Visita privada: Una casa de campo inglesa con un interior sorprendente
Esta creativa pareja llena su hogar, situado en los bucólicos montes Cotswolds, de curiosas piezas únicas y colecciones nada habituales.
“Nos gusta hacer las cosas a nuestra manera e ir a contracorriente”, confiesa Mel Moss, propietaria de esta vivienda en la campiña inglesa: “A veces, tratar de ser diferentes nos complica la vida, pero detesto la idea de tener las mismas cosas que los demás”. Y lo cierto es que no se puede acusar al hogar de Mel y su marido, Jay Jay Burridge, de ser convencional. Esta preciosa casa de Oxfordshire, que comparten con sus dos hijos pequeños y una colección de animales que campan a sus anchas, presenta una decoración interior única, repleta de piezas de todo el mundo adquiridas, a menudo, por muy poco dinero. Súmate al cheap and chic.
La vivienda pertenece a una comunidad de fincas formada por 50 residencias y estaba recién renovada cuando Mel y Jay Jay llegaron, hace ya unos seis años. La propiedad estaba dividida en dos viviendas, pero hace unos tres años, justo cuando la pareja se estaba planteando trasladarse a una casa más grande, sus vecinos se marcharon, lo que les permitió fusionar ambas viviendas.
“Las dos casas se unen en la planta baja, pero las habitaciones situadas en la planta superior son independientes”, explica Jay Jay.
“Las dos casas se unen en la planta baja, pero las habitaciones situadas en la planta superior son independientes”, explica Jay Jay.
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“Me gusta cuando miro hacia una habitación o un rincón en concreto y lo que veo me saca una sonrisa”, dice Mel. Con esta idea, nos adentramos en el interior de la vivienda, una combinación atrevida que rezuma elegancia y alegría. La sala de estar, en la imagen, no tiene televisión y está pensada para sentarse a leer, jugar o pasar el rato con amigos.
“Es mi pequeño rincón donde se respira alegría y paz”, explica Mel, que se confiesa enamorada de la colorida alfombra. “Es como tener una pintura en el suelo. Fue elección mía, por lo que me arriesgué un poco a que a Jay no le gustara”.
Alfombra: Anthropologie.
“Es mi pequeño rincón donde se respira alegría y paz”, explica Mel, que se confiesa enamorada de la colorida alfombra. “Es como tener una pintura en el suelo. Fue elección mía, por lo que me arriesgué un poco a que a Jay no le gustara”.
Alfombra: Anthropologie.
El pasillo conduce hasta el comedor. Una antigua bicicleta infantil que adquirieron en Francia cuelga de una de las paredes. La pareja cambia con frecuencia las piezas que están a la vista. “No solo se trata de los elementos y los cuadros en sí, sino del espacio de separación entre ellos; esa dinámica también tiene que fluir”, explica Jay Jay.
La pasión de Mel y Jay Jay por los letreros vintage queda patente también en el interior de la vivienda. La mayoría los han comprado en Francia y siempre a buen precio.
Esta colección de juguetes, consolas de ordenador y muñecos antiguos se encuentra en el baño de la planta baja. “Las colecciones de Jay Jay suelen estar muy vinculadas a su infancia”, explica Mel.
En la oficina de Jay Jay están la mayoría de sus piezas favoritas, entre ellas una pistola bláster original de la película El Imperio Contraataca. “En una cabaña de caza tradicional encontrarás un fusil sobre la chimenea; yo, en cambio, tengo una pistola de la saga de La guerra de las galaxias. Son guiños que me encantan”, explica Jay Jay.
Esta exótica instalación de neón es obra de Jay Jay y formó parte de una exposición en Los Ángeles. Hay obras similares en uno de los restaurantes de Londres que tiene el famoso chef Jamie Oliver, el que está en el número 21 de Shaftesbury Avenue, donde Jay Jay participó como director creativo. “Jay Jay se sienta a trabajar aquí a menudo, a la luz de su dinosaurio bailarín”, comenta Mel entre risas.
En otro de los rincones del despacho encontramos su colección de teléfonos de baquelita de los 60.
“Aportan un toque histórico y divertido… muchos de ellos todavía funcionan”, asegura Mel. “Eso sí, para hacer una llamada con cualquiera de ellos necesitas un buen rato, ya que hay que marcar número por número. Además, no puedes moverte del sitio mientras estás al teléfono, lo cual no es muy cómodo cuando tienes que andar detrás de los niños…”.
“Aportan un toque histórico y divertido… muchos de ellos todavía funcionan”, asegura Mel. “Eso sí, para hacer una llamada con cualquiera de ellos necesitas un buen rato, ya que hay que marcar número por número. Además, no puedes moverte del sitio mientras estás al teléfono, lo cual no es muy cómodo cuando tienes que andar detrás de los niños…”.
