Antes y después
Antes y después: De antigua consulta a piso elegante y colorista
Paredes en negro azabache, verde y azul combinadas con blanco protagonizan una casa con un zona de día de más de 70 m².
En el distrito de Hoheluft, en Hamburgo, se encuentra este piso luminoso que antes de la reforma era una consulta de habitaciones pequeñas y oscuras. La diseñadora de interiores Clara Zachariassen y su marido vieron su potencial y decidieron comprarla. Tras una larga reforma, la casa es ahora un moderno y acogedor hogar con una estancia principal abierta de 73 metros cuadrados que hace las veces de oficina, cocina, salón y comedor.
Al piso se accede por un pequeño ascensor que directamente desemboca en un rellano (en la imagen). La vivienda tiene dos partes diferenciadas. Una de ellas está pensada como área de invitados, aún en fase de renovación. La otra es la ya reformada donde viven la diseñadora y su marido. Ambas áreas quedan separadas por un tabique pintado en un tono negro azabache, que contrasta con el resto de la vivienda, muy luminosa.
El plano de la vivienda da una idea de la complicada distribución de la casa: un ascensor conduce directamente al rellano de entrada. A la derecha, se encuentra la zona reformada, con el salón, cocina, dormitorio y baño. A la izquierda, lo que será la zona de invitados en un futuro.
ANTES: muchos tabiques y poca luz. Aparte de tirar algunos tabiques, se ha dado especial importancia al contraste de colores en las paredes. Antes, como vemos en la imagen, los espacios eran totalmente blancos.
DESPUÉS: el muro pintado en negro da un carácter moderno al espacio. Con unos 73 metros cuadrados, esta habitación es multiusos y sirve como cocina, oficina y salón de la vivienda.
El concepto de la vivienda es abierto, cocina, salón y estudio se encuentran en un mismo espacio. “A pesar de que los techos son bajos, no agobian. En cuanto a los ruidos, tenemos la gran alfombra y muchos muebles tapizados que amortiguan cualquier molestia. En la cocina tenemos campana extractora que evita la propagación de los olores. Somos aficionados a cocinar y a las reuniones con amigos”, aseguran.
El concepto de la vivienda es abierto, cocina, salón y estudio se encuentran en un mismo espacio. “A pesar de que los techos son bajos, no agobian. En cuanto a los ruidos, tenemos la gran alfombra y muchos muebles tapizados que amortiguan cualquier molestia. En la cocina tenemos campana extractora que evita la propagación de los olores. Somos aficionados a cocinar y a las reuniones con amigos”, aseguran.
ANTES: durante la reforma, la cocina se aisló con una lámina de plástico para proteger el resto de la vivienda, ya que la diseñadora y su marido ya se habían instalado en el piso.
“A mi marido le encanta el bricolaje y trabajó mucho en la casa, aunque para ciertas cosas, como albañilería o electricidad, contratamos a profesionales”, cuenta Clara.
“A mi marido le encanta el bricolaje y trabajó mucho en la casa, aunque para ciertas cosas, como albañilería o electricidad, contratamos a profesionales”, cuenta Clara.
DESPUÉS: antes de la reforma, la cocina estaba separada del resto del salón por un tabique. “Tiramos el tabique, quitamos los azulejos y renovamos el suelo”, cuenta Clara. Debajo de los azulejos se encontraron un muro de hormigón pintado de rosa, que todavía tenía anotaciones de obras anteriores. “Fue una sorpresa agradable encontrarnos con el muro rosa, así que adapté el estilo de los armarios y la encimera para combinar con ese color e instalé un sistema de tuberías de cobre, que también quedan bien”, dice Clara.
La encimera de la cocina está hecha a medida en madera barnizada de haya. La isla entre la cocina y el comedor funciona como separación de zonas y se utiliza a modo de barra. Está revestida con azulejos en gris claro. El suelo es una loseta de hormigón pulido.
La encimera de la cocina está hecha a medida en madera barnizada de haya. La isla entre la cocina y el comedor funciona como separación de zonas y se utiliza a modo de barra. Está revestida con azulejos en gris claro. El suelo es una loseta de hormigón pulido.
Detalle del muro rosa que se ha dejado en crudo tras la reforma
La cocina se abre al comedor, tiene ventanas orientadas al sur y al oeste. La mesa es un caballete de la firma Eiermann con un sencillo sobre en blanco. Las sillas, de estilo clásico, son de madera maciza. “Me encantan los muebles de madera maciza porque sobreviven a las modas”, afirma la diseñadora. Su mobiliario favorito son piezas clásicas los años 50 y 60, que suele combinar con otras vanguardistas.
La zona del salón no tiene ventanas; para potenciar la sensación de refugio la pared se pinta en un tono negro azabache. El sofá es el modelo Maralunga, de la firma Cassina. En el suelo destaca una alfombra de gran formato. “Nos encontramos por sorpresa la alfombra en el sótano. Mis padres la heredaron de los anteriores inquilinos en los años 70. Es una alfombra persa auténtica hecha en lana”, revela la interiorista.
Consejos para elegir la alfombra perfecta
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Este estante, de la firma USM, completa el look moderno del salón. Se adquirió en Estados Unidos hace unos años. Un carpintero fabricó un marco de metal a medida.
Entre el salón y la cocina hay una puerta que da acceso a un pequeño saloncito, que funciona como vestidor e invernadero de plantas; a su vez, es la antesala del dormitorio principal y el baño. Está amueblada con alguna pieza antigua, comprada en mercadillos o subastas. “Nosotros le llamamos el saloncito verde”, cuenta la diseñadora. El color de la pared, de la firma Farrow & Ball, es un verde hoja que armoniza bien con el color azul del dormitorio.
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Desde el salón se ve una gran parte del dormitorio. Los suelos son de parqué de roble barnizado.
“En el dormitorio hemos bajado algo el techo y resulta muy relajante”, cuenta la diseñadora. La lámpara, de la firma Flos, parece una luna que contrasta con el fondo de la pared, pintada de azul noche. Como cabecero, un adorno de peces que los propietarios compraron hace años. Están clavados a la pared pero a veces los cambian de posición.
Frente a la cama, una puerta de doble da a un pequeño balcón. La ventana es de suelo a techo, como las del resto de la casa.
Los antiguos propietarios bajaron los techos (ahora tienen 2,45 metros) para conseguir unas ventanas más amplias. La única desventaja es que no se puede instalar una barra para colgar cortinas. La diseñadora resolvió este problema colocando unas bisagras a los lados de cada ventana. Las cortinas son muy originales, con un dibujo que representa la noche y el día (según estén abiertas o cerradas), con motivos de montañas, estrellas y agua.
Los antiguos propietarios bajaron los techos (ahora tienen 2,45 metros) para conseguir unas ventanas más amplias. La única desventaja es que no se puede instalar una barra para colgar cortinas. La diseñadora resolvió este problema colocando unas bisagras a los lados de cada ventana. Las cortinas son muy originales, con un dibujo que representa la noche y el día (según estén abiertas o cerradas), con motivos de montañas, estrellas y agua.
El baño es el espacio que menos se ha reformado. El techo se ha pintado de un tono ocre óxido. El espejo es nuevo y a los armarios se les han instalado tiradores nuevos. “El baño estaba en buen estado y era práctico; solo tuvimos que darle un aire más moderno”, dice Clara.
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Quien vive aquí: Clara Zachariassen, interiorista de Studio Plietsch y su marido
Situación: distrito de Hoheluft, Hamburgo
Superficie: 140 metros cuadrados
Fotografía: Moritz Kitzmann