Tocando el tema del diseño de los baños
EL tema de los baños me resulta muy interesante, no solo por la trayectoria de sus cambios sino por todo lo que representa: desde el espacio donde nos aseamos y estamos lo más cerca de ser lo que somos: seres vivos con requerimientos físicos, así como el más pequeño espacio donde nos podemos “esconder” y sentirnos seguros y a salvo y una gran herramienta para realzar el erotismo en la pareja.
Recordemos muy someramente que el baño paso de ser una disgregación de espacios ubicados en distintos sitios donde se vivía, hasta llegar a ser un solo espacio cerrado donde se concentran las tres actividades básicas de higiene: Limpieza general del cuerpo (ducha), limpieza parcial del cuerpo (lavamanos) y deposición de restos orgánicos (inodoro). Siempre he sido crítico con el tema de unir en un solo espacio, tres actividades que requieren diferentes grados de intimidad. Situación que se agrava cuando en una vivienda hay un solo baño (con las tres piezas dentro) y varias personas viviendo. Han pensado que cuando UNA persona lo usa, está restringiendo el uso de dos piezas (63%) restantes? Cuantas veces nos ha pasado que necesitamos usar el inodoro, pero el baño está ocupado porque otra persona que se está duchando. Y así podemos jugar con cualquiera de las piezas, sin tomar en cuenta el tema de los olores.
Mucha agua ha corrido sobre este tema, lo mismo que propuestas de diseño. Como se habrán dado cuenta, me inclino hacia el diseño racional del baño en función de su uso, objetivos y clima, más que lo bonito que pueda quedar.
Cerrado o abierto: ¡no estoy de acuerdo con encasillarlo en algo tan sencillo como cerrado o abierto, el baño merece muchísimo más que eso! Lo relevante es el uso que va a tener y el clima. Un baño “abierto” e inmenso en un clima con invierno es lo más hostil que te puedas imaginar, sin importar lo espectacular que haya quedado.
¿Abierto o cerrado? Como se sientan los que lo van a usar. ¿Hay cientos de posibilidades y te vas a encasillar en dos?
Hay un tema en el que soy persistente: que las piezas tengan su propio espacio en función de la intimidad que requieren o desean sus usuarios. Si la vivienda tiene un baño cerrado y la habita más de una persona, siempre me inclinare a que las piezas puedan ser usadas de forma independiente.
Ivan J. Hernandez Y.
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M.Carmen
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