Visita privada: Una reforma que da literalmente la vuelta a una casa
Entramos en la vivienda de la arquitecta Elena Gordo, reformada de arriba abajo por ella y su socia en el estudio Lapizarq.
Cristina Romero y Elena Gordo son las fundadoras del estudio de arquitectura Lapizarq, encargadas de la reforma de este singular espacio. En un principio la casa estaba llena de tabiques, contaba con cuatro habitaciones, sin calefacción y la cocina y el baño se encontraban al fondo de la casa, algo muy común en viviendas antiguas. En cuanto a instalaciones, la cosa tampoco pintaba mejor: los cables de la luz estaban a la vista y las cañerías eran de 1850 y estaban obsoletas. Una vez analizadas las condiciones, decidieron derribar todo y empezar de cero.
Estas casas tan antiguas del centro de Madrid tienen una tipología muy particular: suelen ser estrechas y muy profundas, por lo que era muy importante conseguir que la luz entrase hasta el fondo de la vivienda lo máximo posible. Con estas aberturas se consiguió unificar tres espacios que conviven estupendamente juntos: salón, comedor y cocina.
El sillón orejero recupera su trono
El sillón orejero recupera su trono
El salón cuenta con dos grandes ventanales que dan a la calle. Es la zona más luminosa de la casa y gracias a ella el resto de los espacios reciben luz natural. Elena decidió respetar la carpintería antigua, ya que imprime presencia a la estancia, al igual que las paredes blancas y los techos altos, salvaguardando de este modo el encanto de casa antigua que tenía la vivienda. Los muebles en tonos claros se han salpicado con ciertas nota de color, como el sillón orejero de color fresa que encontraron en la casa y recuperaron.
El resto de la decoración es asimismo una mezcla de muebles antiguos recuperados y muebles contemporáneos.
En lugar de esconderla, la bici se ha integrado en la decoración de la casa. Un bonito collage hecho de fotos, espejos y otros detalles, como un reloj antiguo, nos indican el camino al comedor por una de las aberturas que lo une al salón.
La bici decorativa: Exhíbela dentro y fuera de casa
La bici decorativa: Exhíbela dentro y fuera de casa
Debajo del collage se encuentra un baúl antiguo que se hallaba en la casa al comprarla, igual que la vitrina a su derecha. En un principio era un armario, pero lo restauraron; le quitaron las puertas de madera y las sustituyeron por otras vidrio, consiguiendo una pieza única donde guardar la vajilla. Para el suelo de toda la casa utilizaron el mismo material, Pergo, incluso en lugares como la cocina o el baño por su gran resistencia y alta calidad.
En esta foto del comedor, se aprecia perfectamente el resultado de la reforma, muy moderna y actual. La librería, también recuperada de la casa, el espejo de Ikea y el póster del grupo de música 999 conforman un rincón muy personal.
La mesa del comedor es de herencia familiar y se ha acompañado de unas sillas modelo Tulip, diseño original de 1956. La lámpara y la alfombra comprada en Ikea, modelo Ådum, dan al conjunto ese toque de color necesario para romper con el dominio del blanco.
La mesa del comedor es de herencia familiar y se ha acompañado de unas sillas modelo Tulip, diseño original de 1956. La lámpara y la alfombra comprada en Ikea, modelo Ådum, dan al conjunto ese toque de color necesario para romper con el dominio del blanco.
Los muebles de la cocina están lacados en blanco y no presentan tiradores, lo que otorga un aspecto más moderno y ligero al conjunto. Los muebles fueron fabricados por el Grupo Moral (León) y la encimera es de Silestone, modelo blanco Zeus. Y como tampoco podía faltar una nota de color en este espacio, la nevera roja de estilo retro de Smeg ayuda a proporcionar el contraste perfecto.
Más imágenes de cocinas aquí
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Los azulejos que eligieron son muy parecidos a los que había en la casa antes de la reforma, lo que le da un toque vintage a este espacio tan actual. Las tres estancias –salón, comedor y cocina– conviven compartiendo luz y espacio, aportando una sensación de amplitud que antes no tenían.
En este rincón de la cocina, desde donde se divisa el comedor y el salón al fondo, se encuentra este teléfono antiguo que, junto con los azulejos cuadrados de aspecto vintage, aportan el encanto de otros tiempos.
Decoración vintage: Elige los muebles más apropiados
Decoración vintage: Elige los muebles más apropiados
La habitación de la pequeña Julia se decoró en tonos suaves. La estancia es pequeña, por lo que se optó por no recargarla mucho. La cama de metal, ligera y en color rosa palo, es de lineas sencillas y de estilo retro. Sobre ella, una cuando menos curiosa selección de cojines con diferentes formas: de estrella, rectangular e incluso con silueta de gato.
La reforma dio literalmente la vuelta a la casa. Las habitaciones se llevaron al fondo, la zona menos ruidosa y con menos luz, mientras que las zonas de día se ubicaron lo más cerca posible de la fachada, en busca de una mejor iluminación y ventilación. De hecho la habitación principal está situada donde antes estaban el baño y la cocina, de ahí las dos ventanas.
Por último, el baño también se decidió hacer en blanco y con unas marcadas lineas rectas. El lavabo es de Duravit y el revestimiento de gresite con forma redonda, también en color blanco. Muy práctico y funcional pero con un toque de diseño contemporáneo gracias a la grifería de pared.
¿Y TÚ?
¿Qué opinas de esta reforma y las soluciones adoptadas? ¿Qué es lo que más te gusta de esta casa? Cuéntanoslo en los comentarios.
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Quien vive aquí: Elena, Pepe y su hija Julia
Situación: Barrio de Malasaña, Madrid
Superficie: 80 metros
Lo único que se respetaron fueron los dos muros de carga de la vivienda, el que separa el salón del comedor y el que divide dos habitaciones. Cabía la posibilidad de eliminarlo, pero en casas tan antiguas se corre el riesgo de que puedan salir pequeñas grietas en la misma vivienda o incluso en las colindantes. Según Elena, “estas casas tan antiguas con estructuras mixtas de ladrillo, rellenos y madera, están vivas y es fácil que puedan aparecer pequeñas fisuras”. Por esta razón solamente se hicieron algo más grandes los huecos ya existentes en los muros de carga, reforzándose con pilares y vigas metálicas.
Elena y Cristina se conocieron en el primer año de arquitectura en la ETSA de Madrid. Al acabar la carrera, cada una trabajó en distintos estudios. Su primer proyecto juntas lo hicieron en 2009. Fue entonces cuando decidieron fundar Lapizarq.