10 plantas perfectas para el jardín y que huelen muy bien
Con mimosas, la lavanda, lilos, rosas, glicinas o la madreselva mantendrás tu jardín con flores y siempre perfumado.
Salvo muy contadas excepciones, todas las plantas huelen bien: a verde, a savia, a vegetal… Sin embargo, hay especies que se cultivan de forma exclusiva por la fragancia de sus flores. Es lo que les sucede a las mimosas, lavandas, lilos, rosas, glicinas o madreselvas: plantas comunes en el jardín fáciles de cuidar y de encontrar en cualquier establecimiento especializado.
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A jabón: el lilo. El lilo común (Syringa vulgaris) es un arbusto de hoja caduca que puedes encontrar fácilmente en cualquier vivero o centro de jardinería. Es muy popular por el perfume de sus flores –sobre todo, las de color violeta–, que surgen en la primera primavera y tienen un fresco olor a limpio, como a jabón. Además el lilo es un todoterreno, pues en cualquier clima se desarrolla sin problemas, aunque la región atlántica es más adecuada por la naturaleza del suelo: fértil, profundo y que retiene bien la humedad.
Esto último es importante hasta el punto de que las raíces del lilo han de estar siempre húmedas, porque si se quedan en seco, la planta tardará mucho tiempo en recuperar su turgencia y las flores verán reducido su número y tamaño. Un último consejo: planta tus lilas a principios de primavera, o bien en invierno, pero ten presente que el lilo tarda de dos a tres años en asentarse, así que… ¡paciencia!
Esto último es importante hasta el punto de que las raíces del lilo han de estar siempre húmedas, porque si se quedan en seco, la planta tardará mucho tiempo en recuperar su turgencia y las flores verán reducido su número y tamaño. Un último consejo: planta tus lilas a principios de primavera, o bien en invierno, pero ten presente que el lilo tarda de dos a tres años en asentarse, así que… ¡paciencia!
A rosas: la rosa. La reina del jardín es una de las plantas más fragantes con flores que hay, siendo además fácilmente reconocible por su olor. Puede aportar matices de limón, almizcle o miel, según de la variedad que se trate, la humedad ambiental, la exposición y hasta la hora del día en que sea percibida. La rosa híbrida de té Double Delight de la fotografía, es especialmente famosa por su fuerte perfume, a la vez elegante y delicioso. Por eso, es recomendable colocar las rosas cerca de zonas de estancia o flanqueando un camino, es decir, en lugares en los que se pueda disfrutar no solo de forma visual, sino también olfativamente.
Al formar conjuntos o alineaciones con cualquier tipo de rosal, recuerda dejar suficiente separación entre las rosas para evitar que haya ramas que se queden sin la luz que necesitan para florecer o sin la aireación que evite la propagación de enfermedades y plagas. En general, la altura cuando la planta de las rosas es adulta es la medida adecuada para separar un ejemplar del contiguo.
Proporciónales un suelo compacto del tipo marga arcillosa, que favorecerá el arraigo, y procura que a los rosales no les falte el riego en ningún momento. Con esos sencillos cuidados no tendrás que preocuparte nada más que de disfrutar sensorialmente tu jardín.
Otra reina del jardín: la camelia
Al formar conjuntos o alineaciones con cualquier tipo de rosal, recuerda dejar suficiente separación entre las rosas para evitar que haya ramas que se queden sin la luz que necesitan para florecer o sin la aireación que evite la propagación de enfermedades y plagas. En general, la altura cuando la planta de las rosas es adulta es la medida adecuada para separar un ejemplar del contiguo.
Proporciónales un suelo compacto del tipo marga arcillosa, que favorecerá el arraigo, y procura que a los rosales no les falte el riego en ningún momento. Con esos sencillos cuidados no tendrás que preocuparte nada más que de disfrutar sensorialmente tu jardín.
Otra reina del jardín: la camelia
A natillas: la glicina. O a vainilla, como prefieras. Así huele la glicina (Wisteria sinensis) cuando deja caer sus racimos malva desde finales de la primavera. Además, la glicina es una planta con flores muy recomendable para cubrir una valla, pared o pérgola donde desees poner color rápidamente. Su mayor ventaja es que se adapta muy bien a las condiciones de cualquier jardín, aunque prefiere calor, sol y suelos preparados con materia orgánica. Con eso, riegos moderados y podas de rejuvenecimiento tras la floración, también la glicina en maceta es capaz de vivir y dar flores exuberantes durante años.
Fotos de jardines mediterráneos
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A verano: la lavanda. El cantueso o Lavandula stoechases desarrolla espigas de flores azuladas desde abril a julio y produce un aceite esencial aromático muy apreciado en perfumería y cosmética. Toda la planta con flores de lavanda desprende un olor fuerte y agradable, más intensa cuando crece al sol y se le ofrece un suelo de asiento con muy buen drenaje y protegido del frío intenso. En cuanto a la lavanda y sus cuidados, los riegos han de ser regulares, aunque no muy copiosos, durante la temporada más calurosa. Y a finales del invierno podrás devolver a la lavanda un aspecto rejuvenecido cortando la mitad de su desarrollo.
