Casas Houzz: Un piso cálido y sofisticado en Milán
Este viejo piso deshabitado durante años se ha transformado en un interior luminoso tras una ambiciosa reforma integral.
“Encontramos este piso de pura casualidad”, explica la arquitecta Manuela Fernández Langenegger, dueña de la casa y encargada de la reforma. En realidad, ella y su pareja (y a la vez su socio) buscaban un piso de alquiler cuando dieron con este piso que llevaba años deshabitado. Impresionados por su potencial, decidieron afrontar una profunda reforma y transformaron esta vivienda de 120 metros cuadrados en una casa espaciosa, agradable y con un punto sofisticado y elegante.
La reforma fue profunda porque el apartamento estaba “completamente destrozado”. Hubo que renovar las puertas, el parqué del suelo y sustituir el suelo en la parte de atrás. “Aún así tratamos de conservar todo lo que pudimos”, dice Fernández.
Con una combinación elegante y vibrante de lo antiguo y lo nuevo, la mezcla de algunos clásicos, reliquias familiares y muebles recién adquiridos, esta arquitecta, madre de una niña, ha diseñado un hogar para ella y su familia, que respeta hasta el más mínimo detalle.
En la imagen de la izquierda ve un rincón del salón junto al ventanal. Destaca el sencillo sofá azul oscuro y la silla clásica LCM, de Charles y Ray Eames. La alfombra es de estilo Beni Ouarain y fue adquirida en Milán. El conjunto se completa con una preciosa mesita auxiliar de madera de palisandro: un diseño de 1963, del artista danés Kristian Vedel, que la dueña ha heredado de su familia.
Con una combinación elegante y vibrante de lo antiguo y lo nuevo, la mezcla de algunos clásicos, reliquias familiares y muebles recién adquiridos, esta arquitecta, madre de una niña, ha diseñado un hogar para ella y su familia, que respeta hasta el más mínimo detalle.
En la imagen de la izquierda ve un rincón del salón junto al ventanal. Destaca el sencillo sofá azul oscuro y la silla clásica LCM, de Charles y Ray Eames. La alfombra es de estilo Beni Ouarain y fue adquirida en Milán. El conjunto se completa con una preciosa mesita auxiliar de madera de palisandro: un diseño de 1963, del artista danés Kristian Vedel, que la dueña ha heredado de su familia.
“Queríamos un concepto abierto para el salón y la cocina y por eso hemos incorporado el espacio del antiguo dormitorio principal para ampliar esta zona en la que hemos colocado la cocina”, explica la arquitecta. Los armarios de la cocina están hechos a medida en madera de roble en un tono oscuro. La encimera es de mármol travertino.
En la pared de la cocina no hay azulejos ni protección contra salpicaduras y apenas hay armarios en la pared. La cocina, muy funcional, tiene forma de L y una estética cálida.
“Queríamos que la cocina formase parte del espacio vital de la casa”, dice la arquitecta. Por eso se ha prescindido de armarios altos en la pared, a excepción de un pequeño armario blanco que aprovecha un nicho en la pared de 40 cm de profundidad, que se descubrió durante la reforma y que ahora se aprovecha como despensa.
La enorme mesa de comedor es el modelo Feldmark, de Roland Graf. La propietaria la adquirió durante los años que residió en Stuttgart, Alemania. “Era el primer ejemplar que había en la tienda, que todavía existe”, recuerda esta arquitecta italiana de origen familiar sudafricano. La mesa se complementa con unas sillas de Egon Eiermann y la lámpara colgante Vonk light de la firma sudafricana Woltemade.
“Queríamos que la cocina formase parte del espacio vital de la casa”, dice la arquitecta. Por eso se ha prescindido de armarios altos en la pared, a excepción de un pequeño armario blanco que aprovecha un nicho en la pared de 40 cm de profundidad, que se descubrió durante la reforma y que ahora se aprovecha como despensa.
La enorme mesa de comedor es el modelo Feldmark, de Roland Graf. La propietaria la adquirió durante los años que residió en Stuttgart, Alemania. “Era el primer ejemplar que había en la tienda, que todavía existe”, recuerda esta arquitecta italiana de origen familiar sudafricano. La mesa se complementa con unas sillas de Egon Eiermann y la lámpara colgante Vonk light de la firma sudafricana Woltemade.
En la imagen, sobre un banco de madera de teca, hay un cuadro de la artista Bárbara Colombo, amiga de la arquitecta. “El cuadro nos los hizo especialmente para nosotros. Las cinco hojas representan a los miembros de nuestra familia”, explica la arquitecta. La pareja tiene una hija en común y su marido aporta otros dos hijos de una relación anterior.
Junto al salón se encuentra el despacho, que a la vez funciona como habitación de invitados. El enorme sofá de Richard Lampert, un fabricante de Stuttgart, se transforma en cama. El despacho tiene salida al pequeño jardín interior de la vivienda.
Las habitaciones se encuentran en la parte trasera de la casa. El cuarto de baño principal comunica la habitación principal y la de los niños. “No había otra distribución posible, pero para compensar hemos añadido otro baño en la vivienda”, explica la arquitecta, a la que le gusta mantener las puertas abiertas para disfrutar de la amplitud del espacio.
En el baño llama la atención la bañera. En realidad tiene unas dimensiones normales pero está revestida de un material para fachadas en lugar de azulejos. El resultado es un baño moderno, amplio y lleno de luz.
Las dimensiones del dormitorio principal son más reducidas sin llegar a ser pequeño. Hay un amplio armario empotrado, una cama sencilla sin cabecero y un aparador. Destaca el sillón clásico, modelo Tulip de Eero Saarinen, que completa el look minimalista de la habitación.
En el baño llama la atención la bañera. En realidad tiene unas dimensiones normales pero está revestida de un material para fachadas en lugar de azulejos. El resultado es un baño moderno, amplio y lleno de luz.
Las dimensiones del dormitorio principal son más reducidas sin llegar a ser pequeño. Hay un amplio armario empotrado, una cama sencilla sin cabecero y un aparador. Destaca el sillón clásico, modelo Tulip de Eero Saarinen, que completa el look minimalista de la habitación.
Desde el baño se ve el dormitorio de Kylie, la hija de la pareja.
El leitmotiv de la habitación es la cama litera, modelo Amber in sky, de la firma Perludi. Está toda forrada en un suave fieltro gris y es perfecta para cuando hay algún amiguito que quiere quedarse a dormir.
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Un pequeño escritorio, unas estanterías y una pequeña butaca de la firma Perludi completan el mobiliario. El resultado es un espacio muy acogedor y perfecto como cuarto infantil.
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Quién vive aquí: Manuela Fernández, su marido y su hija
Situación: distrito de Isola, Milán
Superficie: 120 metros cuadrados
Proyecto: Manuela Fernández Langenegger
Cuando la pareja de arquitectos vio el piso por primera vez, se fijaron en que las habitaciones eran bastante oscuras. “Había dos ventanas en la casa que estaban tapiadas, una en la cocina hacia la calle y otra que daba al patio… y tal vez por eso era todo tan oscuro”, explica la arquitecta.
La vivienda tenía un aspecto anticuado porque no había sido renovada desde los años setenta, pero Fernández y su marido vieron enseguida su enorme potencial. “No había nadie más interesado en la compra del piso y esto fue una gran suerte para nosotros”, aseguran.
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