Antes y después
Antes y después: El coqueto nido de amor de dos jóvenes en Málaga
Con solo 36 m² de casa, la clave ha sido aprovechar el espacio al máximo y elegir un mobiliario funcional y ligero.
A pesar de que en su interior no había nada aprovechable, los propietarios decidieron comprar este ático –originalmente pensado como vivienda para el portero, pero que nunca se utilizó– por su ubicación en el centro de la ciudad y por el precio. Con un presupuesto ajustado, se ha conseguido transformar un interior compartimentado y casi en ruinas, en un espacio acogedor, práctico y luminoso. Para ello se tuvo que demoler muros y plantear una distribución totalmente nueva. Misión cumplida ¡en solo 3 meses!
ANTES: En un espacio tan pequeño, la demolición de todas las estructuras existentes no fue muy costosa, lo que mantuvo el presupuesto bajo control. Los arquitectos modificaron prácticamente todo; incluso, la puerta de entrada cambió de lugar. Sí se respetaron los huecos de las ventanas, aunque se tuvieron que adaptar al tamaño estándar para colocar las nuevas.
DESPUÉS: Tras demolerlo todo, crearon un espacio principal unificado y multifuncional, que integra salón, comedor, cocina y zona de estudio. Para facilitar la circulación, colocaron los muebles colocados de manera que hay una zona libre de paso entre el salón y la cocina. Todo el mobiliario es de tiendas como Ikea o Leroy Merlin, piezas modulares que se adaptan bien a espacios pequeños.
“Lo más importante era conseguir una distribución inteligente, para disfrutar de una vivienda acogedora y fácil de habitar”, apuntan desde el estudio.
Las paredes con estanterías modulares amplían el espacio de almacenamiento, a la vez que decoran. El perro de cartón de la estantería es de la tienda Curiosite, de Madrid.
“Buscamos liberar el espacio central y aprovechar los huecos de la planta para estancias secundarias como el baño”, apuntan los profesionales.
“Buscamos liberar el espacio central y aprovechar los huecos de la planta para estancias secundarias como el baño”, apuntan los profesionales.
La cocina, de Leroy Merlín, es de una sola bancada, funcional y abierta. Para separarla visualmente del resto del espacio se utilizaron azulejos blancos tipo metro.
Con tan pocos metros, son los detalles los que cuentan, como la barra para colgar los utensilios de cocina. En la cocina, todo está pensado para aprovechar el espacio al máximo y facilitar el almacenaje; se colocaron todos los muebles suspendidos.
Fotos de zonas de estar en las imágenes de Houzz España
Con tan pocos metros, son los detalles los que cuentan, como la barra para colgar los utensilios de cocina. En la cocina, todo está pensado para aprovechar el espacio al máximo y facilitar el almacenaje; se colocaron todos los muebles suspendidos.
Fotos de zonas de estar en las imágenes de Houzz España
Los interioristas cambiaron la puerta de entrada. Derribando tabiques se crea una zona principal con salón, cocina y comedor. También construyeron un pequeño tabique para asegurar la independencia acústica del dormitorio con respecto a la cocina.
En el dormitorio, para dar independencia a la cama, hay una estantería de madera abierta de Ikea que funciona como zapatero. Este vestidor abierto ayuda a difundir la luz por toda la estancia.
La pared del cabecero se pintó de un tono tierra, que le da al dormitorio un aire más acogedor.
El baño, pequeño pero funcional, responde a la misma filosofía que el resto de la casa, donde cada rincón está aprovechado al máximo.
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¿Qué te ha parecido esta casa? ¿Tú también vives en un piso pequeño? Comparte ideas para aprovechar al máximo el espacio en la sección de comentarios
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Quién vive aquí: Una pareja de diseñadores
Situación: Málaga
Superficie: 36 metros cuadrados
Proyecto: Daniel Guevara y Laura Díaz del Pino, de Filbak
Fotografía: Lolo Mestanza