Planta especies de bayas en el jardín y disfruta de sus colores
Plantando especies de bayas contribuyes al mantenimiento del ecosistema. La naturaleza te devolverá el favor en forma de frutos espléndidos.
En los años 50, 60 y 70 del siglo pasado, las ramas cortadas de acebo (Ilex aquifolium) llenas de bayas rojas llegaban por toneladas a las ciudades para engalanar con ellas puertas, marcos de ventanas y mesas de Nochebuena. Poco ha cambiado desde entonces. Cortar las ramas no solo daña a la planta, sino que además altera el ecosistema animal. El urogallo prácticamente solo come bayas de acebo. Y no solo los urogallos comen bayas. También los osos y las ardillas dependen en gran medida de estos frutos otoñales. Las bayas tienen una enorme importancia para el ecosistema. Descubre aquí cómo plantarlas en tu jardín.
Acebo, madroño, fuego de espino y escaramujo. Las cuatro bayas que cuentan con mayor prestigio por historia, estética y resistencia son el acebo (Ilex aquifolium), el madroño (Arbutus unedo), el espino de fuego (Pyracantha coccinea) y el escaramujo (aunque, en realidad, el escaramujo no es una baya, sino un cinarrodón, de la especie vegetal Rosa canina, pero por vulgarización se ha extendido la acepción al fruto de las rosas).
Con todas estas especies asegurarás un éxito rotundo en tu jardín. Durante los primeros años, tendrás que plantarlas en grupos de 5, 7 o más unidades (a no ser que te gastes una fortuna en ejemplares fuera de serie), para ir entresacándolos con el tiempo, dejando un solo pie o, como mucho, un grupo de tres miembros.
En la imagen: escaramujo (Rosa canina).
Con todas estas especies asegurarás un éxito rotundo en tu jardín. Durante los primeros años, tendrás que plantarlas en grupos de 5, 7 o más unidades (a no ser que te gastes una fortuna en ejemplares fuera de serie), para ir entresacándolos con el tiempo, dejando un solo pie o, como mucho, un grupo de tres miembros.
En la imagen: escaramujo (Rosa canina).
Un oso pardo en el jardín. ¿Te sorprenderías si te cruzaras con un oso paseando por tu jardín? Sería inaudito, por supuesto, pero si plantas un madroño, uno de sus frutos preferidos, todo es posible.
A partir de agosto, empiezan a madurar los frutos clave para que este maravilloso animal pueda pasar un confortable invierno. Bayas carnosas, altamente energéticas, entre las que destacan los arándanos (Vaccinium mirtyllus) y los madroños, ambos alimentos fundamentales en esta época.
En la imagen: madroño (Arbutus unedo).
A partir de agosto, empiezan a madurar los frutos clave para que este maravilloso animal pueda pasar un confortable invierno. Bayas carnosas, altamente energéticas, entre las que destacan los arándanos (Vaccinium mirtyllus) y los madroños, ambos alimentos fundamentales en esta época.
En la imagen: madroño (Arbutus unedo).
Atención a los sexos. En innumerables ocasiones, compramos y plantamos un arbusto bayífero en el jardín, y esperamos en vano su producción frutal. ¿Qué está sucediendo?, nos preguntamos. Pues resulta que hemos comprado un ejemplar macho.
En efecto, para explicarte mejor esta idea, te hablaremos del acebo, como especie paradigmática, ya que se trata de una especie dioica, es decir, existen acebos macho, que son los que diseminan polen desde sus flores sésiles (sin pedúnculo), con pies hembra, que captan ese polen y transforman sus ovarios en los característicos frutos, generalmente rojos o amarillos.
Así que si observas repetidamente que tu acebo no produce ni una baya año tras año, seguro que se trata de un pie macho.
En la imagen: acebo blanco (Ilex aquifolium “Albomarginatum”).
Pregunta al experto: El porqué de los lánguidos colores del otoño
En efecto, para explicarte mejor esta idea, te hablaremos del acebo, como especie paradigmática, ya que se trata de una especie dioica, es decir, existen acebos macho, que son los que diseminan polen desde sus flores sésiles (sin pedúnculo), con pies hembra, que captan ese polen y transforman sus ovarios en los característicos frutos, generalmente rojos o amarillos.
Así que si observas repetidamente que tu acebo no produce ni una baya año tras año, seguro que se trata de un pie macho.
En la imagen: acebo blanco (Ilex aquifolium “Albomarginatum”).
