Pregunta al experto: Breve guía para tener un jardín sostenible
Sigue estos consejos y ahorrarás en el mantenimiento del jardín, además de contribuir a frenar el cambio climático.
Reducir el impacto en el medioambiente es uno de los principales retos de la sociedad actual para frenar el cambio climático. El jardín puede contribuir a un futuro más sostenible si se diseña haciendo un uso eficiente de los recursos naturales, respetando la capacidad de regeneración del medio y evitando cualquier alteración que pueda comprometer el equilibrio natural del lugar. Veamos qué pasos se pueden dar para conseguirlo.
Teniendo en cuenta estas premisas, para que nuestro jardín sea un espacio sostenible debemos buscar que se adapte lo más posible al clima y al suelo existente.
La topografía es uno de esos factores importantes que hay que considerar pues puede ser un condicionante a la hora de replantear toda la ordenación que tenemos prevista. Lo más sensato es buscar un equilibrio entre lo que queremos y lo que existe, adaptando los usos requeridos al terreno. Por ejemplo, en las parcelas en pendiente es preferible mantener el perfil original, creando plataformas a distintos niveles que aporten profundidad, amplitud y estética mediante un diseño adecuado.
La topografía es uno de esos factores importantes que hay que considerar pues puede ser un condicionante a la hora de replantear toda la ordenación que tenemos prevista. Lo más sensato es buscar un equilibrio entre lo que queremos y lo que existe, adaptando los usos requeridos al terreno. Por ejemplo, en las parcelas en pendiente es preferible mantener el perfil original, creando plataformas a distintos niveles que aporten profundidad, amplitud y estética mediante un diseño adecuado.
2. Usar plantas y árboles que se propios de cada clima
Las características climáticas y del suelo son también de gran importancia a la hora de seleccionar las plantas que se desarrollarán mejor en las condiciones existentes. De este modo, se conseguirá un mejor crecimiento y adaptación a los recursos disponibles.
Las lavandas, tomillos, romeros, el hipérico, photinias, lilas, durillo, algunas variedades de juníperos bajos y otras coníferas altas son ejemplos de especies de gran resistencia y muy bajo consumo de agua, que se adaptan muy bien al clima del centro peninsular. Con una elección de este tipo estaríamos minimizando el consumo de agua y aumentando la resistencia a las plagas y enfermedades.
► Encuentra paisajistas y diseñadores de jardines bien valorados en la zona en la que vives… y ¡contrata con confianza!
Las características climáticas y del suelo son también de gran importancia a la hora de seleccionar las plantas que se desarrollarán mejor en las condiciones existentes. De este modo, se conseguirá un mejor crecimiento y adaptación a los recursos disponibles.
Las lavandas, tomillos, romeros, el hipérico, photinias, lilas, durillo, algunas variedades de juníperos bajos y otras coníferas altas son ejemplos de especies de gran resistencia y muy bajo consumo de agua, que se adaptan muy bien al clima del centro peninsular. Con una elección de este tipo estaríamos minimizando el consumo de agua y aumentando la resistencia a las plagas y enfermedades.
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3. Conocer el tipo de suelo de tu jardín
En cuanto al suelo, este tiene que ofrecer soporte, humedad y nutrientes en su justa medida, por lo que debe tener el equilibrio correcto. Antes de lanzarte a plantar, debes verificar su textura y profundidad, comprobando que la tierra esté suelta y que no forme charcos prolongados. También es recomendable eliminar cualquier escombro o resto de obra que pudiera haber en el suelo, para que no entorpezca el crecimiento de las plantas. Si tienes la posibilidad, encarga un análisis del suelo para tratar de averiguar su composición mineral y orgánica. De esa forma podrás optimizar el sustrato mediante las correcciones necesarias.
Jardines difíciles: 8 respuestas concretas a 8 problemas comunes
En cuanto al suelo, este tiene que ofrecer soporte, humedad y nutrientes en su justa medida, por lo que debe tener el equilibrio correcto. Antes de lanzarte a plantar, debes verificar su textura y profundidad, comprobando que la tierra esté suelta y que no forme charcos prolongados. También es recomendable eliminar cualquier escombro o resto de obra que pudiera haber en el suelo, para que no entorpezca el crecimiento de las plantas. Si tienes la posibilidad, encarga un análisis del suelo para tratar de averiguar su composición mineral y orgánica. De esa forma podrás optimizar el sustrato mediante las correcciones necesarias.
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4. Ahorrar agua seleccionando especies adecuadas, empleando métodos de riego eficientes, usando acolchados y aprovechando el agua de lluvia
Un jardín mediterráneo sostenible ideal no debería necesitar nada más que el agua de la lluvia. Pero como eso es muy difícil, es fundamental conocer las exigencias de cada planta y proporcionarle el sistema de riego más adecuado. El uso de manguera o regadera puede ser útil en espacios pequeños como terrazas o patios.
Xerojardinería: Descubre cómo tener un jardín ecológico en climas secos
Un jardín mediterráneo sostenible ideal no debería necesitar nada más que el agua de la lluvia. Pero como eso es muy difícil, es fundamental conocer las exigencias de cada planta y proporcionarle el sistema de riego más adecuado. El uso de manguera o regadera puede ser útil en espacios pequeños como terrazas o patios.
- El goteo, aunque requiere de una instalación algo más compleja, permite regar grandes extensiones de forma automática con una eficiencia del 90 %, haciendo llegar el agua directamente a las raíces.
