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Salón: Cómo el color puede contar algunos rasgos de tu personalidad
¿Eres atrevido, familiar, dominante o espiritual? El tono que domina la decoración de tu salón dice muchas cosas tu forma de ser.
Del mismo modo que influyen en nuestro estado anímico, como hemos ido contando en sucesivos álbumes de ideas, los colores que elegimos para decorar cualquier estancia, todavía más el salón –lugar de encuentro, de descanso, conversaciones y vida familiar–, dicen mucho de cómo somos realmente y de nuestra forma de actuar ante la vida. En este artículo nos atrevemos a clasificarte según el color que hayas elegido. Descubre si tu color favorito realmente concuerda con personalidad y tu modo de vivir.
Gris: Natural y colaboradora. La gama de los grises, en especial los más oscuros, se ha convertido en los últimos años en una de las opciones decorativas de moda. A pesar de su frialdad aparente, el gris es una propuesta rica en matices, fácilmente combinable con otros colores. Muchos ya lo han bautizado como el nuevo blanco.
La fuerza y riqueza del gris junto a otro color adquiere las características del secundario para convertirse en la propuesta más versátil del círculo cromático.
Las personas que se decantan por las tonalidades grises más oscuras irradian fuerza y estilo. Carentes de complejos e inseguridades, se muestran naturales ante la vida y suelen estar dispuestas a echar una mano.
La fuerza y riqueza del gris junto a otro color adquiere las características del secundario para convertirse en la propuesta más versátil del círculo cromático.
Las personas que se decantan por las tonalidades grises más oscuras irradian fuerza y estilo. Carentes de complejos e inseguridades, se muestran naturales ante la vida y suelen estar dispuestas a echar una mano.
Negro: Fuerte y segura. El negro se convierte en una de las opciones más arriesgadas y teatrales para decorar un salón. Es el color absoluto –para muchos el no color–, junto al blanco, y combina con todos los demás. Si lo usas, el salón será el centro de atención de la casa…, siempre y cuando el negro sea la opción decorativa dominante.
Para salones de estilo contemporáneo, combínalo con el blanco y el gris y acentuarás su fuerza y vigorosidad. Junto a metalizados como el oro, cobre y plata se obtiene una ambientación clásica y muy elegante. Con el resto de colores, sean los que sean, se consigue una escena osada y singular.
Los que se atreven con él, demuestran una seguridad arrolladora, fuerza y personalidad.
Fuera tabús: Atrévete con el color negro en la decoración
Para salones de estilo contemporáneo, combínalo con el blanco y el gris y acentuarás su fuerza y vigorosidad. Junto a metalizados como el oro, cobre y plata se obtiene una ambientación clásica y muy elegante. Con el resto de colores, sean los que sean, se consigue una escena osada y singular.
Los que se atreven con él, demuestran una seguridad arrolladora, fuerza y personalidad.
Fuera tabús: Atrévete con el color negro en la decoración
Verde: Dominante y firme. Según su tonalidad, más o menos intensa y oscura, denota una personalidad firme y perseverante. Sorprendentemente, y en contra de lo que en principio podría parecer lógico, las personas dominantes y seguras de sí mismas eligen la opción más oscura para decorar sus salones.
Junto al azul y amarillo, los colores primarios con la que se crea el verde, se consigue un ambiente fresco y atrevido. A partir de la combinación de verde jade, turquesa y aguamarina –las propuestas que más se acercan al azul– el espacio será más actual y se consigue una atmósfera relajada.
Junto al azul y amarillo, los colores primarios con la que se crea el verde, se consigue un ambiente fresco y atrevido. A partir de la combinación de verde jade, turquesa y aguamarina –las propuestas que más se acercan al azul– el espacio será más actual y se consigue una atmósfera relajada.
Azul: Serena y sociable. Paz, quietud, felicidad y satisfacción, estos son los valores que transmite el azul, uno de los favoritos para decorar cualquier estancia, especialmente los dormitorios y salones.
Mezclado con el blanco transforma el espacio en un ambiente donde se respira serenidad y recogimiento. Junto a la gama de grises se torna más serio, con pinceladas de masculinidad y tradición.
Los beis, marrones y arenas contrastan con el azul para aportar calidez.
En muchas ocasiones, aquellos que se decantan por esta gama tan extensa, resultan ordenados y serenos. Probablemente, tu personalidad no sea estridente. Y casi seguro eres de los que prefiere evitar conflictos. Además, suelen ser gente familiar y sociable.
Mezclado con el blanco transforma el espacio en un ambiente donde se respira serenidad y recogimiento. Junto a la gama de grises se torna más serio, con pinceladas de masculinidad y tradición.