Pregunta al experto: El porqué de los lánguidos colores del otoño
La plantación en invierno, ideal. Desde el momento en que pierden sus frutos, porque se han pasado en la planta o porque las aves los han masacrado, los árboles y arbustos bayíferos pueden ser trasplantados sin ningún temor, ya que se encuentran en reposo. Todos se compran en tiesto, así que ten mucho cuidado con que no se desmorone el cepellón al extraerlo del recipiente.
En la imagen: uvas de Oregón (Mahonia aquifolium).
En la imagen: uvas de Oregón (Mahonia aquifolium).
Dónde plantarlas. Para decidir su emplazamiento, debes saber que a algunos les encanta el pleno sol, pero a otros, la sombra.
El espino de fuego y el escaramujo quieren pleno sol. No se concibe un macizo de rosas si no es bien soleado. Del mismo modo, un grupo de espinos no florecerá apenas a la sombra. Sin embargo, si prefieres un acebo o un madroño, no se te ocurra darles sol, porque sus hojas presentarán quemaduras en cuanto llegue el verano. Para estos, mejor sol-sombra o sombra completa.
El espino de fuego y el escaramujo quieren pleno sol. No se concibe un macizo de rosas si no es bien soleado. Del mismo modo, un grupo de espinos no florecerá apenas a la sombra. Sin embargo, si prefieres un acebo o un madroño, no se te ocurra darles sol, porque sus hojas presentarán quemaduras en cuanto llegue el verano. Para estos, mejor sol-sombra o sombra completa.
Suelos para todos los gustos. De todos es sabido el gusto de las rosas por la materia orgánica; un buen estiércol hecho, añadido a un terreno fértil, hará las delicias de nuestro escaramujo. El acebo quiere un sustrato ácido para ser feliz, así que mete en su hoyo de plantación tierra de brezo o castaño. Sin embargo el madroño lo prefiere algo alcalino y no le importa el suelo pedregoso. El espino, por su parte, se conformará con tierras pobres, eso sí, abonadas con mantillo.
En la imagen: Ophiopogon japonicus.
El jardín Mediterráneo: 8 ideas de inspiración neorrústica
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Cómo regarlas. A todos les gusta el agua, ya que provienen de parajes húmedos y frescos.
En este apartado, el más sufrido es el espino de fuego, que puede soportar una cierta sequía. También el escaramujo aguanta bien el riego escaso. El madroño, en cambio, quiere ser regado en abundancia para que no se estropeen sus flores y frutos. Por fin, el acebo debe ser mantenido siempre húmedo, aunque eso sí, sin que se produzcan encharcamientos.
En este apartado, el más sufrido es el espino de fuego, que puede soportar una cierta sequía. También el escaramujo aguanta bien el riego escaso. El madroño, en cambio, quiere ser regado en abundancia para que no se estropeen sus flores y frutos. Por fin, el acebo debe ser mantenido siempre húmedo, aunque eso sí, sin que se produzcan encharcamientos.
Cómo multiplicarlas. A pesar de que es común sembrar las semillas contenidas en las bayas, hay que decir que los bayíferos también funcionan por esqueje y acodo espontáneo, que hay que retirar en primavera.
Pero lo más aconsejable para estas plantas es dejar que la madre naturaleza trabaje para nosotros. Las aves, deglutiéndolos y esparciendo sus semillas entre sus desechos, siembran con efectividad ejemplares aquí y allí. Las ardillas, con su afán de esconder el alimento, también entierran, por tanto siembran, arbustos por doquier. Bien, pues si surgen en tu jardín plantas nacidas espontáneamente, déjalas, porque son indestructibles y bellas.
En la imagen: aligustre perennifolio (Ligustrum lucidum).
CUÉNTANOS…
¿Te interesa este artículo? ¿Tienes especies de bayas en el jardín? Esperamos tus comentarios
Pero lo más aconsejable para estas plantas es dejar que la madre naturaleza trabaje para nosotros. Las aves, deglutiéndolos y esparciendo sus semillas entre sus desechos, siembran con efectividad ejemplares aquí y allí. Las ardillas, con su afán de esconder el alimento, también entierran, por tanto siembran, arbustos por doquier. Bien, pues si surgen en tu jardín plantas nacidas espontáneamente, déjalas, porque son indestructibles y bellas.
En la imagen: aligustre perennifolio (Ligustrum lucidum).
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Te presentamos las bayas “más jardineras”, las que darán más juego en tu jardín.
En la imagen: espino de fuego (Pyrantha coccinea).
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