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- El riego automatizado es siempre más recomendable que el manual. Reduce la necesidad de mano de obra y permite un aporte controlado de agua a las plantas, sobre todo si se integra un sensor de lluvia que desconecte automáticamente el riego cuando llueva. Planificar los riegos a las horas de menor calor es también una medida inteligente. Las pérdidas de agua por evaporación disminuyen y el consumo, en consecuencia, se reduce.
- Evitar las praderas de césped extensas. Tienen un consumo de agua muy elevado. Hoy en día hay especies alternativas de gramíneas muy decorativas como las festucas, nassellas, pennisetums o cárex, que son más resistentes y proporcionan un gran verdor al jardín sin necesidad de sistemas de aspersión.
- Utiliza acolchados minerales y orgánicos como gravas, cantos rodados o corteza de pino. Además de conseguir un jardín más limpio y mejor acabado reducirás la aparición de malas hierbas y retendrás la humedad del suelo, lo cual proporcionará a las plantas un mejor desarrollo.
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5. Reducir el consumo de recursos energéticos usando abonos naturales y compost y acertando con la iluminación
Asimismo, hay que reducir el consumo de recursos energéticos y la producción de residuos. Para eso se ha de elegir abonos orgánicos en vez de químicos y, si es posible, de tu propia “cosecha” instalando una compostera. Con los restos orgánicos del jardín y de la basura doméstica puedes hacer compost para abonar las plantas. De esta forma, ahorrarás en fertilizante, estarás reciclando deshechos y generarás menos basura.
Además de los restos vegetales, el cuidado de un jardín hace acumular otro tipo de residuos como envases, macetas y bolsas. Siempre que estos no sean biodegradables, procura tirarlos en el contenedor correspondiente. Las macetas pequeñas puedes aprovecharlas, por ejemplo, para futuros semilleros.
Por otro lado, si tienes pensado iluminar tu jardín escoge luminarias de bajo consumo e instala sensores de movimiento en zonas de paso.
El huerto-jardín: Dos conceptos en un único espacio
Asimismo, hay que reducir el consumo de recursos energéticos y la producción de residuos. Para eso se ha de elegir abonos orgánicos en vez de químicos y, si es posible, de tu propia “cosecha” instalando una compostera. Con los restos orgánicos del jardín y de la basura doméstica puedes hacer compost para abonar las plantas. De esta forma, ahorrarás en fertilizante, estarás reciclando deshechos y generarás menos basura.
Además de los restos vegetales, el cuidado de un jardín hace acumular otro tipo de residuos como envases, macetas y bolsas. Siempre que estos no sean biodegradables, procura tirarlos en el contenedor correspondiente. Las macetas pequeñas puedes aprovecharlas, por ejemplo, para futuros semilleros.
Por otro lado, si tienes pensado iluminar tu jardín escoge luminarias de bajo consumo e instala sensores de movimiento en zonas de paso.
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5. Promover la biodiversidad
Por último, también es importante promover la biodiversidad. Las plantas son las protagonistas del jardín y su elección se puede realizar siguiendo criterios de sostenibilidad. Además de escoger especies con los requerimientos ambientales correctos, valora si puedes incluir también algunas con capacidad de fijar el nitrógeno en el suelo, como los tréboles, altramuces, guisantes de olor y otras variedades de leguminosas.
Asimismo, las especies repelentes naturales de algunos insectos, como el ajo o la albahaca, pueden ser muy útiles, sobre todo cerca de otras más vulnerables o en huertos. Las caléndulas y las tagetes alejan a los mosquitos, y plantas aromáticas como el tomillo y la lavanda permiten controlar la proliferación de plagas de forma natural.
En general, las especies autóctonas enferman menos pero se deben insertar en una composición más variada, ya que para una plaga es más difícil conquistar un jardín con mayor diversidad de especies que un conjunto de plantas uniforme.
¿Y TÚ?
¿Tienes un jardín y estás pensando en hacerlo más sostenible? ¿Cuál de estos consejos te ha parecido más interesante? Cuéntanoslo en los comentarios
Por último, también es importante promover la biodiversidad. Las plantas son las protagonistas del jardín y su elección se puede realizar siguiendo criterios de sostenibilidad. Además de escoger especies con los requerimientos ambientales correctos, valora si puedes incluir también algunas con capacidad de fijar el nitrógeno en el suelo, como los tréboles, altramuces, guisantes de olor y otras variedades de leguminosas.
Asimismo, las especies repelentes naturales de algunos insectos, como el ajo o la albahaca, pueden ser muy útiles, sobre todo cerca de otras más vulnerables o en huertos. Las caléndulas y las tagetes alejan a los mosquitos, y plantas aromáticas como el tomillo y la lavanda permiten controlar la proliferación de plagas de forma natural.
En general, las especies autóctonas enferman menos pero se deben insertar en una composición más variada, ya que para una plaga es más difícil conquistar un jardín con mayor diversidad de especies que un conjunto de plantas uniforme.
¿Y TÚ?
¿Tienes un jardín y estás pensando en hacerlo más sostenible? ¿Cuál de estos consejos te ha parecido más interesante? Cuéntanoslo en los comentarios
Al igual que en otros ámbitos de la vida cotidiana, se pueden aplicar también unos principios sostenibles en la planificación del jardín o en la selección de plantas para nuestro patio o terraza. El objetivo principal pasa por la aplicación de la famosa fórmula de las tres R: reducir, reutilizar y reciclar.
A diferencia de un jardín convencional en el que el principal objetivo fuera el resultado estético, el jardín sostenible busca un efecto estético adaptándose a las condiciones naturales de la zona, minimizando el despilfarro de los recursos naturales y respetando el entorno a través del uso de productos reciclables y naturales.