Casas Houzz
Casas de playa
Lo más visto
Una espectacular casa que reinterpreta la vivienda mediterránea
Orientada al mar y a resguardo de la tramontana, la casa se abre a las vistas y transforma en patios sus límites.
La idea tipo de la casa mediterránea es un conjunto de volúmenes introvertidos que se organizan en torno a un patio. De este modo, se protege de la intemperie a la vez que captura la luz y el aire para la vida en su interior. El arquitecto Marià Castelló, que lleva 20 años realizando interesantes propuestas y reflexiones construidas sobre arquitectura doméstica a partir de las tradiciones constructivas de la isla de Formentera, donde fundó su estudio, plantea en esta vivienda unifamiliar en una urbanización de la Costa Brava una versión diferente de esa tipología ancestral. Aquí, los volúmenes se fragmentan en lugar de agruparse y el patio se centrifuga en varios espacios sobre los límites de la parcela. Cambia el procedimiento y la configuración, pero los valores y los objetivos son los de siempre: combinar el aprovechamiento de la luz solar con la máxima protección de la vida privada y frente a las inclemencias climáticas.
Castelló responde a estas demandas repartiendo el programa en dos niveles y tres volúmenes. De este modo, afirma el arquitecto, “se resuelve la tensión entre la óptima orientación solar y las amplias visuales panorámicas” minimizando además la intervención sobre el paisaje.
El nivel inferior es un volumen alargado y aparentemente ciego que queda embebido en la ladera, aunque accesible desde la calle. El superior son dos piezas transversales montadas sobre aquel que se abren por completo hacia el mar.
El nivel inferior es un volumen alargado y aparentemente ciego que queda embebido en la ladera, aunque accesible desde la calle. El superior son dos piezas transversales montadas sobre aquel que se abren por completo hacia el mar.
Los dos volúmenes superiores se conectan entre sí por medio de una pasarela acristalada que, como casi todo en esta casa, surte diversos efectos complementarios: alberga la escalera que comunica los dos niveles, inunda de luz la parte central del inferior y, en palabras de Castelló, “actúa como una pantalla contra el viento y genera un espacio de relación exterior
resguardado del viento predominante, pero permeable visualmente hacia el mar”.
Este espacio viene a ser un rastro del patio central propio de la casa mediterránea tradicional. Un ámbito protegido, soleado y muy agradable de disfrutar en invierno; pero también uno de esos lugares intersticiales al aire libre, entre la construcción y el desmonte de la ladera, que marcan la singularidad de esta vivienda.
resguardado del viento predominante, pero permeable visualmente hacia el mar”.
Este espacio viene a ser un rastro del patio central propio de la casa mediterránea tradicional. Un ámbito protegido, soleado y muy agradable de disfrutar en invierno; pero también uno de esos lugares intersticiales al aire libre, entre la construcción y el desmonte de la ladera, que marcan la singularidad de esta vivienda.
El acceso desde la calle se hace por el nivel inferior, a través del garaje. “Me pidieron que hubiera tres dormitorios porque dos de los hermanos compartían habitación y el mayor no siempre coincidía con ellos. Sin embargo, durante el proyecto añadimos otro más en este nivel para invitados o para cuando todos coincidieran”, explica Castelló. Aunque este volumen es ciego hacia la calle, la luz natural lo baña a través de la escalera, que funciona como un lucernario, y los patios laterales.
La misma estrategia de iluminación afecta también al garaje, parte de cuyo techo es una estructura metálica desmontable que sostiene el piso de madera junto a la piscina situada encima.
Esa pieza puede plegarse bajo el forjado sobre unos rieles, de modo que el espacio puede convertirse en otro patio a cielo abierto.
Planta baja
En la planta baja es donde adquieren mayor protagonismo los patios que se generan entre la construcción y el lecho rocoso de pórfido. “Esos intersticios entre la matriz rocosa de pórfido y la arquitectura se convierten en los momentos más líricos
de la propuesta y donde más apetece estar”, dice el arquitecto. También fue “lo que más nos costó que el cliente entendiera durante la fase de proyecto”.
de la propuesta y donde más apetece estar”, dice el arquitecto. También fue “lo que más nos costó que el cliente entendiera durante la fase de proyecto”.
Hoy, sin embargo, “son disfrutados a diario y permiten un contacto con el exterior muy controlado y a salvo de las miradas de los vecinos”.
El hormigón y la madera de roble de las carpinterías establecen un diálogo casi simbiótico con el pórfido de la roca excavada, cuya grava se utiliza para crear la superficie de las cubiertas y los patios a los que se abren el dormitorio y el estudio de pintura situados en el extremo occidental de esa planta.
El hormigón y la madera de roble de las carpinterías establecen un diálogo casi simbiótico con el pórfido de la roca excavada, cuya grava se utiliza para crear la superficie de las cubiertas y los patios a los que se abren el dormitorio y el estudio de pintura situados en el extremo occidental de esa planta.
La introversión iluminada del cuerpo inferior se invierte al subir por la escalera y enfrentarse sin solución de continuidad a las vistas del mar a través de la pasarela enteramente acristalada.
El ascenso desemboca en el cuerpo occidental, que aloja la cocina, el estar y el dormitorio principal. El volumen oriental, más pequeño, alberga los dos dormitorios restantes con sus baños, que quedan encapsulados respecto a la parte más pública del programa, aunque conectados igualmente por la pasarela.
