El salón es la zona de estar por excelencia donde se celebran grandes logros familiares al igual que pequeños triunfos del día a día. También es el espacio perfecto para relajarse después de un día duro de trabajo. Por eso, es importante que los salones pequeños, pese al espacio, estén distribuidos correctamente y no tengan demasiados elementos que los saturen. La decoración de salones retro tiene su ciencia, como la tiene la de cualquier otra estancia. Si buscas inspiración, echa un vistazo a nuestras fotos de salones vintage y guárdate las que más te gusten en un álbum de ideas. ¡Ya verás qué práctico te resultará luego!
¿Qué elementos componen el salón retro?
Todo depende de cómo sea. Por ejemplo, si está abierto a la cocina o si es un salón comedor vintage. Tampoco será lo mismo si es grande o pequeño, o si tiene un gran ventanal y da acceso directamente al jardín. De todos modos, hay elementos que siempre, o en la mayoría de zonas de estar, están presentes; ya se trate de salones de lujo o de salones minimalistas.
- Sofá: se trata probablemente de la pieza clave de cualquier salón. Hay de varios tamaños y con diferentes funciones añadidas.
- Mesita auxiliar: muy práctica tanto delante como al lado de la zona de relajación. Suele ser sencilla, aunque las hay muy originales.
- Estantería: el salón acostumbra a ser uno de los lugares donde disfrutar de la lectura, por eso es habitual almacenar y exponer los libros en esta estancia.
- Mueble para TV: no todo el mundo lo necesita. De hecho, los que reniegan de la “caja tonta” distribuyen los muebles de otro modo.
- Cuadros: básicos de la decoración que aportan personalidad.
- Equipo de sonido: es bastante común tener uno en esta estancia tanto para escuchar la radio como para disfrutar de la buena música.
- Lámparas: pueden ser el toque en los salones con encanto.
¿Cómo decorar un salón retro?
En primer lugar, tendrás que decidir cuál es el punto focal de la estancia. Es muy habitual colocar un televisor en una de las paredes y que todo se coloque encarado a él. Los salones de estilo años 50 con chimenea, cuando aún no se había inventado este aparato del que ahora pocos prescindirían, seguían esta misma lógica. En esta estancia suele haber diferentes tipos de iluminación. Es muy habitual contar con halógenos en el techo que proporcionan una luz intensa, pero también lo es tener lámparas en rincones y encima de muebles para añadir puntos lumínicos. Otra de las opciones cuando se trata de la decoración de salones de estilo años 60 es iluminar cuadros. De esta manera, se da a entender que ese elemento es importante y se gana una luz indirecta en el resto de la estancia.
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