Mundo Houzz
Trucos y mitos de los mercadillos de antigüedades
Si estás buscando ese personalísimo toque para la decoración en rastros y ferias pero no sabes por dónde empezar, aquí te lo contamos todo.
Hasta hace poco, las antigüedades interesaban a un público muy determinado. Actualmente, con el auge del vintage, cada vez más gente compra este tipo de piezas. Lo saben quienes se han recorrido mercadillos semanales tan populares como El Rastro de Madrid o Les Encants de Barcelona, además de otras ferias, eventos de desembalajes y almonedas de toda España. Hablamos con dos expertos del sector, para descubrir algunos mitos que no lo son tanto y los trucos con los que saldrás airoso de una jornada en territorio desconocido.
Mitologías: Las 4 verdades –o mentiras– para conseguir el mejor precio.
1. “Muestra desinterés”
No es igual un mercadillo callejero que una feria en un palacio de exposiciones, pero es cierto que, “el mostrar mucho interés, puede hacer que el precio no sea ajustado”. Lo sabe Maria Jesús Cano, restauradora especializada en la recuperación y reciclaje de muebles.
“De todas formas, los tiempos han cambiado: los comerciantes quieren vender, por lo que no les interesa pasarse con los precios”, explica quien está al frente del taller de restauración El Sabor de lo Antiguo.
1. “Muestra desinterés”
No es igual un mercadillo callejero que una feria en un palacio de exposiciones, pero es cierto que, “el mostrar mucho interés, puede hacer que el precio no sea ajustado”. Lo sabe Maria Jesús Cano, restauradora especializada en la recuperación y reciclaje de muebles.
“De todas formas, los tiempos han cambiado: los comerciantes quieren vender, por lo que no les interesa pasarse con los precios”, explica quien está al frente del taller de restauración El Sabor de lo Antiguo.
2. “Viste de manera humilde y discreta”
Más allá de supersticiones y prejuicios, lo importante es ir cómodo. Piensa que, por ejemplo, Mercantic ocupa una superficie de 15.000 metros cuadrados; El Rastro de Madrid es un barrio entero de la ciudad; y Les Encants, en Barcelona, uno de los mercados más antiguos de Europa (desde el siglo XVI, ojo), está en un recinto de 35.000 metros cuadrados.
Inspírate en este piso de Barcelona decorado únicamente con muebles vintage y reciclados
Más allá de supersticiones y prejuicios, lo importante es ir cómodo. Piensa que, por ejemplo, Mercantic ocupa una superficie de 15.000 metros cuadrados; El Rastro de Madrid es un barrio entero de la ciudad; y Les Encants, en Barcelona, uno de los mercados más antiguos de Europa (desde el siglo XVI, ojo), está en un recinto de 35.000 metros cuadrados.
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3. “Saca defectos a las piezas que te interesen”
Ten cuidado con estas cosas: si no sabes de lo que estás hablando, puedes meter la pata… y al revés: que alguien se dé cuenta que te estás pasando de listo.
“Si es la pieza que buscas, pero el precio no se ajusta a tu presupuesto, mi consejo es que seas respetuoso con el trabajo del comerciante y que lo expongas directamente”, cuenta Cano, quien durante dos temporadas se recorrió El Rastro de Madrid de cabo a rabo, grabando el programa de televisión De Rastros con Chus.
“Cuando empecé en este negocio, iba todos los domingos a buscar piezas, me llevaba a mis hijos pequeños… Es curioso como hay comerciantes de El Rastro que han visto crecer a mis dos hijos. En nuestras incursiones, uno se encargaba de medir la pieza y otro de apuntarla o de hacer la foto”, recuerda con nostalgia.
Entre los recuerdos también hay muchos asociados al regateo: “A veces, si encuentro desproporcionado el precio que un comerciante me da, me voy y ellos son los que van detrás de ti para que les hagas una oferta”. Pero, ¿cómo atina uno con la cifra? “Eso sólo se aprende viendo mucho… De hecho, yo creo que todavía no sé lo suficiente”, reconoce.
Ten cuidado con estas cosas: si no sabes de lo que estás hablando, puedes meter la pata… y al revés: que alguien se dé cuenta que te estás pasando de listo.
“Si es la pieza que buscas, pero el precio no se ajusta a tu presupuesto, mi consejo es que seas respetuoso con el trabajo del comerciante y que lo expongas directamente”, cuenta Cano, quien durante dos temporadas se recorrió El Rastro de Madrid de cabo a rabo, grabando el programa de televisión De Rastros con Chus.
“Cuando empecé en este negocio, iba todos los domingos a buscar piezas, me llevaba a mis hijos pequeños… Es curioso como hay comerciantes de El Rastro que han visto crecer a mis dos hijos. En nuestras incursiones, uno se encargaba de medir la pieza y otro de apuntarla o de hacer la foto”, recuerda con nostalgia.
