Guía en siete pasos para organizar tu estudio de diseño
Este proceso te ayudará a replantear, reorganizar y poner al día tu estudio de diseño para transformarlo en un espacio de trabajo fácil de mantener en el que puedas mostrar tu personalidad y tu talento.
Aunque las muestras de tejidos, papel pintado y suelos sean esenciales para un negocio como el tuyo, también ocupan mucho, pesan y son difíciles de organizar. Por eso, es muy fácil que un estudio que estaba perfectamente ordenado a principios de semana se convierta en un caos de colores, patrones y texturas al acabarla. Por suerte, hay esperanza. Esta guía en siete pasos te ayudará a replantear, reorganizar y poner al día tu estudio de diseño para transformarlo en un espacio de trabajo fácil de mantener en el que puedas mostrar tu personalidad y tu talento.
1. Reordena, almacena y limpia
Empieza haciendo borrón y cuenta nueva. Deshazte de muestras y catálogos antiguos que ya no uses. Si no tienes claro si deberías conservarlos, relégalos a contenedores guardados en un armario, el sótano o el trastero. Después, crea un recordatorio en tu calendario para dentro de unos meses y tira todo lo que no hayas sacado para entonces.
2. Analiza la situación
Lo más importante a la hora de reorganizar cualquier espacio es hacer un repaso de todo lo que tienes y de tus necesidades. ¿Qué tipo de materiales son los que más usas? ¿Sueles guardar las muestras que utilizas más a menudo a mano o te cuesta encontrarlas? ¿Quieres almacenarlo todo a la vista para poder localizar cada elemento rápidamente o te resulta más útil trabajar en un espacio con puertas cerradas y menos distracciones? ¿Normalmente recibes a los clientes en tu estudio? Si es así, puede que necesites mantener los materiales guardados aparte para dar una buena impresión. Dedica un tiempo a valorar todo esto antes de ponerte manos a la obra.
3. Trátalo como cualquier otro proyecto
Como profesional del diseño de interiores, una de tus habilidades más importantes es ser capaz de ver los espacios de los clientes con ojos nuevos para descubrir qué funciona y qué no. Sin embargo, es mucho más complicado hacer ese ejercicio con los lugares en los que más tiempo pasas, pero es importante dar un paso atrás e intentar ver tu estudio desde fuera para saber por dónde empezar a renovarlo.
Puede que necesites mejorar la iluminación, ampliar las zonas de almacenamiento o cambiar el mobiliario, los suelos o la decoración por otros más nuevos. ¿Muestra tu espacio el estilo y la personalidad que esperas? ¿Crees que los clientes que visitan tu estudio por primera vez se llevan una buena impresión? ¿Refleja bien tu forma de trabajar? Hacerte estas preguntas te ayudará a aplicar un enfoque coherente y conseguir un resultado a la altura de tu experiencia.
4. Busca inspiración
Trabajar con muestras muy aparatosas y otros materiales de formas, tamaños y pesos distintos puede ser complicado. Busca consejos y recomendaciones de otros profesionales del diseño que hayan encontrado formas eficaces de organizar sus estudios.
5. Afronta el caos
Aprovecha esa inspiración a la hora de elegir el tipo de almacenamiento adecuado para ti y tu espacio de trabajo, ya sea abierto o cerrado. Seguramente necesites una mezcla de ambos: estanterías para guardar los catálogos y los libros de muestras, cestos, contenedores y sistemas de almacenamiento colgantes para elementos más pequeños, como muestras de tejidos, y armarios, cajoneras y archivadores para mantener todos tus documentos ordenados, como los presupuestos, las facturas o los recibos.
Cuando hayas guardado y clasificado tus muestras con las opciones que mejor funcionen para cada una de ellas, te resultará mucho más fácil mantener un sistema de organización consistente.
6. Guarda un rincón para el desorden
Dicho esto... seamos realistas: habrá muchos días en los que no tengas el tiempo o la energía para volver a colocar cada muestra en su sitio. Busca un espacio específico para dejar cosas temporalmente hasta que tengas un momento para organizarlas.
Puede ser una fila de colgadores en los que colocar bolsas con una selección de muestras al volver de una reunión con los clientes, un compartimento para guardar carpetas con los proyectos en proceso o una cesta grande en la que poner las muestras de papel pintado al sacarlas de tu bolsa de trabajo. Si buscas una muestra y no la encuentras, sabrás que está en la zona de cosas pendientes de organizar y no tendrás que poner tu estudio patas arriba para intentar dar con ella a tiempo para la siguiente reunión.
7. Decora tu espacio
Después de todo el esfuerzo que has dedicado a reorganizar tu estudio, date un capricho y decóralo como harías con cualquiera de los proyectos en los que sueles trabajar. Puedes comprar flores frescas, una suculenta en una maceta bonita, algún elemento que destaque, una lámina o un adorno de pared. Después, solo tendrás que sentarte a disfrutar de un trabajo bien hecho.