5 problemas comunes en el jardín… y cómo solucionarlos
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A miel: la madreselva. Lonicera sempervirens es el nombre técnico de la madreselva, un arbusto trepador siempre verde que se conoce también como rosa de miel por el intenso olor de sus flores, que se abren en otoño. La madreselva tiene flor y disfruta con la materia orgánica, sobre todo, si la plantas junto a la vivienda o algún tipo de muro. Y recuerda que en este último caso tienes que guiar a la madreselva, mientras que en celosías o alambradas se sujetará por sí misma con sus tallos a medida que crezca.
A fruta dulce: la datura. Es la descripción que más se acerca a la realidad sobre el aroma de la datura (Brugmansia sps.). A pesar de su origen sudamericano, este arbusto o pequeño árbol idóneo para cultivar en macetón no es en absoluto delicado, siempre que se den las condiciones ambientales adecuadas, sobre todo templanza en temperaturas y alta humedad. Al sol prosperan sus flores, enormes y en forma de trompeta. Pero lo hacen mejor y durante más tiempo a lo largo del verano a media sombra. Eso sí, hay que estar pendiente de los riegos y abonados de la datura: empezar a dárselos con mayor intensidad al comienzo de la primavera, aunque no sea hasta el verano cuando empiecen a asomar los capullos.
A frescor: la campanilla de invierno. La nieve de la fotografía es verídica pues el tiempo de floración de la campanilla de invierno o Galanthus nivalis es diciembre y enero, meses en los que empieza a sacar sus campanillas a pesar del frío. A la hora de formar grupos con la campanilla de invierno, hazlo bajo árboles de hoja caduca o delante de setos, para que la provean de la sombra que tanto le gusta. Si colocas los bulbos de esta planta con flores en el terreno en las primeras semanas del otoño, darás tiempo a las raíces para asentarse antes de que lleguen los fríos intensos.
A limpio: el jacinto. Las flores del jacinto (Hyacinthus orientalis), no confundir con los tulipanes, se agrupan en racimos cilíndricos, alcanzando fácilmente los 20 cm de altura. Al comprar los bulbos que te darán estas hermosas flores para los macizos de tu jardín, fíjate que estén duros y tengan la capa externa en buen estado, sin manchas ni reblandecimientos. Después, instálalos con la punta hacia arriba y al sol en un lugar con buen drenaje y a unos 10 cm de profundidad. Si es necesario, añade arena y compost de jardín al terreno de plantación y recuerda: a los bulbos de los jacintos no les gusta el exceso de riego, que puede hacer que los bulbos se pudran.
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Los bulbos del jacinto pueden también florecer en el interior de la casa, cultivados en recipientes especiales de cristal. Tienen forma de copa y el pie es una especie de jarrón que siempre hay que mantener con agua. Para cultivarlos, solo tienes que llenar uno de estos recipientes con agua de modo que la base del bulbo, que se coloca en la parte de la copa, toque la superficie del líquido.
Una vez que se formen las raíces, no es necesario elevar el nivel de agua, simplemente bastará con que las raíces se mantengan bien hidratadas para que la planta prospere correctamente. Para terminar, puedes mantener el jacinto en este lugar, adornando cualquier habitación con buena luz natural, o bien trasplantarlo a una maceta convencional o al macizo del jardín cuando haya desarrollado algunas hojas.
Una vez que se formen las raíces, no es necesario elevar el nivel de agua, simplemente bastará con que las raíces se mantengan bien hidratadas para que la planta prospere correctamente. Para terminar, puedes mantener el jacinto en este lugar, adornando cualquier habitación con buena luz natural, o bien trasplantarlo a una maceta convencional o al macizo del jardín cuando haya desarrollado algunas hojas.
A Oriente: el eléboro. A eso huele el eléboro. En la delicadeza de su aspecto ya hay connotaciones de su procedencia, pero es que también su aroma almizclado y ligeramente amaderado nos transporta a su zona natural, el Oriente Próximo. De toda la selección de plantas y flores que te presentamos aquí, esta es la que mejor aguanta la sombra, por lo que vale para cultivarla bajo árboles de copa tupida. Incluso es buen ejemplar para macetas y formaciones de rocalla. Es muy popular el eléboro blanco. Lo único que no soporta el eléboro es la falta de agua, así que procura ser regular en los riegos, si no quieres que desfallezca y se desluzca su floración invernal.
Más ideas e inspiración en la sección ‘Exterior’ de la Revista Houzz España
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¿Cuál es tu flor preferida por su aroma?
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¿Cuál es tu flor preferida por su aroma?
Si plantas la mimosa desde cepellón, excava un agujero más ancho que profundo, dado que sus potentes raíces necesitan mucho espacio. Es un ejemplar ideal también para hacer prosperar en macetón, tanto aislado como formando grupos de varios ejemplares. Si te apasiona el dulce aroma de las flores mimosas, aprovéchalas también para decorar tu hogar. Acomoda sus floridas ramas en jarrones con agua ligeramente azucarada. Si cambias el líquido a diario, durarán mucho.
Fotos de jardines contemporáneos