Visita privada: Un piso ‘Tropical chic’ en el centro de Madrid
Disfruta con la decoración sofisticada de esta casa: un oasis de color y luz en el que olvidarse del ajetreo de Madrid.
Flor, que trabaja como interiorista para una conocida empresa de moda, y Guillermo llegaron a esta casa por casualidad. En 2013 comenzaron a vivir en el edificio, pero en un piso más pequeño. Y cuando empezaron a pensar en mudarse, apareció la oportunidad de trasladarse al ático de la finca. ¡Y qué diferencia! Han ganado en amplitud, pero sobre todo, en luminosidad. Por supuesto, aprovecharon para replantear algunas estancias y comprar nuevo mobiliario y así, poco a poco, han ido construyendo su oasis particular en medio del asfalto de la capital.
La decoración de su casa es “el conjunto de todas sus observaciones y aspiraciones relacionadas con lo que está en boga”, dice Flor. Hay muchas piezas de mobiliario hechas a mano por ella. Algunas tienen nombre. Por ejemplo, Gigi es una mesita de café; y Cleo, una mesa-macetero. “Ambas son el resultado de un diseño sencillo de líneas redondeadas, patas en forma cónica que combinan la madera, el cobre y la Formica® en dos tonos: blanco roto y verde jade empolvado. Y muy pronto, en rosa empolvado”.
Flor estudió sociología en la Universidad Carlos III de Madrid: una carrera a priori bastante alejada de la decoración, pero en realidad los conocimientos adquiridos sí le han sido útiles para el mundo de la moda, donde, como decíamos, es Project Manager de una importante empresa del sector. “Coordino los puntos de venta en los department stores: desde el diseño de mobiliario y distribución hasta la instalación de punto de venta a nivel nacional y internacional”, explica.
Estar en contacto con los distribuidores de mobiliario y colaborar de manera habitual con arquitectos e interioristas es parte de su trabajo. Y, poco a poco, le ha picado el gusanillo y, aprovechando sus conocimientos de materiales y tendencias, se ha lanzado a diseñar los muebles de su propia marca: Sandinmyshoes Deco. “Hace un año y medio comencé con la idea de diseñar productos únicos y especiales que me gustaría tener en mi casa. Aprovechando mi experiencia comencé a trabajar en la idea de crear unas piezas artesanales en un número limitado”.
En palabras de Flor, su casa tiene “claramente un estilo ecléctico” propio de sus gustos e intereses. Flor reconoce en su propia web que le inspiran los tonos pastel, las formas suaves y los materiales naturales. Además, reconoce que le gusta ir de mercadillos y que siente predilección por el mobiliario de los ‘50.
Guillermo es creativo de escaparates. Juntos forman la pareja perfecta por que saben de técnicas, materiales, decoración e interiorismo. Nos gustaría mucho poder verlos por un agujerito cuando vayan juntos a comprar muebles y accesorios para la casa.
Sus profesiones no solo les han educado el gusto, sino que también les han permitido adquirir piezas, nuevos prototipos, trabajar con diseñadores emergentes y nuevas marcas. “Me gusta el diseño artesanal, nuevas marcas como Julieta Alvarez, las cerámicas hechas a mano y, sobre todo, las flores y las plantas. Me gusta que haya vida y color en casa”, dice.
Una de sus preferidas es la colección de lámparas del comedor Pacaya, de la interiorista Paloma Gómez.
Una de sus preferidas es la colección de lámparas del comedor Pacaya, de la interiorista Paloma Gómez.
Si Flor tuviera que quedarse con un objeto de su casa no lo duda: “Mis sillas de Vitra porque sé que podría empezar una casa desde cero y esas sillas siempre quedarían bien”, dice.
Sobre qué es lo que más le gusta del barrio de las Letras, dice que “sus calles estrechas llenas de edificios regios y atestadas de vida. Guille y yo salimos mucho. Callejeamos, vemos las tiendas de decoración, que hay muchas… y tenemos decenas de bares castizos donde tomar un vermut. En todo caso, lo que más nos gusta es tomarnos un vino en Casa Quiroga, en Huertas, donde puedes catar diferentes embutidos y queso”, cuenta Flor.
Encuentra más artículos sobre diseño artesanal en la sección ‘Artesanía’ de la Revista Houzz España
Sobre qué es lo que más le gusta del barrio de las Letras, dice que “sus calles estrechas llenas de edificios regios y atestadas de vida. Guille y yo salimos mucho. Callejeamos, vemos las tiendas de decoración, que hay muchas… y tenemos decenas de bares castizos donde tomar un vermut. En todo caso, lo que más nos gusta es tomarnos un vino en Casa Quiroga, en Huertas, donde puedes catar diferentes embutidos y queso”, cuenta Flor.
