Consejos profesionales para deshacerte de lo que ya no necesitas
Aprovecha el verano para reordenar la casa. Fíjate cómo deshacerte de lo que no te gusta o no necesitas.
Nuestra casa es hoy más que nunca nuestro refugio y, sin duda, nuestros recuerdos personales y familiares forman parte de la decoración y de nuestro entorno. A veces, estamos tan acostumbrados a tenerlos que no nos damos cuenta, o nos cuesta afrontar, que ya no los queremos o no los usamos. Te proponemos mirar con ojos críticos tu hogar para valorar y conservar lo que de verdad quieres, consiguiendo al mismo tiempo más espacio.
2. A qué nos referimos con la mirada crítica
Estamos acostumbrados a nuestras cosas, incluso a las que no nos gustan. ¿No te ha pasado que has comprado unos marcos para enmarcar algo pero el día que te pones no lo llegas a acabar y ahí se han quedado? A la espera de la decisión de enmarcar, imprimir, colgar o devolverlos pueden pasar semanas o meses; al poco tiempo dejas de verlos y pasan a formar parte del paisaje habitual.
Estamos acostumbrados a nuestras cosas, incluso a las que no nos gustan. ¿No te ha pasado que has comprado unos marcos para enmarcar algo pero el día que te pones no lo llegas a acabar y ahí se han quedado? A la espera de la decisión de enmarcar, imprimir, colgar o devolverlos pueden pasar semanas o meses; al poco tiempo dejas de verlos y pasan a formar parte del paisaje habitual.
3. Las preguntas lógicas a la hora de ordenar la casa
Con la mirada crítica activada, te encontrarás con objetos de todo tipo. Y este es el momento de hacerse preguntas lógicas que te ayuden a evaluar qué objeto debe quedarse o no.
Mantener el orden y no acumular trastos, ¿ayuda a ser más feliz?
Con la mirada crítica activada, te encontrarás con objetos de todo tipo. Y este es el momento de hacerse preguntas lógicas que te ayuden a evaluar qué objeto debe quedarse o no.
Mantener el orden y no acumular trastos, ¿ayuda a ser más feliz?
- ¿Necesito esto? En principio, todo lo que hay en casa debería trabajar en algo para nosotros o ayudarnos a estar más cómodos. Salvo excepciones, como la ropa o el menaje básico, se supone que sólo necesitamos un ejemplar de cada cosa. Pero no siempre es así. A veces guardamos “por si acaso”. Pero… ¿qué pasa con los recuerdos?
- ¿Me gusta? ¿De verdad quiero seguir teniéndolo? Está muy bien atesorar los objetos que queramos, pero siempre que tengamos espacio y un sitio donde guardarlos o exponerlos y, desde luego, tiempo para limpiarlos. Estas premisas parecen básicas pero no se cumplen en todos los casos. En general, cuando las cosas se convierten en un engorro, es el momento de replantearse si debemos seguir teniéndolas.
4. El valor de los recuerdos en el tiempo
Muchas veces guardamos objetos solo porque son antiguos (una vajilla puede servir de ejemplo). Pero si no los utilizamos ocupan espacio que necesitamos para otras cosas. ¿Has pensado que puede que sea el momento de venderla o regalársela a alguien que disfrute teniéndola?
No somos malas personas por deshacernos de lo que nos molesta, no nos gusta o nos sobra. Para hacerlo, una foto y el whatsapp son un método rápido para ofrecerlos. Y si nadie de nuestro entorno los necesita, siempre podemos venderlos o donarlos. Lo importante es no quedarnos anclados en compromisos innecesarios.
Pregunta al experto: Cómo afrontar una mudanza y no morir en el intento
Muchas veces guardamos objetos solo porque son antiguos (una vajilla puede servir de ejemplo). Pero si no los utilizamos ocupan espacio que necesitamos para otras cosas. ¿Has pensado que puede que sea el momento de venderla o regalársela a alguien que disfrute teniéndola?
No somos malas personas por deshacernos de lo que nos molesta, no nos gusta o nos sobra. Para hacerlo, una foto y el whatsapp son un método rápido para ofrecerlos. Y si nadie de nuestro entorno los necesita, siempre podemos venderlos o donarlos. Lo importante es no quedarnos anclados en compromisos innecesarios.
