Antes y después
Antes y después: De buhardilla oscura a interior con encanto
Descubre cómo se ha reformado este espacio ruinoso y oscuro, en Madrid, hasta hacer de él un lugar práctico y luminoso.
El propietario de esta vivienda acudió a Nimú –un estudio dedicado al diseño y al interiorismo con sede en Madrid– con un objetivo claro: dar un completo lavado de cara a esta buhardilla, situada en el céntrico barrio de Malasaña, y actualizar su estética de acuerdo a su nuevo uso como apartamento de alquiler turístico. 33 metros cuadrados en los que Fayette Proper y Margarita Antes, componentes de Nimú, han creado un espacio práctico y luminoso, caracterizado por una circulación fluida y una atmósfera acogedora.
ANTES: Originalmente dividida en un salón, una cocina, un baño y dos pequeñas estancias muy oscuras y abuhardilladas, la antigua vivienda se ha reformado completamente en busca de luz y amplitud.
A pesar de su mal estado, Fayette y Margarita enseguida se dieron cuenta del gran potencial que tenía. “Muchas veces se trata sólo de imaginar el espacio pintado en blanco y con un pavimento distinto”, afirman las diseñadoras.
Descubre cómo este establo se ha transformado en una espectacular casa de campo
A pesar de su mal estado, Fayette y Margarita enseguida se dieron cuenta del gran potencial que tenía. “Muchas veces se trata sólo de imaginar el espacio pintado en blanco y con un pavimento distinto”, afirman las diseñadoras.
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ANTES: Aunque las paredes estaban pintadas en blanco, el suelo de madera y el pesado mobiliario hacían de la vivienda un espacio pequeño y oscuro.
DESPUÉS: “Potenciar la luz exterior y aprovechar cada metro cuadrado de la buhardilla fue nuestro objetivo principal”, cuentan las interioristas.
Para generar una mayor sensación de amplitud se optó por pintar todo de blanco, sustituyendo el antiguo pavimento de madera por uno laminado color claro. Con esta idea se consigue un telón de fondo neutro sobre el que destacan las vigas recuperadas. “Fue al comenzar la obra cuando descubrimos las vigas originales ocultas tras el falso techo”, confiesan. Una idea acertada ha sido la de subir 20 centímetros el techo para dejarlas a la vista.
Para generar una mayor sensación de amplitud se optó por pintar todo de blanco, sustituyendo el antiguo pavimento de madera por uno laminado color claro. Con esta idea se consigue un telón de fondo neutro sobre el que destacan las vigas recuperadas. “Fue al comenzar la obra cuando descubrimos las vigas originales ocultas tras el falso techo”, confiesan. Una idea acertada ha sido la de subir 20 centímetros el techo para dejarlas a la vista.
Todos los detalles se han elegido cuidadosamente en tonos pálidos que invitan a la relajación. Los pocos objetos que decoran el espacio aportan la frescura y pulcritud que una vivienda vacacional requiere.
El mismo banco que junto a la cocina sirve como soporte de la mesa del comedor, se utiliza en el otro extremo como repisa para colocar objetos decorativos, o para almacenar cestos, libros y banquetas bajo él. Sobre la balda de la pared el propietario ha colocado varias láminas, también en tonos arena, que aportan un toque artístico al espacio.
El mismo banco que junto a la cocina sirve como soporte de la mesa del comedor, se utiliza en el otro extremo como repisa para colocar objetos decorativos, o para almacenar cestos, libros y banquetas bajo él. Sobre la balda de la pared el propietario ha colocado varias láminas, también en tonos arena, que aportan un toque artístico al espacio.
ANTES: Aunque abierta al salón, la cocina era un espacio recargado, oscuro y poco práctico. Los muebles bloqueaban la entrada de luz natural.
Antes y después: El increíble cambio de una cocina en la Provenza
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DESPUÉS: Convertida en un espacio agradable y luminoso, la nueva cocina carece de muebles altos, permitiendo así una mayor entrada de luz desde el patio interior al que se abre.
“Buscamos elementos que fueran livianos y ligeros, que no pesaran visualmente, para hacer más agradable el espacio y buscar una sensación de amplitud y confort”, apuntan las diseñadoras, que se han decantado por el blanco y el verde seco. Sobre la encimera se han colocado unos originales focos de pared que facilitan la preparación y el lavado de los alimentos.
“Buscamos elementos que fueran livianos y ligeros, que no pesaran visualmente, para hacer más agradable el espacio y buscar una sensación de amplitud y confort”, apuntan las diseñadoras, que se han decantado por el blanco y el verde seco. Sobre la encimera se han colocado unos originales focos de pared que facilitan la preparación y el lavado de los alimentos.
Además, algunas piezas del mobiliario, como el sencillo banco corrido del salón o los muebles de la cocina, los han diseñado Fayette y Margarita. Junto a la cocina, y como parte del banco que le sirve de soporte, una pequeña mesa de comedor permite disfrutar de una agradable comida.
Las diseñadoras han combinado sus propios muebles con otros objetos adquiridos en tiendas como Habitat, Ikea o Maisons du Monde, o incluso en otras de segunda mano, como la butaca Butterfly del salón o la silla del comedor.
Las diseñadoras han combinado sus propios muebles con otros objetos adquiridos en tiendas como Habitat, Ikea o Maisons du Monde, o incluso en otras de segunda mano, como la butaca Butterfly del salón o la silla del comedor.
ANTES: Las reducidas dimensiones y la baja altura del techo limitaban el uso de los dormitorios, convertidos en rincones residuales con minúsculas ventanas que apenas dejaban pasar la luz.
DESPUÉS: Para sacar el máximo partido al reducido espacio existente, las diseñadoras tiraron el tabique que separaba las dos habitaciones originales, dando lugar a un gran dormitorio abierto al salón. Una única estancia, amplia, fluida y luminosa, donde las dos antiguas ventanas se han unido en una de generosas dimensiones.
“Hemos tratado de separar visualmente estancias que físicamente permanecen unidas, generando así una mayor amplitud y ligereza visual” cuentan desde Nimú, que han creado una vivienda comunicada a través de vanos abiertos en los muros preexistentes, a modo de puertas y ventanas sin carpintería.
“Hemos tratado de separar visualmente estancias que físicamente permanecen unidas, generando así una mayor amplitud y ligereza visual” cuentan desde Nimú, que han creado una vivienda comunicada a través de vanos abiertos en los muros preexistentes, a modo de puertas y ventanas sin carpintería.
En el dormitorio destaca la colcha patchwork en tonos rojizos, que combina bien con las vigas vistas. Con mesillas compradas en Maisons du Monde, en el cabecero se han colocado unas originales cabezas de animales hechas en mimbre.
“Palabras como limpio, acogedor, economía en la decoración, descanso, luz y comodidad pasaron por nuestras mentes a la hora de imaginar este espacio”, cuentan las diseñadoras.
“Palabras como limpio, acogedor, economía en la decoración, descanso, luz y comodidad pasaron por nuestras mentes a la hora de imaginar este espacio”, cuentan las diseñadoras.
Debido al uso de la vivienda para alquiler vacacional, se ha optado por una zona de vestidor sencilla y práctica. Un ambiente bohemio y minimalista.
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Quién vive aquí: La buhardilla se alquila
Situación: Malasaña, Madrid
Superficie: 33 metros cuadrados
Diseño e interiorismo: Nimú (Fayette Proper y Margarita Antes)
Fotos: Jose Luis Lara
Esta es una buhardilla que “transmite tranquilidad, sosiego y bienestar”, según cuentan las propias interioristas. Las diseñadoras han colaborado estrechamente con el cliente.