Entre los recuerdos también hay muchos asociados al regateo: “A veces, si encuentro desproporcionado el precio que un comerciante me da, me voy y ellos son los que van detrás de ti para que les hagas una oferta”. Pero, ¿cómo atina uno con la cifra? “Eso sólo se aprende viendo mucho… De hecho, yo creo que todavía no sé lo suficiente”, reconoce.
4. “Espera al final de la mañana para comprar”
Hay piezas que te enganchan. Y si es una de esas –y entra dentro de tu presupuesto–, tu propia intuición no permitirá que se te escape.
“Los anticuarios que van a mercados extranjeros a comprar, madrugan para ver las primeras piezas y poder elegir”, cuenta Chus: “Alguna vez he esperado a última hora, cuando están recogiendo ya los puestos, para llevarme alguna pieza mejor de precio… Pero eso sólo sirve cuando vas sin una idea de compra preconcebida”.
Cómo elegir con criterio una antigüedad para nuestra casa
Hay piezas que te enganchan. Y si es una de esas –y entra dentro de tu presupuesto–, tu propia intuición no permitirá que se te escape.
“Los anticuarios que van a mercados extranjeros a comprar, madrugan para ver las primeras piezas y poder elegir”, cuenta Chus: “Alguna vez he esperado a última hora, cuando están recogiendo ya los puestos, para llevarme alguna pieza mejor de precio… Pero eso sólo sirve cuando vas sin una idea de compra preconcebida”.
Cómo elegir con criterio una antigüedad para nuestra casa
La psicología del regateo. Muchos nos preguntamos: ¿Quién ha de ser más fuerte a la hora de regatear por una pieza valiosa, vendedor o cliente?
Josep María Camps intenta resolver la duda: “Mi opinión es que la fortaleza psicológica debe ir a la par, demostrando la fortaleza de la misma, según las circunstancias y según la necesidad de vender o de comprar que exista en la negociación”, cuenta quien defiende el valor simbólico de las piezas compradas en mercadillos y rastros.
“A todos nos gusta que la decoración de casa o del espacio de trabajo sea única y que refleje nuestra forma de ser. Esto se consigue con piezas únicas, o con la personalización de las decoraciones industriales a las que se les añade un toque de glamur”, añade este experto.
Josep María Camps intenta resolver la duda: “Mi opinión es que la fortaleza psicológica debe ir a la par, demostrando la fortaleza de la misma, según las circunstancias y según la necesidad de vender o de comprar que exista en la negociación”, cuenta quien defiende el valor simbólico de las piezas compradas en mercadillos y rastros.
“A todos nos gusta que la decoración de casa o del espacio de trabajo sea única y que refleje nuestra forma de ser. Esto se consigue con piezas únicas, o con la personalización de las decoraciones industriales a las que se les añade un toque de glamur”, añade este experto.
Hablar por hablar. Hay tres preguntas básicas que toca hacerse cuando vemos una pieza que nos interesa: de dónde proviene, su descripción y, por último, el precio.
Por lo general, hay que preguntar mucho –“porque es la forma más fácil de aprender”, dice Chus–, y porque así entenderemos la historia y el verdadero valor de cada mueble.
Cómo disfrutar de un mercadillo de antigüedades
Por lo general, hay que preguntar mucho –“porque es la forma más fácil de aprender”, dice Chus–, y porque así entenderemos la historia y el verdadero valor de cada mueble.
Cómo disfrutar de un mercadillo de antigüedades
Qué comprar y qué no. Los muebles, si son piezas importantes, es fundamental que el vendedor pueda darnos referencias o garantías del estilo o valor de la pieza. En una tienda es más fácil, pero también en ferias importantes de almonedas, se puede solicitar. Básicamente, se trata de saber quién es el vendedor y una referencia mínima.
“Yo, quizás por no ser mi especialidad, no me atrevería a comprar pintura, pues en ese campo intervienen muchas cosas: la firma, el tipo de lienzo, la técnica, etc.”, reconoce Chus.
¿Y TÚ?
¿Sueles acudir los fines de semana a mercadillos y rastros? ¿Cuál de estas recomendaciones te ha parecido más útil? ¿Cuál nos darías tú? Cuéntanoslo en los comentarios
“Yo, quizás por no ser mi especialidad, no me atrevería a comprar pintura, pues en ese campo intervienen muchas cosas: la firma, el tipo de lienzo, la técnica, etc.”, reconoce Chus.
¿Y TÚ?
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“La única forma de descubrir los tesoros que se esconden en mercadillos es pasarse horas, ir sin prisas y rebuscar por todos los rincones”. Josep María Camps sabe de lo que habla: la empresa en la que ejerce como director de área, Llobregat SF, lleva en el mundo de las ferias de antigüedades más de 30 años. Ellos organizan los eventos Desembalajes por toda España y Mercantic, fundado en el año 1992 en una antigua fábrica de cerámica de Sant Cugat (Barcelona). Cuenta con hasta 250 puestos diferentes y es uno de los pocos mercadillos permanentes de antigüedades.
“Tienes que preguntar e informarte del valor añadido de cada pieza”, reflexiona Camps, quien suele ser uno más entre las 8.000 personas que, cada domingo, visitan este espacio único en España.