Casas Houzz
Casas Houzz: Un proyecto que reinventa la clásica vivienda andaluza
En la costa gaditana, esta casa de muros blancos y espectaculares vistas al mar es un claro exponente del estilo andaluz contemporáneo.
La interiorista Ana Béjar reconoce sentir debilidad por las casas de estilo andaluz de los años 70. Las viviendas de antes tienen, en su opinión, un alma que hace que uno se sienta obligado a volver a darles vida, a actualizarlas y ponerlas en consonancia con la época en que vivimos. Ese fue sin duda uno de los motivos que hicieron que se enamorara de esta villa, con la que dio por casualidad. La interiorista decidió comprarla, a través de su empresa Etno Design, para rehabilitarla y venderla posteriormente. Otro de los aspectos importantes que le atrajo de ella fueron sus espectaculares vistas al mar, algo siempre presente en las viviendas que restaura. Y es que, situada sobre una colina, desde ella se domina toda la bahía de Casares.
El blanco es el gran protagonista de esta vivienda, con apenas alguna que otra pincelada de color. Este tono, además de ser para la interiorista el color de Andalucía, es un recurso crucial para captar luminosidad. En el caso del salón-comedor, al tener apenas 4 m de anchura, su empleo ha propiciado que se ensanche visualmente el espacio, evitando que éste parezca un túnel. De ahí que los marcos de las ventanas o los muebles elegidos sean también de color blanco, evitando de este modo marcar límites.
Aparte, para dar mayor profundidad al espacio, se incorporó a la vivienda un porche existente en la construcción original. El banco que sirve de mesa de centro es un diseño de la interiorista y para su elaboración utilizó una madera de un andamio posteriormente blanqueado.
Aparte, para dar mayor profundidad al espacio, se incorporó a la vivienda un porche existente en la construcción original. El banco que sirve de mesa de centro es un diseño de la interiorista y para su elaboración utilizó una madera de un andamio posteriormente blanqueado.
Las ventanas de la vivienda original eran extremadamente pequeñas y a través de ellas apenas entraba luz ni se veía el mar. Para sacar a relucir las fabulosas vistas que tenía la casa y frente a la que ésta permanecía de espaldas, la interiorista abrió enormes ventanales. Del mismo modo, cada dormitorio se dotó de su propio acceso a una terraza, o a un patio o bien de vistas al mar.
Más imágenes de salones de este estilo aquí
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El principal objetivo del proyecto fue rehabilitar la vivienda respetando la estructura y el estilo, pero redistribuyendo los espacios interiores por completo. El resultado final ha sido una casa con 3 habitaciones y 3 baños, más una estancia que hace las funciones de biblioteca/salón de televisión, ubicada en un altillo sobre el salón principal. Para la zona de día se buscó una comunicación máxima entre las distintas áreas, eliminando cualquier separación entre ellas. Sí que se conservó, en cambio, una diferencia de niveles entre la zona de la cocina-comedor y la del salón, la cual contribuye a delimitar ambos espacios pero sin que la sensación de área diáfana se vea afectada.
En el altillo se ubicó un salón para ver la televisión, equipado con dos camas de día. Estas pueden plegarse para adaptar el espacio a las circunstancias y necesidades de cada momento.
¿Tienes invitados? Invéntate una cama donde no la hay
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La cocina está unida al comedor, si bien la intención de la interiorista fue tratar este espacio más bien como un comedor en el que “casualmente” se encuentra la cocina, dándole así un carácter más elegante.
Para los suelos de esta zona, como para los del resto de las estancias interiores, se ha utilizado un mármol en bruto, sin pulir y sin brillo. En él únicamente se ha aplicado para sellarlo un tratamiento hidrófugo transparente y mate, que no se aprecia a simple vista y que resalta el aspecto natural de la piedra.
Para los suelos de esta zona, como para los del resto de las estancias interiores, se ha utilizado un mármol en bruto, sin pulir y sin brillo. En él únicamente se ha aplicado para sellarlo un tratamiento hidrófugo transparente y mate, que no se aprecia a simple vista y que resalta el aspecto natural de la piedra.
El extractor de humos de la cocina se instaló en el lugar que antes ocupaba una chimenea en el antiguo salón. Las líneas modernas del mobiliario de cocina contrastan con detalles de diseño clásico, como las sillas o el conjunto de candelabros de plata antiguos. “Me gustan estos contrastes, en particular porque este tipo de objetos cuentan una historia”, apunta Ana Béjar.
