Visita privada: El funcional ático con terraza de dos valencianas
Raquel y Carmina compraron un viejo piso para reformarlo a su antojo. Junto a su hijo, ahora disfrutan de mucha luz.
La pareja tiene mucho que aportar cuando el tema de la conversación es ‘vivir en Valencia’. Este ático en la avenida Gran Vía Fernando el Católico es su cuarta casa…, pero solo la primera en propiedad. “Empezamos viviendo en un piso de 50 m² en el barrio del Carmen que se nos quedó pequeño. Luego, nos mudamos a otro más grande en la misma zona, pero nos saturamos de vivir en el centro y nos mudamos a un chalé en las afueras. Al poco, acabamos echando de menos la vida social y la ciudad”, explica Raquel Sánchez, una médica-cirujana de Valencia a la que no le daba ningún miedo que su primera vivienda en propiedad fuera una casa “muy vieja –dice. De hecho, Carmina [su pareja] y yo buscábamos casas para reformar: queríamos empezar de cero con algo a nuestro gusto”, cuenta. Desde hace dos años, ambas disfrutan junto a su hijo de este piso de techos altos con terraza, donde una distribución y muebles actuales conviven con elementos originales como vigas y paredes de ladrillo visto.
La mesa del comedor, un modelo ovalado extensible, es uno de los epicentros de la vida de la casa…; especialmente los sábados, que en casa arrancan bastante pronto. “Nuestros sábados empiezan sobre las siete de la mañana. Quim se levanta con energía y, aunque intentamos quedarnos un ratito en la cama viendo pasar aviones o mirando la luna, que a esas horas aun está, no siempre lo conseguimos. Nos levantamos y preparamos el desayuno y lo tomamos en la mesa oyendo música de todo tipo: nouvelle vague, indie, pop, rap o canciones del cole”, dice Raquel.
Las sillas están hechas con materiales reciclados y, según dicen, son fáciles de limpiar. “Tenemos también unos troncos de LUFE con ruedas que sirven de taburete si hace falta”, añade Raquel.
Mesa de comedor: Oqui; sillas: Ikea; lámpara Pili: Arturo Álvarez
Las sillas están hechas con materiales reciclados y, según dicen, son fáciles de limpiar. “Tenemos también unos troncos de LUFE con ruedas que sirven de taburete si hace falta”, añade Raquel.
Mesa de comedor: Oqui; sillas: Ikea; lámpara Pili: Arturo Álvarez
Hay muchas plantas en la casa. Carmina y Quim las cuidan. Como consejo, estos dos expertos recomiendan para la casa especies como el Ficus benjamina ‘Variegata’, la monstera o Costilla de Adán y una dracaena. Al fondo de la imagen, la puerta de entrada a la vivienda.
“Al final, en una casa se pasa mucho tiempo en la cocina y pensamos que, si está cerrada, es tiempo que no siempre se comparte con el resto de la familia. Una cocina abierta hace el cocinar más dinámico”, reflexiona Raquel.
Una de las mejores cosas de esta cocina es que mira hacia la terraza, de 12 m². Como las puertas son correderas, cuando se abren el exterior queda integrado en el salón. En primavera, esta familia desayuna cada mañana al sol: “la terraza es parte del salón ¡pero sin techo!”, dice Raquel. Las dos lámparas sobre la isla las hicieron las dueñas: “compramos cable de cuerda, portalámparas de porcelana negra y bombillas con resistencia a la vista y las hicimos nosotras”.
Puertas correderas: Espacios versátiles con un solo gesto
Una de las mejores cosas de esta cocina es que mira hacia la terraza, de 12 m². Como las puertas son correderas, cuando se abren el exterior queda integrado en el salón. En primavera, esta familia desayuna cada mañana al sol: “la terraza es parte del salón ¡pero sin techo!”, dice Raquel. Las dos lámparas sobre la isla las hicieron las dueñas: “compramos cable de cuerda, portalámparas de porcelana negra y bombillas con resistencia a la vista y las hicimos nosotras”.
Puertas correderas: Espacios versátiles con un solo gesto
La cocina queda separada del resto de la zona de día por una isla que también es el área de office. En esta casa se cocina mucho arroz meloso y paella; la lasaña de verduras es otra especialidad.
El orden reina y no solo para la sesión de fotos: “la verdad es que somos limpias y ordenadas; no obsesivas, pero casi. Sabemos que los niños y experimentar con cualquier cosa van unidos, de modo que jugamos y aprendemos con todo: tierra, plantas, juegos, torres, montar, desmontar, destrozar, harina… Solemos cocinar con Quim, así que, ¡bienvenido el desorden si es divertido!”, dice Raquel.
El orden reina y no solo para la sesión de fotos: “la verdad es que somos limpias y ordenadas; no obsesivas, pero casi. Sabemos que los niños y experimentar con cualquier cosa van unidos, de modo que jugamos y aprendemos con todo: tierra, plantas, juegos, torres, montar, desmontar, destrozar, harina… Solemos cocinar con Quim, así que, ¡bienvenido el desorden si es divertido!”, dice Raquel.
Sin necesidad de puertas y solamente gracias a la isla, la alfombra y la propia forma del espacio se diferencian los usos de la zona de día.
