Hazlo tú mismo: Cómo reparar pequeños desperfectos en muebles de madera
Un golpe, un arañazo, un trozo astillado…, todo en los muebles preferidos de tu casa tiene solución.
Sólo debes echar mano de productos específicos, o recetas caseras, para arreglar todos estos contratiempos. Para los problemas más comunes –arañazos, astillamientos o agujeros– hay toda una batería de buenas soluciones comerciales. Las manchas de grasa o de agua son algo más complicadas de solucionar, aunque nunca es tarde si sigues estos consejos. Pero, ojo, si tu mueble es realmente valioso, antes de hacer nada consulta con un profesional. Evitarás males mayores.
Rasguños y arañazos superficiales. Es casi imposible preservar un mueble de madera de arañazos y roces. Afortunadamente, los pequeños desperfectos no son complicados de reparar o disimular.
Si son muy superficiales, lo mejor es echar mano de los rotuladores retocadores, que, como su nombre indica, “pintan” el arañazo y lo hacen prácticamente imperceptible. Es uno de los sistemas más fáciles, siempre y cuando el roce no sea profundo.
Hazlo tú mismo: Envejece tus muebles con pintura y cera
Hazlo tú mismo: Envejece tus muebles con pintura y cera
Si el rasguño está más marcado usa cera para retoques. Está también indicada para muebles a los que se les haya levantado un poco la chapa. La aplicación es muy simple: la cera se presenta en bastoncillos que deberemos frotar sobre el arañazo. Lo más adecuado es elegir alguno del color más parecido, para disimular el rasguño.
Grietas y agujeros. La pasta o la masilla para madera sirve para rellenar y disimular astillamientos y melladuras de mayor envergadura. También se puede usar para tapar pequeñas grietas y agujeros de clavos o tornillos. Se trata de una pasta flexible que, al secarse, endurece. Suele presentarse en tarrinas o en tubos y la hay en una gran variedad de colores, tantos como acabados de los muebles. Dada la oferta de masillas comerciales, es muy difícil no encontrar el color que necesitemos. Sólo hay que rellenar la fisura o el hueco de forma generosa, con la ayuda de una espátula o también con los dedos, ya que cuando haya secado será necesario lijar y, por tanto, mermará un poco. Se puede pintar o encerar sobre la zona restaurada y queda perfecta.
Foto: Willie Fogg
Foto: Willie Fogg
Cercos de agua y quemaduras de cigarros. Suele ser bastante difícil igualar el cerco que ha dejado en la madera la marca de un vaso húmedo. Lo mismo se puede decir de las quemaduras negras de los cigarrillos.
La única solución en ese caso es lijar con lija muy fina (y con cuidado) sobre la superficie para eliminar en la medida de lo posible el desperfecto. A continuación, se limpia bien de polvo y se aplica el acabado original que tenía el mueble, con barniz, aceite, tinte, etc. para igualar el tono del general.
Hazlo tu mismo: De caja de fruta a mesilla de estilo rústico
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Manchas de grasa. Si son recientes, retíralas con un papel absorbente de cocina y espolvorea polvos de taco sobre ellas para que absorban todo el aceite que aún no se haya filtrado. También puedes utilizar un limpiador específico para superficies de madera. Por otra parte, los blanqueadores comerciales disimulan las manchas, pero como contrapartida aclaran el color de la madera, por lo que después se aplicarlos será necesario dar un acabado similar al que tenía el mueble.
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Ligeras abolladuras. ¿Se ha levantado o se ha hundido la chapa de la madera debido a un golpe? Prueba a arreglar el desperfecto con una plancha caliente, protegiendo la superficie del mueble con un paño doblado. Ponlo sobre la zona en cuestión y encima la plancha a una temperatura muy suave. Manténlo así unos segundos, repitiendo varias veces pero evitando que se caliente en exceso, hasta que las fibras de la madera vuelvan a levantarse.
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