Iluminación
Iluminación directa e indirecta: ¿Sabes dónde y cómo usarlas?
Que no deslumbre ni cree sombras muy marcadas, pero que tampoco sea insuficiente. Tres expertos nos dan las claves para acertar con su uso.
Iluminar correctamente un espacio para que resulte funcional además de acogedor y decorativo depende de un buen número de factores que conviene analizar antes de ponerse manos a la obra. Más allá de la cantidad de luz necesaria en cada estancia según su uso, la temperatura de color de la misma –si es cálida o fría– y del tipo de luminaria más adecuada y eficiente, saber cuándo es más adecuado emplear una luz directa o indirecta –o su versión semi en ambos casos– resulta clave para conseguir el efecto deseado en cada habitación de la casa. Tres expertos nos explican sus características y la mejor forma de sacarles el máximo partido.
Expertos consultados:
Iván Meana, director de proyectos de Faro Barcelona
Josep Mª Pujol, director comercial de Pujol Iluminación
Jordi Jané, diseñador de Milán Iluminación
Expertos consultados:
Iván Meana, director de proyectos de Faro Barcelona
Josep Mª Pujol, director comercial de Pujol Iluminación
Jordi Jané, diseñador de Milán Iluminación
Desde un punto de vista práctico, conviene saber que, si bien la iluminación directa ofrece un mayor rendimiento luminoso que la indirecta –puesto que no se “pierde”, como sí sucede cuando el haz rebota hacia las paredes o el techo–, no es menos cierto que el riesgo de deslumbramiento directo es mayor, al tiempo que las sombras generadas son duras y poco decorativas. De ahí que sea aconsejable solo para determinados usos.
“La iluminación directa es propia de espacios que necesitan una cantidad de luz importante y focalizada como, por ejemplo en cocinas, algunas zonas del baño, librerías, zonas de estudio o lectura, o alternativamente para iluminar cuadros u objetos de manera que se vean realzados”, asegura Josep Mª Pujol, director comercial de Pujol Iluminación.
“La iluminación directa es propia de espacios que necesitan una cantidad de luz importante y focalizada como, por ejemplo en cocinas, algunas zonas del baño, librerías, zonas de estudio o lectura, o alternativamente para iluminar cuadros u objetos de manera que se vean realzados”, asegura Josep Mª Pujol, director comercial de Pujol Iluminación.
Por el contrario, espacios como los salones, los dormitorios o los recibidores que, como puntualiza Pujol, “requieren de una buena iluminación generalizada”, obtendrán muchos más beneficios de una iluminación indirecta, en la que casi toda la luz va al techo o a las paredes y es la más parecida a la luz natural.
Dado que en la iluminación indirecta las pérdidas de luminosidad por absorción son muy elevadas, los expertos aconsejan usar pinturas de colores claros, que reflejen bien la luz para aprovecharla al máximo.
Iluminación: Todas las claves para acertar con la luz de cada espacio
Dado que en la iluminación indirecta las pérdidas de luminosidad por absorción son muy elevadas, los expertos aconsejan usar pinturas de colores claros, que reflejen bien la luz para aprovecharla al máximo.
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Teniendo en cuenta las características y usos de la iluminación directa e indirecta, lo habitual es combinar ambas en los diferentes espacios de la casa. De este modo podremos beneficiarnos de los puntos fuertes de cada una de ellas y minimizar sus inconvenientes. Es el momento de recurrir a “un proyecto lumínico que tenga en cuenta las características del espacio y lo que se quiere conseguir en él”, cuenta Jordi Jané. “Para una iluminación directa, generalmente aconsejamos recurrir a piezas técnicas y recomendamos las luminarias que cuenten con la potencia perfecta para cada caso, mientras que la iluminación indirecta es más propia de luminarias decorativas”.
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“Las fuentes luminosas más adecuadas para una iluminación directa son las que dirigen su luz hacia una superficie –con un haz más cerrado– mientras que para una indirecta es mejor optar por un diseño que envía la iluminación de una manera más equilibrada en todas las direcciones”, explica Josep Mª Pujol.
Jordi Jané puntualiza que “la iluminación directa se consigue generalmente con focos instalados a techo o en raíl, o bien con apliques a pared, mientras que la indirecta se consigue con luminarias más decorativas, que generalmente cuentan con otras potencias”.
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Jordi Jané puntualiza que “la iluminación directa se consigue generalmente con focos instalados a techo o en raíl, o bien con apliques a pared, mientras que la indirecta se consigue con luminarias más decorativas, que generalmente cuentan con otras potencias”.
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Las tiras led dispuestas en cornisas, rodapiés e incluso de forma perimetral en muebles y aparatos audiovisuales, son perfectas para introducir la iluminación indirecta en una estancia. Al combinarse con fuentes de luz directas, el resultado es una iluminación difusa o semiindirecta (en función del porcentaje de luz directa e indirecta que haya), que minimizan tanto el riesgo de deslumbramiento como las sombras muy marcadas.
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No obstante, es necesario compensar adecuadamente ambos tipos de iluminación para evitar también una atmósfera monótona en la habitación, consecuencia de objetos iluminados de forma que no parecen tener relieve. Es ahí donde entra en juego el papel del profesional, capaz de crear un proyecto lumínico “pensando en los diferentes usos que se le pueden dar a un espacio y a una luminaria”, tal como sugieren desde Milán Iluminación.
Cómo crear ambientes envolventes utilizando luz indirecta en molduras
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De hecho, son muchas las lámparas que ya están pensadas para responder a distintos usos. “Muchas de nuestras colecciones pueden ser utilizadas tanto para ofrecer una luz general en un ambiente como para iluminar de manera directa un área que así lo requiera”, dice Jordi Jané.
Iván Meana asegura que “no hay lámparas específicas que sean más o menos adecuadas para cada caso, sino que dependerá de cada proyecto y del tipo de luminaria que se elija, con la que, gracias a reflectores o difusores se puede conseguir una luz focalizada o difusa”.
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¿Y TÚ?
¿Sabías cómo emplear la luz directa e indirecta en casa de la forma correcta? Cuéntanoslo en la sección de comentarios
Iván Meana asegura que “no hay lámparas específicas que sean más o menos adecuadas para cada caso, sino que dependerá de cada proyecto y del tipo de luminaria que se elija, con la que, gracias a reflectores o difusores se puede conseguir una luz focalizada o difusa”.
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Es precisamente esta orientación del flujo lumínico la que hace que Jordi Jané, diseñador de Milán Iluminación, identifique la primera con “un tipo de luz puntual –ya sea funcional o de realce– y la segunda con una ambiental, con mayor incidencia en la atmósfera que se crea en un espacio”.
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