“Participamos en todas las decisiones de la distribución y en cada detalle. De la zona de día, lo que más nos gusta es la luz, la amplitud y la versatilidad que da la terraza con las puertas correderas”, dice la dueña. Por cierto, la bici es de Raquel y así colgada no ocupa sitio.
“Participamos en todas las decisiones de la distribución y en cada detalle. De la zona de día, lo que más nos gusta es la luz, la amplitud y la versatilidad que da la terraza con las puertas correderas”, dice la dueña. Por cierto, la bici es de Raquel y así colgada no ocupa sitio.
El largo pasillo de la casa, sin muebles, es el lugar perfecto para gatear. “También para hacer carreras, dar sustos, ir en bici, en patín, hacer circuitos… no por ser pasillo se usa menos”, describe Raquel.
Una de las puertas del pasillo es un armario donde están la lavadora y la secadora. Todos los armarios de la casa –cocina, baños, habitaciones– son a medida. “Participamos en su distribución por dentro, así que están adaptados a nuestras necesidades. Esto hace que podamos casi prescindir de cualquier otro mueble”, cuenta Raquel.
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Una de las puertas del pasillo es un armario donde están la lavadora y la secadora. Todos los armarios de la casa –cocina, baños, habitaciones– son a medida. “Participamos en su distribución por dentro, así que están adaptados a nuestras necesidades. Esto hace que podamos casi prescindir de cualquier otro mueble”, cuenta Raquel.
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La casa tiene tres dormitorios, pero el de Quim es muy grande, de manera que podrá dividirse en dos cuando Carmina dé a luz.
“Este dormitorio está pensado y diseñado para la llegada del segundo hijo y era algo que teníamos muy claro. Tiene dos puertas y dos armarios exactamente iguales y en un futuro podrían separarse si ellos quieren, aunque nos gusta la idea de que compartan cuarto y espacios por un tiempo”, explica Raquel.
“Este dormitorio está pensado y diseñado para la llegada del segundo hijo y era algo que teníamos muy claro. Tiene dos puertas y dos armarios exactamente iguales y en un futuro podrían separarse si ellos quieren, aunque nos gusta la idea de que compartan cuarto y espacios por un tiempo”, explica Raquel.
Los techos de la casa son tan altos que Quim tiene su propio columpio. El suelo de la casa es un laminado de madera de gran formato.
El sofá, columpio, y muebles del cuarto del niño son de Ikea. “Queremos muebles que no limiten a Quim a la hora de jugar y explorar; si los pinta, ya se cambiarán. No queremos tener que ponerle límites porque sean piezas caras y se puedan estropear”, comparte Raquel.
El sofá, columpio, y muebles del cuarto del niño son de Ikea. “Queremos muebles que no limiten a Quim a la hora de jugar y explorar; si los pinta, ya se cambiarán. No queremos tener que ponerle límites porque sean piezas caras y se puedan estropear”, comparte Raquel.
Al poner la cama en una segunda altura, se gana espacio para almacenaje.
Timbales, ukelele, un plato en el salón para vinilos: en esta casa la música es importante. “A las dos nos gusta mucho la música, ir a festivales y a conciertos. Yo soy más pop e indie; a Carmina le gusta más la electrónica y el rock. A Quim es algo que le encanta y por eso la mayoría de sus regalos siempre han sido instrumentos. ¡Se está haciendo una buena colección y los toca todos!”, explica.
Este es el estudio. Hay una mesa, estantería y un futón donde sentarse a leer que se convierte en cama de matrimonio para invitados.
Como el ático está en un octavo piso, por el ventanal del dormitorio principal se ve mucho cielo “y hasta las montañas a los lejos, todo eso tumbadas en la cama”, comparte Raquel, que asegura que su cuarto está siempre ordenado “en parte gracias a la pared de armarios donde cabe todo”.
En el dormitorio principal destaca un cuadro colorista obra del hermano de Carmina, el artista Carlos Arroyo Galaxia. “Tenemos más cuadros suyos en casa, algunos que han estado expuestos en ferias y galerías de arte de Madrid, París…”, dice Raquel.
En la imagen, el baño en suite, con paredes y suelo de microcemento: las dueñas no querían azulejos para no tener juntas.
Más hogares únicos en la sección ‘Visita privada’ de la Revista Houzz España
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Quién vive aquí: Raquel Sánchez, Carmina Arroyo y el hijo de ambas, Quim –Carmina está embarazada y están esperando a Ria
Situación: Valencia
Superficie: 170 metros cuadrados (12 de terraza)
Proyecto: David Llorens
Fotografía: María Mira / ©Houzz España 2019
Cuando la compraron, la casa no se había reformado desde su construcción, en 1945, y además hacía tres años que nadie vivía en ella. La distribución también era muy distinta a la actual: la zona de día, por ejemplo estaba en el otro extremo de la terraza.
En la imagen, tras la reforma, cocina, comedor y zona de estar comparten un amplio espacio volcado al exterior. Además, a través del pasillo junto a la cocina se accede a tres dormitorios y dos cuartos de baño.
Sobre la decoración, los muebles son sencillos y de poca altura. “Buscábamos funcionalidad, huir de barreras para los niños y tener cosas a su altura para que puedan utilizarlas. Carmina es minimalista y eso refleja un poco en la casa”, dice Raquel a quien vemos en la imagen con camisa azul, junto a Carmina, maestra de primaria, y Quim.