El ascenso desemboca en el cuerpo occidental, que aloja la cocina, el estar y el dormitorio principal. El volumen oriental, más pequeño, alberga los dos dormitorios restantes con sus baños, que quedan encapsulados respecto a la parte más pública del programa, aunque conectados igualmente por la pasarela.
La escalera, sin contrahuella, se resuelve elegantemente con los peldaños en voladizo: simples tablones encajados sobre soportes metálicos de modo que estorbe lo menos posible la continuidad espacial.
El cuerpo occidental comprende el salón y la cocina, resueltos en una sola pieza orientada al norte, y el dormitorio principal con su baño, situado en el extremo. La crudeza del hormigón, que domina en el nivel inferior, se ve aquí matizada por los panelados de madera blanca. Estos homogeneizan y dan variedad a un tiempo al testero que comunica con el dormitorio. Un friso de madera de roble, como las carpinterías, recorre la parte superior y ayuda a leer los espacios.
Este volumen funciona como una célula de habitación autónoma, como subraya Castelló: una suerte de vivienda dentro de la vivienda completamente volcada sobre la terraza hacia el mar.
La cocina se ubica en la parte contraria a la terraza. Se ha equipado con un banco de trabajo y contenedores de madera del modelo b2, de Bulthaup, de forma que su presencia no puede ser más discreta. Los contenedores se despliegan cuando es necesario, y cuando no están en uso se mimetizan en el sobrio y cálido diálogo del hormigón y la madera que cualifica los interiores.
La misma pauta y las mismas texturas se repiten en el dormitorio principal, orientado hacia la terraza. En este caso se ha previsto además un vano horizontal a la altura del cabecero que ofrece una vez más un fragmento enmarcado de la roca de la ladera, resumiendo la condición mediadora entre el mar y la piedra que caracteriza a toda la casa.
Los dormitorios del volumen oriental se resuelven de manera similar al principal, volcados a las vistas del mar hacia el norte, con mobiliario de madera clara y el friso superior que, a modo de tema, dibuja los espacios del nivel superior.
Ni siquiera los baños se sustraen a la mínima paleta de materiales que subrayan la naturaleza mediterránea de la casa, con los lavabos montados sobre mesas semejantes a las de otros ámbitos. Las griferías son de la empresa catalana Tres.
Planta superior
La pasarela acristalada que conecta entre sí los dos niveles y los tres volúmenes delimita el patio central en la planta superior, uno de los espacios que dan la clave de todo el proyecto. Protegido de la tramontana y los vientos del norte, proporciona un espléndido espacio al aire libre que recibe luz meridional y puede aprovecharse también en invierno. El patio se prolonga asimismo en los intersticios entre la roca excavada, de suerte que el juego que se daba en la planta baja tiene su contrapartida en este nivel superior.
Todo el proyecto está imbuido de las lecciones que la arquitectura de Marià Castelló ha ido aprendiendo a lo largo de los años de su cuidadosa investigación sobre la vivienda tradicional de su isla de Formentera: restricción de materiales siempre a favor de la sostenibilidad, la durabilidad y la sencillez de mantenimiento.
► Encuentra inspiración entre miles de fotos de casas
► Encuentra inspiración entre miles de fotos de casas
Esos principios se aplican ahora a un emplazamiento determinado en la Costa Brava, adaptándose a la densidad propia de la urbanización en que se emplaza.
La idea rectora es hacer de la vivienda un elemento de mediación sobre el paisaje al que pertenece, como si devolviera a este lo que le ha arrancado a la roca transformado en hormigón.
La idea rectora es hacer de la vivienda un elemento de mediación sobre el paisaje al que pertenece, como si devolviera a este lo que le ha arrancado a la roca transformado en hormigón.
La casa es así un regulador de la luz y el aire como pauta de la vida a lo largo del día y de las estaciones, un dispositivo sereno de transición entre la tierra y el mar.
► Otros profesionales destacados involucrados:
Estructura: Think Enginyeri SLP. Instalaciones: QS Enginyeria i Associats SLP. Constructor: Construccions Pòrfit
¿Y A TI?
¿Qué es lo que más te gusta de esta vivienda en la Costa Brava? Esperamos tus comentarios
► Otros profesionales destacados involucrados:
Estructura: Think Enginyeri SLP. Instalaciones: QS Enginyeria i Associats SLP. Constructor: Construccions Pòrfit
¿Y A TI?
¿Qué es lo que más te gusta de esta vivienda en la Costa Brava? Esperamos tus comentarios
Quién vive aquí: Una familia con cuatro hijos y un perro
Situación: Port de la Selva, en el norte de la Costa Brava, Girona
Superficie: 310 metros cuadrados
Proyecto: Marià Castelló + José Antonio Molina
La casa se encaja en la mitad inferior de la ladera norte de un promontorio frente al mar, en la parte más baja de una urbanización bastante densa, como puede comprobarse en la foto. Se trataba, por tanto, de abrirla hacia las vistas al tiempo que se incrusta en la pendiente para aislarla de los vecinos. La orientación plantea además la necesidad de protegerla del azote de la tramontana, el viento frío y racheado de componente norte característico de la zona.
► Encuentra a los mejores arquitectos en la zona en la que vives