Decoración
Decoración: Atrévete a darle un golpe de color a tu casa
Ya sea para iluminar una estancia sobria, o para crear un estilo concreto, aplicar grandes bloques de color es una solución muy creativa.
Un color plano se considera una zona pintada o teñida en un solo tono y en masa, es decir, de forma continua. No hay gradación cromática y la superficie tiene menos matices. Constituye un recurso decorativo muy llamativo y potente, pero que hay que usar con cuidado para no pecar por exceso, ni por defecto, ya que se convertirá en el gran protagonista. Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta al trabajar con el color es su gran versatilidad, ya que un mismo color puede funcionar de manera diferente según como lo combinemos. Por eso, al trabajar con bloques de colores planos debemos tener muy claro nuestro objetivo. Es ideal para una habitación infantil, o para darle un toque divertido a una estancia, pero también lo podemos usar con clara intención estilística o bien para generar sensación de amplitud.
Colores en contraste sobre un fondo recargado. Este comedor juega con un tono secundario, el verde, con diferentes gradaciones. Al ser un color frío se complementa con los toques cálidos que aportan el amarillo y los morados de la alfombra y los cojines. Sin embargo, la combinación de los colores es armónica ya que existe cercanía entre los tonos: el verde se crea mezclando el amarillo y el morado es un color secundario, al igual que el verde. Un pavimento de madera de color claro es básico para que la estancia no se vea sobrecargada.
Atrévete con el tono mint. El color menta le da un toque moderno a cualquier estancia, aunque hay que saber utilizarlo muy bien. El éxito de este baño ha sido combinarlo con blanco, lo que le da un aspecto fresco y vigorizante ideal para una estancia como esta. La combinación genera un juego de contrastes con el pavimento de estilo más tradicional, mientras que los azulejos tipo metro en blanco hacen de transición entre un elemento y el otro. Cuando usamos un solo color, como en este caso, es importante asignarle un buen bloque para que la estancia no quede demasiado neutra.
Un puzzle cromático. Geometría y colores planos. Es un buen truco para convertir lo que podría ser un espacio mínimo en algo vivo y vistoso. El amarillo es el gran protagonista de esta cocina, aplicado incluso en el pavimento. El mobiliario, por su parte, es de líneas rectas y juega con bloques de color en amarillo, verde y azul. La gama cromática complementaria es fría y saturada, mientras que el blanco funciona como color de transición entre todos los colores.
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Colores neutros en una casa junto al mar. En esta pequeña vivienda de playa se quería aprovechar al máximo la luz natural que entra por unos grandes ventanales. Se escogió el blanco, tanto para las paredes como para el mobiliario, con excepción de unos ligeros toques de color en bloque. En este caso, la sillas se pintaron en un tono azul poco saturado muy luminoso. Se trata de un color frío, lo que puede ser una buena opción para una casa de playa.
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Profundidad cromática. El color más utilizado en el baño acostumbra a ser el blanco, por ser una estancia normalmente de tamaño reducido y con poca luz natural. Por esta razón, puede ser buena idea darle un toque de color con un tono poco saturado como este amarillo. En este caso se ha buscado un color menos vivo, tirando a pastel, pero sobrio a la vez. Disponiendo los módulos del mobiliario en diferentes planos se pretende jugar con las sombras para crear sensación de profundidad dando más matices al color.
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Estilo monocolor. En este caso se ha seguido una sola gama cromática o colores muy cercanos en el círculo cromático: diferentes tonos de azules y azules verdosos. El contraste se consigue por la diferencia de saturación entre ellos. Los colores más saturados se sitúan en el primer plano y están presentes en detalles pequeños y ornamentales (cojines, platos…). Para darle un poco de dinamismo al conjunto se ha completado la decoración con muebles en materiales naturales y madera, mientras que las paredes y los techos se han pintado de blanco para no sobrecargar.
El efecto Mondrian. Quizá no sea el recurso más original, pero este armario inspirado en el famoso cuadro Composición en rojo, amarillo y azul (1930), del artista holandés, es un acierto en esta reforma, ya que proporciona el toque de color necesario para restarle frialdad a la entrada de la vivienda. Los recursos usados son las líneas rectas, los volúmenes simples y los colores planos en una decoración reducida a lo esencial. El resultado es un recibidor amplio y elegante.
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Después de leer el artículo…, ¿te animas a dar un toque de color en bloque a tu casa? Comparte tu ideas, dudas y fotos en los comentarios
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