Vallas y cercados: Cómo delimitar tu parcela con creatividad
Además de aportar protección y privacidad, las vallas definen el perímetro de nuestra casa. Precisamente por eso hay que cuidar su diseño.
Las vallas son elementos necesarios para marcar los límites de nuestra vivienda y protegerla de miradas curiosas. A la hora de construirlas debemos tener en cuenta la arquitectura y los materiales del la casa para que el conjunto transmita una imagen de unidad. Metálicas, de albañilería, de madera, vegetales…, en esta pequeña guía podrás encontrar numerosas opciones para combinar funcionalidad y estética en el cercado de tu terreno.
Además de proteger la casa, las vallas también son un elemento muy importante para preservar nuestra intimidad. Actualmente existe una gran variedad de materiales y de técnicas constructivas para graduar su permeabilidad. Jugar con la separación y la altura de unas estacas de madera es una manera muy sencilla de conseguir un cerramiento más o menos opaco.
La madera es un material ecológico, natural y cálido, muy adecuado para jardines residenciales, pero si estás buscando un cerramiento más resistente, te recomendamos que te decantes por la cerrajería o la albañilería. Las tapias o muros (ya sean de piedra, ladrillo o bloques de hormigón) son una solución tradicional que transmite estabilidad y solidez y que además no tiene que ser anodina y monótona. Puedes introducir ritmo y dinamismo en los paños jugando con el despiece o combinando diferentes tipos de materiales o aparejos.
También puedes optar por rematar su parte superior con una valla metálica. Hoy en día existen múltiples opciones en este sentido: chapa perforada, trenzada, de metal expandido o deployé, lamas… Estos elementos te ayudarán a aligerar la imagen del muro.
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Si te decides por utilizar la chapa metálica en toda la superficie, te animamos a que apuestes por perforaciones, como en este caso, en el que grandes aberturas en forma de motivos vegetales decoran las barreras de acceso a la vivienda. Si prescindes de los modelos estandarizados, aportarás originalidad al entorno.
Si vas más allá, y quieres convertir tu cercado en toda una escultura, fíjate en este ejemplo y en las posibilidades expresivas de materiales como el acero corten. Sus formas y colorido dibujan fronteras de lo más atractivas, imprimiendo carácter a la vez en el jardín.
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Lacefence
Dentro de la categoría de los cerramientos metálicos se encuentran también las alambradas. A priori se trata de una idea que puede parecer poco atractiva. Probablemente no conoces Lace Fence: un diseño del estudio holandés Demakersvan. Esta “valla de encaje” –que se hace sólo por encargo– combina patrones dibujados a mano con malla de alambre fabricada industrialmente. La idea inicial era mostrar cómo algo que está destinado a ser puramente funcional también puede ser decorativo contraponiendo la delicadeza del encaje con la dureza del alambre de acero.
Lace Fence utiliza el acero como materia prima, con la que se fabrica la valla de encaje, y presenta diferentes tipos de acabados: PVC blanco con núcleo de zinc, hierro galvanizado, acero inoxidable, aluminio, latón o cobre. En la imagen, una obra de Vinuesa vallas y cercados, distribuidor de Lace Fence en España.
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Lace Fence utiliza el acero como materia prima, con la que se fabrica la valla de encaje, y presenta diferentes tipos de acabados: PVC blanco con núcleo de zinc, hierro galvanizado, acero inoxidable, aluminio, latón o cobre. En la imagen, una obra de Vinuesa vallas y cercados, distribuidor de Lace Fence en España.
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En el caso de alambradas más convencionales, puedes jugar a ocultarlas total o parcialmente con plantas trepadoras o enredaderas, como la hiedra, el jazmín o la buganvilla.
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Los setos son otro recurso tradicional para esconder o embellecer estructuras o elementos poco estéticos. Existen diferentes tipos. Los ‘setos pantalla’ son los más comunes. Cuentan con un follaje tupido, perenne o marcescente y se suelen constituir por una sola especie (tejo, aligustre, ciprés, adelfa o fotinia). Si prefieres que su imagen cambie a lo largo del año, puedes combinar ejemplares con floraciones en diferentes estaciones, aunque has de tener en cuenta que sean compatibles con el terreno y con el clima del lugar donde se planten. También puedes dar a tu seto un carácter defensivo. Arbustos con espinas, tipo acebo o tojo, te protegerán de miradas no deseadas y de toda intrusión a tu propiedad. Por último, si plantas variedades como la mora, la grosellas o el madroño crearás un ‘seto comestible’ que hará las delicias de tus hijos.
Igualmente, existen soluciones de última generación para crear separaciones de tipo vegetal, como el sistema modular de la empresa Air Garden para plantación vertical. Estas jardineras pueden adosarse a muros o instalarse como elemento divisor entre parcelas, terrazas o ambientes y sin necesidad de soporte previo, levantando así una pantalla acústica natural.
Además de setos vivos, el mercado ofrece una gran variedad de productos para la ocultación realizados con materiales artificiales, así como otros más naturales, como el cañizo, el brezo, el mimbre o el bambú. Éste último puede resultar de gran utilidad en el caso de que queramos recrear un jardín de estilo japonés.
Por último, los muros de gaviones como recurso paisajístico son también una propuesta novedosa de la que ya nos hemos ocupado anteriormente, pero si en lugar de piedras se usan troncos de árboles para el relleno, la tapia tendrá un carácter más cálido y doblemente original.
Muros de gaviones: Un atractivo y económico recurso para tu jardín
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Los ejemplos que te hemos mostrado hasta ahora presentan soluciones imaginativas con materiales tradicionales, como la madera, el acero, la piedra…, pero ¿sabes que también se puede utilizar el vidrio para el cierre de una parcela?
¿Y TÚ?
¿Con cuál de estas vallas te quedas?
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¿Con cuál de estas vallas te quedas?