Hazlo tú mismo: De caja de fruta a mesilla de estilo rústico
Si lo tuyo es el reciclaje, esta es una estupenda idea para el dormitorio. Te contamos todos los pasos que debes ir dando.
Pídele a tu frutero una de esas cajas que él va a tirar y hazte un mueble tan práctico y chulo como este. Una mesilla para el dormitorio o una mesa auxiliar, que apenas pesa y sirve para tener a mano todo lo necesario. Se le ha dado un aspecto rústico con una pintura muy cubriente, sin aplicarle imprimación previa, para que resalte el aspecto rugoso y atractivo de la madera en bruto. Además, en la encimera se ha realizado una técnica decorativa que imita una superficie desgastada. Finalmente, se le ha puesto un pequeño estante para dejar el libro, el despertador, una planta, etc.
La mesilla ha quedado así de divertida y alegre. Es ligera, pero se mantiene perfectamente de pie sin peligro de caerse. Y, lo mejor, ¡se ha hecho en una tarde!
Sobre la encimera de la mesilla se han aplicado dos colores: el de fondo y un tono azul que deja ver el de debajo. Con esta técnica se consigue un aspecto rústico muy de moda.
La caja de fruta tiene el tamaño perfecto para ponerla de pie junto a la cama. Además, está reforzada en los laterales, así tendrá mucha más consistencia.
Antes de pintarla hay que prepararla adecuadamente. Quita las grapas que sobresalen y lija bien con un taco abrasivo para eliminar las asperezas de la madera sin tratar.
Se pinta la caja con un color azul verdoso. Hay que procurar cubrir bien la madera, rellenando agujeros de clavos o grapas y zonas de difícil acceso, como las esquinas.
Hazlo tú mismo: Convierte un cuadro antiguo en una pizarra infantil
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Para hacer la encimera y una balda se ha utilizado una tabla de DM. Se elegido de escaso grosor con la intención de que la parte superior no pese en exceso. Marca con un lápiz la medida deseada para la encimera.
También hay que medir el interior de la caja y cortar la balda al tamaño del ancho. En este caso no se va a pintar, para que resalte en contraste del DM con el color azul del resto.
Se corta la tabla con sierra de calar por la línea marcada. Es conveniente fijarla a la mesa de trabajo con pequeños sargentos para asegurarla bien durante el trabajo.
Se sujeta en el interior de la mesilla a la altura deseada con unas pequeñas metopas roscadas.
Como terminan en punta, entran con facilidad en la madera simplemente atornillándolas. Se deben poner dos en cada lateral para sujetar la balda.
La encimera se pinta con una primera mano de color grafito. No hace falta dar una imprimación previamente porque esta capa hará las veces de selladora. Se extiende de manera generosa con brocha siguiendo la veta de la madera.
Cuando se ha secado, se da la pintura azul sin cubrir por completo la de fondo. Se trata de que se vea por algunas zonas. Se reparte a brochazos irregulares y desordenados para crear ese efecto desgastado. Cuando se ha secado la pintura, con el taco de lija se repasan algunas zonas para eliminar parte del color azul.
Para fijar la encimera a la caja, se puede utilizar cola blanca de carpintero o algún tipo de masilla elástica adhesiva multiuso, aplicada con pistola. Se extiende un cordón de masilla en todo el perímetro de la tabla.
Se aplica también masilla adhesiva en las cuatro esquinas superiores de la caja sobre la que se va a colocar la encimera y se presiona. Para que quede bien fijada, lo mejor es poner peso encima (libros o similar) unas cuantas horas hasta que se pueda utilizar.