Un conjunto de dos sillones que Mel heredó de su madre reposan junto a la chimenea. Los estantes acogen libros, descubrimientos decorativos y… más dinosaurios de Jay Jay. “La pintura la hizo él”, comenta Mel. “Escoge óleos antiguos y pinta dinosaurios sobre ellos. Hace lo mismo con los tapices”.
“La máquina de coser Singer fue un regalo de mi abuelo a mi madre cuando cumplió 21 años”, explica Mel: “Todavía la utilizo”.
Mel encontró un juego de cuatro láminas de Snoopy en eBay (de las cuales podemos ver tres en esta imagen). “¡Carter es un fanático de Snoopy y a todos nos encantaron!”, dice.
Mel encontró un juego de cuatro láminas de Snoopy en eBay (de las cuales podemos ver tres en esta imagen). “¡Carter es un fanático de Snoopy y a todos nos encantaron!”, dice.
Sobre el sofá de la sala de estar luce una pintura sobre vidrio, obra del artista Zebedee Helm, amigo de la familia.
Expuestas en esta bonita mesa de estilo vintage encontramos una colección de moldes de gelatina y un par de campanas de vidrio. “No me gusta nada ver siempre las llaves y las cartas sobre la mesa de la entrada, prefiero colocar en ella cosas bonitas”, confiesa Mel. “No hace falta recargarla demasiado”, añade Jay Jay. “Con poner tres o cuatro piezas en grupos pequeños es suficiente”.
Las luces con el nombre de Mel fueron un regalo de su cuñado.
Pintura: Zebedee Helm
Las luces con el nombre de Mel fueron un regalo de su cuñado.
Pintura: Zebedee Helm
Esta salita desemboca en el comedor, cuyo techo se eleva formando una pronunciada inclinación. Las vigas están decoradas con coloridas banderitas que Jay Jay trajo de la India.
El comedor actual fue una cocina de las casas antes de unirlas. “Dispone de tres ventanas, así que es muy luminoso y acogedor”, explica Mel. Ella misma se encargó de decorar las vigas del techo con escaleras de pie y flores.
“Tenemos varias latas de consomé Kub que utilizo a modo de jarrones”, comenta Mel. “No cuestan más de un par de euros cada una”. Jay Jay regaló a Mel el tocadiscos. “Me encanta el color y lo uso a todas horas”, confiesa, agradecida.
La familia hace mucha vida en el salón. No es extraño ver a los conejos y a los pollos deambulando a sus anchas por la estancia. “La banqueta es enorme, casi como otro sofá, pero como solemos reunirnos muchos en este espacio (e incluyo a todos los animales), viene de maravilla”, explica Mel.
Lo que antiguamente era una escalera, ahora tiene el paso bloqueado y hace las veces de estantes y de hogar de varias figuras de Star Wars.
Obra sobre la estufa de leña: Jay Jay Burridge. Sofá y banqueta: ambos de sofa.com
Lo que antiguamente era una escalera, ahora tiene el paso bloqueado y hace las veces de estantes y de hogar de varias figuras de Star Wars.
Obra sobre la estufa de leña: Jay Jay Burridge. Sofá y banqueta: ambos de sofa.com
Mel heredó esta alhacena de su madre. “Al abrir las puertas, todavía huele como el primer día”. La dueña disfruta colocando y ordenando las piezas decorativas, casi todas recuerdos familiares. “¡Estoy muy cómoda ordenando la cómoda!”, bromea sobre el muebles que lucía desde niña en la casa del Sur de Francia de su madre. “Me llena de felicidad”. Las latas en el estante superior son obra de su padrastro, el diseñador Ian Logan.
“Aquí es donde solemos comer a diario”, asegura Mel. Los niños se sientan juntos en el banco, y la mesa, que cuenta con un revestimiento esmaltado, es muy práctica y resistente. La adquirimos en una tienda de artículos de segunda mano en la ciudad de Whitstable, en Kent.
Otro letrero de hojalata, esta vez de Coca-Cola, hace las veces de salpicadero para la cocina.
Ideas para dejar sartenes a la vista en la cocina sin que sea caótico
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Mel y Jay Jay llevan haciéndose con utensilios de cocina esmaltados unos diez años. “Todos los hemos comprado a muy buen precio”, asegura Mel. “Mis favoritas son las piezas blancas y azules. También tenemos un montón de orinales antiguos que utilizamos para recoger las sobras de comida y peladuras de patatas para dar de comer a los pollos”.
El dormitorio de Mel y Jay Jay es el paraíso de los banderines de ganchillo, que aportan mucha vida a la viga del techo.
“Mi padrastro me regaló estos carteles ferroviarios de Estados Unidos hechos con estaño, hace ya unos 20 años, cuando me fui de casa”, explica Mel. “Son de las primeras cosas que cuelgo en la pared cada vez que me mudo”.