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Esta mesa de café es un palé reciclado. “Está hecha con madera recuperada y las patas son de hierro. A todo lo que sobra de algunas instalaciones de escaparate que hace Guille le sacamos partido decorativo y funcional en casa”, dice Flor.
“Me gusta mucho el color, pero soy consciente de que hay que tener cuidado si no quieres que la casa parezca un circo. Los colores pastel tienen muchas ventajas porque casan muy bien con colores más apagados o fríos. Si tengo que decantarme por un color, aunque me encante el rosa siempre elijo entre el azul y el verde menta”.
Si te apetece saber más cosas sobre la decoración de la casa, descubre la sección ‘Color’ de la Revista Houzz España
Mesa Gigi, diseño de Flor
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Mesa Gigi, diseño de Flor
Reconoce entre risas que es muy coqueta y que no sale sin colorete a la calle. “Ese tocador es un reflejo de la cómoda de mi madre. Cuando era pequeña me encantaba pasarme horas oliendo sus perfumes, abriendo sus joyeros y probándome sus joyas. Me gusta estar pendiente de las tendencias. Cojo ideas de todas las épocas. Me gustan los ‘60, los ‘70, los ‘80, los ‘90… En mi opinión, son los años más auténticos. Después de eso, solo hay repetición, a veces mejorada, a veces no, de esos años. Moda efímera para consumidores”.
Todo este popurrí lo ha convertido en un estilo propio. “Me gustan las faldas midi de flores; los básicos, como vaquero y un jersey; blazers… También me pirran las camisetas de rayas: ¡nunca son suficientes!”.
Todo este popurrí lo ha convertido en un estilo propio. “Me gustan las faldas midi de flores; los básicos, como vaquero y un jersey; blazers… También me pirran las camisetas de rayas: ¡nunca son suficientes!”.
Como decíamos, a Flor y Guillermo les encanta pasear por Madrid, descubrir restaurantes nuevos y viajar, pero “encerrarse en casa a ver series” es otra de sus pasiones.
En casa, Flor suele estar con el ordenador o pendiente de las redes sociales “que me flipan”, dice. Guille, sin embargo, prefiere mirar alguna revista en la que inspirarse para sus futuros escaparates mientras se escucha música de fondo. También les gusta “redecorar la casa, reorganizar o colocar los objetos en distintos sitios”.
Flor continúa explicando que disfrutan mucho de su tiempo juntos en casa y que prefieren socializar fuera del hogar porque consideran que la casa es un espacio de relax, aunque a veces si les gusta invitar a unos pocos amigos: “siempre en petit comité”, concluye.
Descubre las mejores casas en la sección ‘Visita privada’ de la Revista Houzz España
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¿Qué es lo que más te ha gustado de la casa de Flor y Guillermo? Esperamos tus comentarios
En casa, Flor suele estar con el ordenador o pendiente de las redes sociales “que me flipan”, dice. Guille, sin embargo, prefiere mirar alguna revista en la que inspirarse para sus futuros escaparates mientras se escucha música de fondo. También les gusta “redecorar la casa, reorganizar o colocar los objetos en distintos sitios”.
Flor continúa explicando que disfrutan mucho de su tiempo juntos en casa y que prefieren socializar fuera del hogar porque consideran que la casa es un espacio de relax, aunque a veces si les gusta invitar a unos pocos amigos: “siempre en petit comité”, concluye.
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Quién vive aquí: Flor de Lis B. Ruíz, creadora de Sandinmyshoes, y su pareja, Guillermo Brugel
Situación: Barrio de las Letras, Madrid
Superficie: 85 metros cuadrados
No todo es ruido y ajetreo en el centro de Madrid. De hecho, en casa de Flor y Guillermo se pueden oír los pájaros a través del tragaluz. Estamos en un ático reformado en un edificio antiguo del barrio de las Letras.
La casa tiene dos habitaciones: “una es la nuestra y la otra está pensada como estudio, pero apenas la usamos, estamos más cómodos y pasamos más tiempo en el salón”, cuenta Flor, que destaca de la casa destaca la luz que invade todos los rincones. El espacio está distribuido de manera que todas las estancias reciben luz natural de patios y claraboyas. El blanco y la luz, junto a la sensación de bienestar que aportan los colores pastel, dejan una agradable primera impresión.