Visita privada: Navidades australianas en una casa en la playa
En Australia, la Navidad es en verano. Descubre una decoración navideña de estilo marinero llena de ideas originales.
La diseñadora de interiores Mardi Mason y su marido encontraron hace unos años esta idílica casa de verano de los años 30 en la localidad costera de Mount Martha, a una media hora en coche de Melbourne. El flechazo fue instantáneo. Tanto, que dejaron intacto su aspecto rústico. Este es el quinto año que celebran aquí la Navidad, probablemente uno de sus momentos favoritos del año, porque pueden decorar la casa acorde con estilo marinero de la zona y con las privilegiadas temperaturas veraniegas.
Las playas y el paisaje agreste con los caminos de grava que rodean la vivienda dejan a uno con la sensación de estar en un lugar muy alejado. En realidad, Melbourne está a solo media hora en coche.
La corona de adviento que cuelga de la puerta es obra de Mardi, hecha con hojas y frutos que ella misma ha recolectado en el campo, además de unas hojas de eucalipto.
La corona de adviento que cuelga de la puerta es obra de Mardi, hecha con hojas y frutos que ella misma ha recolectado en el campo, además de unas hojas de eucalipto.
“La primera vez que entré, me llamó la atención lo increíblemente luminosa y agradable que era; tenía un encanto especial”, dice Mardi.
Algo que también comprobamos durante nuestra visita: los grandes ventanales de la entrada y del salón permiten que entre mucha luz.
Algo que también comprobamos durante nuestra visita: los grandes ventanales de la entrada y del salón permiten que entre mucha luz.
Mardi ha ido decorando la casa a su estilo. “Mi mayor influencia es la interiorista australiana Megan Morton”, cuenta: “Su lema es que el interiorismo no implica trabajar siempre con lo mejor, sino tsacar lo mejor de cada lugar”.
Una de sus piezas preferidas es esta pizarrita navideña antigua que perteneció a su abuela. “Mi madre ha coleccionado siempre objetos, antigüedades y piezas de tiendas de segunda mano. Creo que yo he heredado la misma afición”, reflexiona.
Mardi, de hecho, es asidua en The Vintage Shed, una tienda de antigüedades muy popular en la ciudad cercana de Tyabb.
Mardi, de hecho, es asidua en The Vintage Shed, una tienda de antigüedades muy popular en la ciudad cercana de Tyabb.
“Apoyo el comercio local siempre que puedo”, cuenta Mardi. “Mi tienda favorita de decoración es Greedilulu, en Mornington. Tienen objetos fabulosos, además de muebles”, asegura.
A Mardi, gran aficionada al bricolaje, le encanta fabricar cosas con sus propias manos. El perchero de la imagen es un buen ejemplo; está hecho con madera.
A Mardi, gran aficionada al bricolaje, le encanta fabricar cosas con sus propias manos. El perchero de la imagen es un buen ejemplo; está hecho con madera.
El dormitorio principal –en el que también duerme a menudo el pequeño Max, de 2 años– se encuentra en la parte delantera de la casa y tiene una preciosa vista del jardín delantero.
Ideas, inspiración y trucos deco en la sección ‘Dormitorio’ de la Revista Houzz España
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“Me encantan los materiales y los colores naturales. Aportan a la casa una atmósfera agradable y acogedora”, cuenta.
Junto a su habitación se encuentra la de su hijo Max. La ropa de cama, inspirada en el juego clásico de serpientes y escaleras, es de la firma Goosebumps. Las paredes de color gris mate combinan bien con los accesorios de color, como las cabezas de ciervo, los cuadros o el dinosaurio. Una habitación auténtica para un pequeño aventurero.
Cama: Made by Ben
Cama: Made by Ben
Estos días la familia espera el nacimiento de su segundo hijo, una niña. La habitación está ya decorada para la llegada del bebé. Las paredes en rosa pálido combinan con el atrapasueños de Navajo & the Runaway Stray, los zapatos de Mooi Baby o los cojines de Hook and Eye.
Mandi pasa la Navidad en familia y con amigos. Según dice, es la época del año perfecta para desarrollar su creatividad y su pasión por la decoración. “De niña, iba con mi madre a recoger ramas de abeto a un bosque cercano, luego las pintábamos con oro y plata y ese era nuestro árbol de Navidad”, recuerda: “Le he inculcado esta tradición a mi hijo Max. El año pasado fuimos con mi madre a una playa cercana y cogimos maderas para hacer un árbol de Navidad… al más puro estilo australiano”, dice.
Cada año, Mandi decora su árbol casero con un estilo diferente. “El año pasado los adornos fueron rosas. Este año, me he decantado por los tonos azules y turquesas, que me recuerdan al color del mar y a la playa”, dice.
En la decoración de Navidad de esta casa se presta especial atención al mínimo detalle. El envoltorio de los regalos, por ejemplo, es de tela de yute y cintas de algodón azul, que combina con la paleta de colores del resto de la casa.
Decora la mesa de Navidad con los consejos de 4 expertos
Decora la mesa de Navidad con los consejos de 4 expertos
“A Brett, mi marido, le gusta sentarse frente a la chimenea con una copa de vino”, explica: “Pero durante la Navidad este es mi territorio [risas], porque la chimenea es el centro de la decoración navideña”.
Accesorios como un reno de madera son perfectos para completar un look navideño de estilo australiano.
Accesorios como un reno de madera son perfectos para completar un look navideño de estilo australiano.
El árbol de Navidad se ha colocado encima de la chimenea… a salvo de las –traviesas– manos de Max. “Este año es suficientemente mayor como para vivir la Navidad de forma más consciente, ¡es genial verle disfrutar!”, cuenta su madre.