Pregunta al experto: Cómo afrontar una mudanza y no morir en el intento
5. Dos casos típicos de cosas de las que sí podemos deshacernos
- Caso típico 1: La vuelta de un viaje, con la maleta llena de ropa sucia y una cantidad indeterminada de objetos de distinta índole: el folleto de la exposición que visitamos, las tarjetas de los restaurantes, las facturas de las compras, piedras, caracolas, alfombras, pósters, jarroncitos, pulseras, sombreros… Y no hablemos de los cientos de fotos digitales… En ese momento todo parece imprescindible. Pero no nos engañemos: no siempre será así. Cuanto antes seleccionemos con qué quedarnos y le asignemos un sitio, mejor.
- Caso típico 2: Padres primerizos y una monada de bebé que empieza a garabatear. Cada producto que sale de sus manitas es una obra de arte única que creemos que nunca nos cansaremos de ver. Hasta que nos damos cuenta de que es capaz de crear decenas cada día y es imposible guardarlas todas. Tampoco es posible ponernos a diario a seleccionar cuáles pasan el filtro; no ya de calidad, sino de relevancia. Tener a mano una carpeta o un archivador que te permita ir metiéndolas ahí a modo de buzón, te salvará de que las hojas campen a sus anchas mezcladas entre las facturas y las revistas. Y cuando se llene, selecciona. Un consejo: pon el nombre y fecha en el reverso, porque parece que siempre nos acordaremos de quién fue el autor y cuándo lo hizo pero no siempre es así.
6. Cómo organizar libros, papeles y facturas
Libros que no volveremos a leer o que no tuvimos tiempo de empezar. Revistas, apuntes, facturas, manuales de electrodomésticos… ; puede que en las estanterías hasta haya aún guías de teléfono, agendas de hace décadas, manuales de la primera versión de Photoshop… ¿Los necesitas?
Libros que no volveremos a leer o que no tuvimos tiempo de empezar. Revistas, apuntes, facturas, manuales de electrodomésticos… ; puede que en las estanterías hasta haya aún guías de teléfono, agendas de hace décadas, manuales de la primera versión de Photoshop… ¿Los necesitas?
- Libros y revistas: Quizá haya muchos que ya has leído y que puedes hacer circular entre la familia y amigos o donar a la biblioteca más cercana.
- Apuntes del máster o la universidad: El 99% de la gente nunca vuelve a consultarlos, entre otras cosas porque ahora ya no hay nada que no puedas encontrar en internet. Quitarlos del salón, el despacho o el trastero es un ejercicio de sinceridad.
- Facturas: Todos los proveedores de servicios ya disponen de facturación online, sólo tienes que llamar o registrarte en su web para dejar de recibir correspondencia en papel. Así, además evitarás tener que recogerla del buzón, abrirla y tirar el sobre, archivarla… Estarán a tu disposición en formato digital las 24 horas y con posibilidad de imprimirlas. Lo mismo con los comunicados de los bancos: da la orden de que te envíen todo por correo electrónico.
- Manuales y garantías: Un archivador de revistas puede servir para los manuales de tus electrodomésticos. Si grapas a la primera hoja la factura o el ticket, lo tendrás mejor localizado cuando necesites una reparación. Lo mismo para móviles y otros dispositivos electrónicos. Un limbo en el trastero o en un altillo donde guardar la caja original por un tiempo prudencial, está bien; luego, guarda la etiqueta o hazle una foto, conservando solo datos importantes como el IMEI, la marca y el modelo.
Casas Houzz | Visita privada | Exterior | Casas singulares | Arquitectura | Reformas | Diseño| Decoración
¿Y TÚ?
¿Qué consejos darías para afrontar con éxito una limpieza así?
Tanto si vives en un piso pequeño como si tu casa tiene varias plantas, el proceso es idéntico: hay que ir espacio por espacio o rincón por rincón. Dirás, con razón, que esto lo haces cada vez que limpias, pero el objetivo no es el mismo. En esta ocasión, debes activar una mirada crítica, como si en ese espacio viviera otra persona o como si tu casa hubiera sido elegida por una revista de decoración y estuviera a punto de llegar el fotógrafo.
► ¿Necesitas un organizador profesional? Encuentra uno cerca de donde vives en Houzz