¿El agua tiene sabor?
Aristóteles fue quien en el 330 a.C. determinó que el agua no tenía sabor propio
A pesar de que desde el colegio nos dicen que el agua es incolora, inodora e insípida, cada vez que abrimos el grifo para beber agua percibimos un sabor diferente. Esto se debe a la mineralización a lo largo y ancho de la geografía así como a las diferentes canalizaciones que en algunos casos.
Siempre hemos pensado que el agua en sí no tiene sabor, aunque algunas investigaciones empiezan a apuntar lo contrario. El agua podría activar impulsos nerviosos en los mamíferos y, por lo tanto, tener un sabor propio. Aristóteles podría estar equivocado.
Como solución a este problema tenemos dos ideas:
- Instalar un sistema de ósmosis para mejorar el sabor del agua
- Instalar Komeo, una central de tratamiento de agua para todo tu hogar con el que conseguirás obtener un caudal totalmente libre de impurezas y de calidad no solo en tu cocina, sinó en todas las salidas de agua de tu estancia.
¿Y Tú? ¿Crees qué el agua tiene sabor? ¿Por cuál solución te decantarías?
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