“Prefiero comprar los muebles principales –el sofá, la cama, la mesa de comedor– de un estilo clásico y atemporal, piezas que pueda seguir usando durante años. Cuando se trata de cojines o de jarrones, no me gasto demasiado dinero, porque estoy constantemente renovando los accesorios de la casa”, revela.
Por toda la casa hay floreros con hortensias cortadas. Mardi las coge del jardín de su madre, que vive a solo dos calles.
El suelo de madera barnizado es antiguo, original de 1930.
El suelo de madera barnizado es antiguo, original de 1930.
“Cuando veo caballos, me acuerdo de mi infancia. No pude resistirme a adquirir esta fotografía de la fotógrafa Kara Rosenlund. Se trata de la serie limitada Wild Horses”, explica. La mesa de comedor está fabricada con los mástiles de madera del muelle antiguo de la ciudad de Mornington. Se la encargaron a la empresa de carpintería local Made by Ben.
Fotografía enmarcada de Lisa Atkinson
“La casa es antigua; la cocina y el baño carecen de algunas comodidades hoy imprescindibles. Sin embargo, cuanto más tiempo pasamos en ella más a gusto nos encontramos. La sentimos como nuestro hogar”, asegura.
La figurita del ángel dorado sobre los fuegos de la cocina –en la imagen, a la izquierda–es obra de la abuela de Mardi.
La figurita del ángel dorado sobre los fuegos de la cocina –en la imagen, a la izquierda–es obra de la abuela de Mardi.
Sobre el alféizar de la cocina, destaca una pequeña colección de jarrones y botellas. Mardi ha ido comprando estas piezas en mercadillos. Las hierbas aromáticas son de su huerto, que se encuentra en la parte trasera de la casa:
“Por desgracia, no he heredado la habilidad que mi madre tiene con las plantas, pero hemos llegado a una especie de acuerdo y ella me ayuda con el huerto y, luego, yo la invito a comer y a una copa de vino”, confiesa, divertida.
“Por desgracia, no he heredado la habilidad que mi madre tiene con las plantas, pero hemos llegado a una especie de acuerdo y ella me ayuda con el huerto y, luego, yo la invito a comer y a una copa de vino”, confiesa, divertida.
Para aumentar la superficie habitable de la casa, el anterior propietario construyó un dormitorio en la planta superior, un porche que da paso al jardín trasero y un comedor al aire libre.
En la imagen, el jardín de la parte trasera de la casa, visto desde el porche. Cuando el tiempo es bueno, las puertas de la casa están abiertas, dejando que el interior se conecte con el jardín a través del porche. El resultado es una vivienda abierta donde Max puede jugar por donde quiera.
El lugar preferido de Mardi es la butaca colgante de macramé del porche. “Aquí se respira paz y es donde, normalmente, tomo el café de la mañana, mientras Max juega un rato en el jardín o leemos un libro juntos en el columpio”, cuenta.
Butaca colgante de macramé: Tropicana Hammocks
Butaca colgante de macramé: Tropicana Hammocks
El jardín está orientado hacia el norte y bañado totalmente por el sol –en Australia, la orientación hacia el norte asegura el sol y el calor. Cuenta con un cobertizo y un garaje para cuatro coches.
La pared lateral del garaje también contribuye al encanto natural de esta casa. “Cuando dejé los negocios para convertirme en diseñadora de interiores, pensaba que todo tenía que ser nuevo y moderno, pero enseguida me di cuenta de que esta idea era equivocada. El uso de las piezas y los espacios también aporta encanto”, cuenta.
Cojín pequeño y manta: Hook And Eye; Cojín grande: Sage and Clare
Cojín pequeño y manta: Hook And Eye; Cojín grande: Sage and Clare
El banco antiguo de madera pegado a la pared del garaje es de una iglesia. “En realidad, lo iban a tirar, pero mi padre lo rescató de una iglesia antigua y me lo regaló”, explica. La corona de alambre pertenece al antiguo propietario y permanece colgada todo el año de la pared; estos días funciona perfectamente como adorno de Navidad.
¿Y A TI?
¿Qué es lo que más te ha gustado de la decoración navideña de la casa de Mandi? ¿Alguna idea que vayas a poner en práctica esta Navidad? Súmate a los comentarios
¿Y A TI?
¿Qué es lo que más te ha gustado de la decoración navideña de la casa de Mandi? ¿Alguna idea que vayas a poner en práctica esta Navidad? Súmate a los comentarios
Quien vive aquí: La diseñadora de interiores Mardi Mason,
su marido Brett y su hijo de dos años Max. A lo largo del mes de diciembre, nacerá su segundo hijo, una niña
Situación: Mount Martha, Península de Mornington, Victoria, Australia
Distribución: cuatro dormitorios y un baño
Mardi Mason creció en la pequeña localidad costera de Mount Martha, en la Península de Mornington, al sur de Melbourne. Aunque luego se mudara a la ciudad, siempre supo que, algún día, volvería a este lugar. La intuición no le falló y, en 2013, regresó junto a su marido al pueblo de su infancia, para que su primer hijo creciera en el mismo ambiente idílico que ella. “Cuando vi la puerta de entrada desde la calle, me enamoré de la casa”, recuerda Mardi: “Íbamos camino de la playa y decidimos detenernos. Casualmente, el comercial de la inmobiliaria se encontraba allí. Nos vio mirar la casa desde el coche, así que nos invitó a pasar dentro”, recuerda Mardi.
La pizarra de corazón con los nombres de la pareja escritos es un recuerdo de boda