La terraza es un mundo aparte, un espacio donde el ajetreo del día a día tiene prohibida la entrada. Además, si en algún momento pones una barbacoa, ya será tu lugar preferido de la casa. Para ti y para todos tus invitados, por supuesto. Pero, para crear realmente un atmósfera agradable, hay que tener en cuenta que las terrazas decoradas suman puntos. Todos esos pequeños detalles que quizá no se perciben de manera consciente, lo son todo. Si estás buscando ideas para terrazas pequeñas o grandes, alargadas o cuadradas, etc., echa un vistazo a nuestras fotos de terrazas y déjate seducir por ellas.
El mejor lugar para una terraza
Claramente no existe uno solo, hay muchos lugares y muy diversos que te permitirán disfrutar de tu terraza en su totalidad. Sea donde sea que esté tu casa o piso, una terraza siempre es bienvenida.
- Terrazas urbanas: pueden no ofrecer unas grandes vistas... o todo lo contrario. Si tienes la suerte de vivir en un ático, seguro que tienes una panorámica de lujo de tu ciudad. Ideales para cenas nocturnas porque es cuando menos bullicio hay.
- Terrazas con vistas al mar: hipnóticas. ¿Quién no podría quedarse mirando al mar durante horas? Y ese sonido tan relajante… Sin duda es un placer desayunar con el mar en el horizonte.
- Terrazas con vistas a la montaña: estar rodeado por picos y mantos nevados siempre impresiona y te hace sentir parte de este mundo. Aprovecha para respirar hondo y llevarte esa sensación siempre contigo.
- Terrazas con vistas al campo: te asomas y te sientes relajado. Campos inmensos y, con suerte, bien cuidados, que te llenarán de color toda la casa.
¿Cómo decorar una terraza?
Todo depende de para qué quieras usarla principalmente. Si te gustan las terrazas
chill out y querrías una del estilo para desconectar y relajarte, tienes que tener en cuenta principalmente elementos decorativos que inciten a la meditación: velas, guirnaldas de luces, muebles y objetos fabricados con materiales que provienen de la naturaleza, plantas, etc. Terrazas con encanto hay de todos los tipos, pues se trata de una percepción subjetiva. Así que poco importa de qué espacio dispongas, ni siquiera el presupuesto. Con voluntad y buen gusto se pueden conseguir resultados espectaculares. Por ejemplo, cuelga pequeñas macetas en una de las paredes o una tela de gran tamaño que reste frialdad al hormigón y haga del espacio un sitio más acogedor.
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