“Mi padrastro me regaló estos carteles ferroviarios de Estados Unidos hechos con estaño, hace ya unos 20 años, cuando me fui de casa”, explica Mel. “Son de las primeras cosas que cuelgo en la pared cada vez que me mudo”.
En el dormitorio también vemos un conjunto de cuatro láminas Shell Tractor Oil, todas protagonizadas por diferentes especies de pájaros británicos. “Normalmente nos aburrimos rápidamente de las piezas decorativas, pero nunca nos hemos cansado de estas”, explica Mel. La cómoda se la regaló un amigo que ya no la quería.
Unas cuantas figuras de Star Wars colocadas sobre la cómoda son las guardianas del dormitorio principal.
La litera de la habitación de Cash pertenecía originalmente a Jay Jay. La construyó su padre, que era escenógrafo. Tanto él como su hermano Cody, solían dormir en ella de pequeños. “Ha cambiado varias veces de color”, explica.
El escritorio de Cash fue una adquisición en un mercado de segunda mano del sur de Francia. “Al igual que Jay Jay, se pasa el día dibujando”, comenta Mel. “También le encanta sentarse en su escritorio y jugar a hacer llamadas telefónicas”.
Esta habitación de invitados alberga una magnífica cama francesa de estilo vintage y una colección de carteles taurinos, también provenientes de Francia.
La afición de esta pareja por los objetos antiguos y de segunda mano no tiene límites. “Tenemos un don para encontrar este tipo de cosas, aunque carecemos del don de deshacernos de ellas”, comenta Jay Jay. “Cuento con un almacén donde tengo guardados varios dinosaurios y muebles del sur de Francia”.
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La afición de esta pareja por los objetos antiguos y de segunda mano no tiene límites. “Tenemos un don para encontrar este tipo de cosas, aunque carecemos del don de deshacernos de ellas”, comenta Jay Jay. “Cuento con un almacén donde tengo guardados varios dinosaurios y muebles del sur de Francia”.
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A Cash (en la foto) y a Carter les encanta su casa del árbol, situada en un manzano que murió hace ya tiempo. Jay Jay la construyó a partir de una vieja cabaña. “Adquirimos este terreno para vallarlo y poder dedicar un corral a nuestros pollos. Una noche, el árbol cayó debido a una tormenta y quedó destrozado”, explica Mel.
Jay Jay construyó este triceratops, más conocido como Trevor, con espuma densa ligera y luego lo cubrió con cinta aislante. Originalmente, el dinosaurio estaba ubicado en el jardín delantero, pero tanto a Mel como a Jay Jay les preocupaba que pudiera distraer a los conductores y causar un accidente de tráfico.
“La gente que pasa caminando nos pregunta muchas veces si pueden sacarle una foto”, explican.
Cuando el viento sopla, la familia suele llevarse a Trevor a un lugar más protegido. “Es bastante ligero y, en varias ocasiones, nos hemos visto gritando: ‘¡Trevor no está!’, confiesa Mel.
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“La gente que pasa caminando nos pregunta muchas veces si pueden sacarle una foto”, explican.
Cuando el viento sopla, la familia suele llevarse a Trevor a un lugar más protegido. “Es bastante ligero y, en varias ocasiones, nos hemos visto gritando: ‘¡Trevor no está!’, confiesa Mel.
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Quién vive aquí: Jay Jay Burridge, artista y escultor; su mujer, Mel Moss, consultora de moda; sus hijos, Carter y Cash, además de un perro, dos gatos, un conejo y cinco pollos.
Propiedad: Una casa de campo construida hace unos 300 años
Situación: Cornbury Park, una zona residencial de campo en Cotswolds, Oxfordshire, en el Centro-Sur de Inglaterra
Superficie: 6 habitaciones, 4 baños
Dato curioso: Jay Jay y Mel dirigen juntos una empresa de sombreros hechos a medida conocida como Lucky Seven
“Me encanta encontrar artículos tan tan baratos, que casi es como si te pidieran a gritos que te los llevaras a casa”, asegura, jocoso, Jay Jay. Desde utensilios de hierro esmaltado y moldes de gelatina, a teléfonos Bakelite de los años 50: todos comparten ahora las habitaciones de la vivienda de Jay Jay y Mel, pasando las obras de arte del propio Jay jay, cuyos protagonistas suelen ser… los dinosaurios.
En la imagen, Cash, a la izquierda, y Carter, nos dan la bienvenida sentados junto a sus padres en la mesa y los bancos de madera y metal, con revestimiento de polvo, diseñados por Jay Jay. El letrero de metal que observamos al fondo lo encontraron en Francia. “Sentimos debilidad por los letreros antiguos”, explica Moss. “Nos atraen sus colores y su diseño gráfico, más que lo que anuncian. Éste, por ejemplo, es de neumáticos”.