar mirando la bahía. La pieza, sencilla y versátil, ha encontrado un espacio propio en el siglo XXI, adaptándose tanto a exteriores como a interiores. Los colores, el diseño y la ligereza vienen de serie; los margaritas, de tu cuenta.
Compuesta de una base circular de acero, generalmente cromado en negro mate o blanco, y cordones en distintas tonalidades de PVC o cuerda, entre otros materiales, la silla Acapulco invita al descanso allá donde esté. El entretejido de las cuerdas cumple una doble función, amoldarse al cuerpo y proporcionar frescura: es la silla ideal para climas calurosos.
“Su comodidad es una de las razones por las que yo creo que se ha convertido en un icono internacional, aparte de porque se trata de un diseño atemporal de formas limpias. Sin embargo, más allá de eso, creo que la imagen de la silla se fundió con la memoria colectiva del mexicano, gracias a sus diversas apariciones en las últimas películas del cine de oro de nuestro país, lo que la convirtió en un objeto inspiracional”, apunta José Juan Garza.
“Su comodidad es una de las razones por las que yo creo que se ha convertido en un icono internacional, aparte de porque se trata de un diseño atemporal de formas limpias. Sin embargo, más allá de eso, creo que la imagen de la silla se fundió con la memoria colectiva del mexicano, gracias a sus diversas apariciones en las últimas películas del cine de oro de nuestro país, lo que la convirtió en un objeto inspiracional”, apunta José Juan Garza.
Pero si hay algo caracteriza al modelo Acapulco –también disponible como Acapulco Baby y Acapulco mecedora–, es su versatilidad. Aunque se trate de un diseño ideado en principio para localizaciones exteriores, sorprende lo bien que encaja también en interiores, como vemos en este salón. Tanto por los materiales en que se encuentra disponible como por su colorido, además se adapta perfectamente a muchos estilos: contemporáneo, rústico, nórdico o ecléctico.
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Los productores actuales de esta silla ofrecen la Acapulco en una amplia gama de colores que recuerda al colorido propio de su México natal. Del verde condesa, al turquesa, pasando por el celeste, el rosa mexicano, el lavanda, el rojo, el blanco, el mandarina, el verde manzana e, incluso, este espectacular amarillo.
Algunos de sus productores en México, como Guibani Artesanal, ponen mucha creatividad al colorido de su entramado. “Nosotros trabajamos la silla Acapulco en su versión clásica y también la hemos convertido en un modelo más elaborado con múltiples combinaciones y tejidos, dándole un toque muy innovador. Elaboramos todas nuestras piezas artesanalmente, cada silla nos lleva entre cuatro y cinco días de trabajo. Utilizamos un material que proviene de un reciclado de tapas de plástico y, además, ofrecemos una oportunidad de empleo a personas que han pasado por la cárcel. Este año, hemos quedado finalistas en la Bienal de Diseño Mexicano”, cuentan desde Guibani.
Algunos de sus productores en México, como Guibani Artesanal, ponen mucha creatividad al colorido de su entramado. “Nosotros trabajamos la silla Acapulco en su versión clásica y también la hemos convertido en un modelo más elaborado con múltiples combinaciones y tejidos, dándole un toque muy innovador. Elaboramos todas nuestras piezas artesanalmente, cada silla nos lleva entre cuatro y cinco días de trabajo. Utilizamos un material que proviene de un reciclado de tapas de plástico y, además, ofrecemos una oportunidad de empleo a personas que han pasado por la cárcel. Este año, hemos quedado finalistas en la Bienal de Diseño Mexicano”, cuentan desde Guibani.
Una combinación muy acertada para interiores es la del amarillo con el azul turquesa –también llamado azul maya–, tan propio de la joyería y el imaginario tradicional mexicanos. Su concepción aérea y su transparencia ayudan a incrementar la sensación de amplitud de cualquier habitación. “Debido a su variedad de colores se puede utilizar como un elemento sobrio y discreto o como la fuente de color de un espacio. Es una pieza con un precio accesible, que viste un ambiente sin tener que invertir mucho dinero”, opina la arquitecta mexicana Verónica González Zavala.
“El diseño de la Acapulco es claramente sencillo, por lo general en un solo tono de tejido que contrasta con la estructura”, apunta José Juan Garza. En la actualidad, también puede incluir mucho colorido en su entramado, como vemos aquí. ”En función de su gama cromática, tanto en exterior como en interior, plantearía la silla como el elemento principal del esquema y seleccionaría mobiliario y accesorios bajo la misma gama tonal”, aconseja el arquitecto mexicano. “Por último, añadiría pocos elementos a su alrededor, para enfatizar su fluidez y ligereza”.
“México es un país de mucho color”, apuntan desde Guibani. “El mercado europeo tiende a demandarnos modelos más sobrios”. Sin embargo, la gracia de esta silla, especialmente en exteriores, es su colorido basado en la alegre paleta de color mexicana. Conjuntada con otros elementos decorativos en los que la geometría y el color sean asimismo protagonistas, genera espacios especialmente originales y cálidos. En la imagen, el perfecto escenario desde el que tomar distancia de la rutina y del ritmo de lo cotidiano. Dos margaritas, por favor.
“Es un objeto muy ligero, lo puede levantar una persona sin ayuda. Esto permite poder moverla de sitio fácilmente. Además, con pasarle un trapo queda como nueva, resiste a la intemperie y no absorbe el polvo. Es una maravilla para lugares con poco mantenimiento”, añade Verónica González Zavala.
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“Es un objeto muy ligero, lo puede levantar una persona sin ayuda. Esto permite poder moverla de sitio fácilmente. Además, con pasarle un trapo queda como nueva, resiste a la intemperie y no absorbe el polvo. Es una maravilla para lugares con poco mantenimiento”, añade Verónica González Zavala.
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La silla Acapulco era la preferida de las estrellas de Hollywood que, en los años 50, veraneaban en la costa del Pacífico. De Elvis Presley a Rita Hayworth, pasando por John Wayne. Aunque lejos de las playas mexicanas, es posible, con una buena manta a mano, disfrutar en ella de una pequeña siesta. De respaldo ancho y ligeramente inclinado, el diseño de la silla obliga a poner el peso del cuerpo sobre la espalda, para relajar las piernas.
Para los ambientes discretos, también hay un modelo de Acapulco. En este caso, la cuerda elegida para el asiento, en un tono a juego con el resto del mobiliario y la decoración, genera un espacio armónico y acogedor, donde los textiles son también protagonistas.
¿Y TÚ?
¿Tienes una silla Acapulco en casa? Cuéntanos cómo es, en qué ambiente la has puesto y sube una foto en los comentarios para que podamos verla
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“La Acapulco es más allá que una silla para la cultura mexicana, representa una época donde se observaba a la ciudad de Acapulco como el destino favorito de la farándula hollywoodiense”, explica el arquitecto mexicano José Juan Garza. “Su entretejido hace referencia a la cultura maya y también a la imagen del telar artesanal, elemento icónico de nuestra cultura. La silla Acapulco es, para mí, un sinónimo de la ciudad pero también de la playa, de la tradición y de la frescura del clima”.
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