De hecho, a lo largo de toda la casa los elementos modernos cohabitan con los antiguos e incluso con piezas étnicas. Algo que la interiorista explica, por una parte, por ser hija de un anticuario y a la vez pintor vanguardista, por lo que siempre ha estado rodeada de piezas antiguas combinadas con modernas. Y por otro lado, por el hecho de haber vivido varios años en Haití, lo que hizo que desarrollara un gusto por lo étnico y primitivo.
De hecho, a lo largo de toda la casa los elementos modernos cohabitan con los antiguos e incluso con piezas étnicas. Algo que la interiorista explica, por una parte, por ser hija de un anticuario y a la vez pintor vanguardista, por lo que siempre ha estado rodeada de piezas antiguas combinadas con modernas. Y por otro lado, por el hecho de haber vivido varios años en Haití, lo que hizo que desarrollara un gusto por lo étnico y primitivo.
El dormitorio principal cuenta con un baño propio y un vestidor, todo ello en-suite. Si bien la parte dedicada exclusivamente al dormitorio es bastante pequeña, esto queda compensado gracias al gran ventanal lateral que da a una terraza y a otro ventanal que mira al mar y que le confiere una gran amplitud. Para incrementar esta sensación de espacio, el armario (procedente de Bali) se pintó en blanco y se diseñaron a medida unas estrechas mesitas de noche de apenas 20 cm de ancho.
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Por toda la casa encontramos detalles decorativos muy originales, como el cabecero de cañas de bambú pintado de blanco o una cortina a base de eslabones metálicos gruesos. Todos esos elementos fueron ideados y elaborados por Etno Design específicamente para este proyecto.
Abundan también los guiños a Andalucía, como son la utilización de arcos en las zonas de paso. Estos contrastan, por otro lado, con el aspecto más cúbico que ofrece la casa en su exterior.
Abundan también los guiños a Andalucía, como son la utilización de arcos en las zonas de paso. Estos contrastan, por otro lado, con el aspecto más cúbico que ofrece la casa en su exterior.
El dormitorio de invitados se encuentra en el espacio que antes ocupaba la cocina. Los marcos de las ventanas proceden de la India y fueron pintados posteriormente de blanco. “Me gusta darle un tema a cada dormitorio para que la persona que lo ocupe se sienta en un lugar especial”, explica Ana Béjar.
Los baños se mantuvieron en el mismo lugar, si bien se renovaron por completo. Para el pavimento se optó por cantos rodados para darles un aire de minipatio andaluz. En lugar de un mueble bajo el lavabo, se colocaron unos cestos de mimbre que aportan un toque y textura naturales.
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El color blanco que domina en todo el interior de la vivienda se prolonga también por el patio. Para el suelo, en lugar de pavimentarlo se recurrió al cemento blanco, un material que la interiorista utiliza mucho y que le fascina por la textura y la sensación de amplitud que ofrece.
Las cortinas que se colocaron, más allá de tener una función decorativa, sirven también para marcar los espacios, conceder cierta privacidad a la ducha y otorgarle movimiento al ambiente cuando bailan al compás de la brisa. Al haber muy poco espacio en el patio para construir una piscina convencional, se aprovechó una esquina para colocar una especie de “laguna” donde refrescarse.
Las cortinas que se colocaron, más allá de tener una función decorativa, sirven también para marcar los espacios, conceder cierta privacidad a la ducha y otorgarle movimiento al ambiente cuando bailan al compás de la brisa. Al haber muy poco espacio en el patio para construir una piscina convencional, se aprovechó una esquina para colocar una especie de “laguna” donde refrescarse.
Una de las máximas de Ana Béjar en sus proyectos es la de adaptarse al entorno, a la arquitectura, al clima y a la cultura del lugar. Esto queda de manifiesto en este rincón del patio (y uno de sus rincones favoritos de la casa), en el que en una pared se han colgado unas macetas pintadas de blanco, pero sin flores. Un guiño al típico patio andaluz, pero en versión minimalista.
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Quién vive aquí: Una pareja con 2 hijos
Situación: Casares Costa, entre Estepona y Sotogrande
Superficie: 200 metros cuadrados
Interiorismo: Ana Béjar
Plazo de ejecución: 6 meses
Presupuesto: Más de 100.000 euros
Fotos: Masfotogenica Fotografía