Los beis, marrones y arenas contrastan con el azul para aportar calidez.
En muchas ocasiones, aquellos que se decantan por esta gama tan extensa, resultan ordenados y serenos. Probablemente, tu personalidad no sea estridente. Y casi seguro eres de los que prefiere evitar conflictos. Además, suelen ser gente familiar y sociable.
Lila: Joven y misteriosa. La gama de los lilas y violetas, suma del impulso energético del rojo y la docilidad del azul, es un color que denota equilibrio.
Uno de los colores favoritos para decorar espacios en los que se busca un estado de relajación y armonía, es el claro ejemplo de opción luminosa, fresca y radiante.
La persona que prefiere estas tonalidades tiene una manera de ser que se asocia con el arte y la juventud. Suelen primar los impulsos del corazón y buscan una relación mágica y misteriosa con todo aquello que la rodea. Son personas con un mundo interior muy intenso y espiritual.
Uno de los colores favoritos para decorar espacios en los que se busca un estado de relajación y armonía, es el claro ejemplo de opción luminosa, fresca y radiante.
La persona que prefiere estas tonalidades tiene una manera de ser que se asocia con el arte y la juventud. Suelen primar los impulsos del corazón y buscan una relación mágica y misteriosa con todo aquello que la rodea. Son personas con un mundo interior muy intenso y espiritual.
Rojo: Extrovertida y apasionada. Aplicar el color rojo en el salón de casa se transforma en una opción audaz y enérgica. Es un color que se asocia con la vitalidad, la pasión y el impulso.
Su poderío característico puede matizarse en combinación con la gama de los grises y blancos. Junto al verde, su opuesto en el círculo cromático, obtendremos un espacio más cercano al estilo clásico.
Las personas que escogen este color para vestir su salón son extrovertidas, deseosas de triunfar y muy apasionadas.
Su poderío característico puede matizarse en combinación con la gama de los grises y blancos. Junto al verde, su opuesto en el círculo cromático, obtendremos un espacio más cercano al estilo clásico.
Las personas que escogen este color para vestir su salón son extrovertidas, deseosas de triunfar y muy apasionadas.
Naranja: Clásica y alegre. El naranja es un color cálido que cíclicamente suele ponerse muy de moda en el interiorismo. Es un tono muy vital, que hará vibrar cualquier espacio, aunque en ocasiones pueda resultar arriesgado. Combinado con el gris y el blanco consigue apaciguar su energía en cierta medida. Junto al fucsia y violeta, multiplicaremos su vigorosidad y potencia. Aplicado con el negro, el resultado será dramático y muy intenso.
Aquellos que se atreven con este color para el salón, a pesar de la apariencia más transgresora y atrevida, son personas que destilan clasicismo en su justa medida. Suelen destacar por su actitud alegre ante la vida.
Aquellos que se atreven con este color para el salón, a pesar de la apariencia más transgresora y atrevida, son personas que destilan clasicismo en su justa medida. Suelen destacar por su actitud alegre ante la vida.
Amarillo: Intelectual y aventurera. Durante muchos años, sobre todo a finales de la década de los 90, el amarillo y sus diferentes intensidades reinaba en las paredes de los salones. Actualmente, ha quedado en parte relegado a complementos y detalles decorativos en la gama más pálida, en tonos pastel y empolvados.
El color del sol, del optimismo y la alegría. Junto al blanco destila energía a raudales, mientras el gris lo matiza para convertirlo en un color muy actual.
Aquellos que se atreven con el amarillo para decorar el salón, suelen ser también personas muy alegres, intelectuales y aventureras, con un anhelo constante de libertad.
Color en el dormitorio: Usa el amarillo y aporta vitalidad y energía
CUÉNTANOS…
¿Coincide lo que has leído con tu forma de ser?
El color del sol, del optimismo y la alegría. Junto al blanco destila energía a raudales, mientras el gris lo matiza para convertirlo en un color muy actual.
Aquellos que se atreven con el amarillo para decorar el salón, suelen ser también personas muy alegres, intelectuales y aventureras, con un anhelo constante de libertad.
Color en el dormitorio: Usa el amarillo y aporta vitalidad y energía
CUÉNTANOS…
¿Coincide lo que has leído con tu forma de ser?
Las personas que eligen el blanco en el salón suelen ser elegantes, serenas y seguras de sí mismas. A su modo, son grandes triunfadores que no necesitan utilizar colores estridentes. Si tu color es el blanco, probablemente seas una persona que desprenda vitalidad y energía por los cuatro costados.
Cómo usar el color en el salón para activar determinadas emociones