Jardín de la semana: Descubre este idílico refugio en La Vera cacereña
Una diseñadora danesa de telas y un constructor de casas “piedra a piedra” son los autores de este paraíso en la comarca de La Vera.
En este jardín el agua es la gran protagonista. A solo 500 metros del Monasterio de Yuste, el color verde de la vegetación y el tono plata del agua le aportan un aire muy singular. Aquí, en La Vera cacereña, Charlotte y Cipri, que son propietarios de la Hostería Cantarranas, en Cuacos de Yuste, se conocieron hace 23 años.
Ella, danesa, conocía España, pero no Extremadura. Acababa de terminar sus estudios como diseñadora textil y sucumbió al magnetismo de La Vera. Además, en aquel viaje conoció a Cipri. Él construye casas “piedra a piedra” y a mano, con materiales de la zona. Ambos nos enseñan el jardín de su casa.
Ella, danesa, conocía España, pero no Extremadura. Acababa de terminar sus estudios como diseñadora textil y sucumbió al magnetismo de La Vera. Además, en aquel viaje conoció a Cipri. Él construye casas “piedra a piedra” y a mano, con materiales de la zona. Ambos nos enseñan el jardín de su casa.
Al llegar a la finca, Charlotte nos recibe con todos sus animales de compañía –tres perros: Musa, Pancho, Mini y un gato siamés: Mui–. Aquí, en La Vera, las fincas no se parcelan ni se vallan. Todos saben hasta donde llega su dominio. El terreno es abierto. En esta zona de acceso, el árbol predominante es el olivo (Olea europaea), con numerosos ejemplares centenarios.
Poco a poco, la casa ha ido creciendo. En esta fotografía se aprecian las sucesivas ampliaciones. En un principio la planta era cuadrada. En un segundo paso, construyeron su habitación sobre el porche de arcos, para continuar hacia atrás con otra ala.
La edificación recuerda mucho a las de la Toscana italiana. El revestimiento de la pared es de cal mezclada con un pigmento biológico que les evita tener que pintarla a menudo.
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La edificación recuerda mucho a las de la Toscana italiana. El revestimiento de la pared es de cal mezclada con un pigmento biológico que les evita tener que pintarla a menudo.
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Su casa, en un principio fue un sencillo cuadrado de dos pisos, casi una nave con vigas de madera. Con el tiempo, la pareja fue haciendo ampliaciones a lo largo de la franja de terreno destinada a ello hasta conseguir lo que ahora ya es su hogar. Fue una labor artesanal, transportando ellos mismos los materiales de construcción y montándolos adecuadamente.
El último proyecto de Charlotte consiste en realizar mantas de pura lana virgen de oveja merina extremeña.
Con la sierra de Tormantos al fondo, que procura un microclima que suaviza las temperaturas, desde esta ventana de su casa se ve el pueblo: Cuacos de Yuste, elegido por Carlos I como destino para pasar sus últimos días. Allí es donde ambos tienen la hostería y en ella Charlotte tiene su taller.
Con la sierra de Tormantos al fondo, que procura un microclima que suaviza las temperaturas, desde esta ventana de su casa se ve el pueblo: Cuacos de Yuste, elegido por Carlos I como destino para pasar sus últimos días. Allí es donde ambos tienen la hostería y en ella Charlotte tiene su taller.
Cipri, maestro de obras de casas de piedra típica de la Vera, ha construido más de 50 casas: entre rehabilitaciones, molinos de piedra, antiguas majadas de piedra, etc. Ha contribuido en la restauración de la Catedral de Plasencia y la de Coria, dos iglesias en Talavera de la Reina, un castillo en Cuenca, y actualmente se ocupa del mantenimiento del Monasterio de Yuste.
El jardín de su casa está dispuesto en varios niveles para dejar discurrir el agua de uno a otro. Una red de caminos y escaleras, construidos por ellos mismos con la piedra del lugar, permite la visita cómoda y agradable. Aquí, todo decora, incluso los muros de contención o los setos naturales con zarzamoras y frambuesas, típicos de La Vera.
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Esta escalera está realizada con piedra de La Vera y con la técnica de antaño. Se trata de disponer los elementos con precisión de relojero para que su ensamblaje y estética sea perfecta. Por supuesto, Cipri se encargó del trabajo.
Charlotte es una gran amazona. Domadora y jinete, ahora su pasión se inclina más hacia la doma clásica.
El perro Pancho nos señala la fuente, con cascada de varios saltos incluida, que baja desde el arroyo de San Miguel. Es un curso de agua que fluye de forma continua todo el año.
La piscina es uno de los grandes atractivos del jardín. Originalmente se trataba de una charca por donde pasaba el arroyo y vertía la fuente que se empleaba para el riego.
Para convertirla en lo que hoy es, Cipri y Charlotte excavaron la zona y ampliaron en superficie y profundidad la lámina de agua. Posteriormente, forraron de poliuretano verde el vaso, hasta llegar a esta preciosa solución, mezcla de piscina natural o biológica, y utilizable y disfrutable a pleno rendimiento. El agua del arroyo continúa entrando y saliendo sin cesar de esta verdaderamente ingeniosa obra de arte.
Para convertirla en lo que hoy es, Cipri y Charlotte excavaron la zona y ampliaron en superficie y profundidad la lámina de agua. Posteriormente, forraron de poliuretano verde el vaso, hasta llegar a esta preciosa solución, mezcla de piscina natural o biológica, y utilizable y disfrutable a pleno rendimiento. El agua del arroyo continúa entrando y saliendo sin cesar de esta verdaderamente ingeniosa obra de arte.
Este ejemplar de gardenia (Gardenia jasminoides) demuestra que la zona goza de un microclima envidiable al amparo de las montañas.
Esta especie está considerada planta de interior y se hiela por debajo de 8-10º C. Es de suponer que aquí el frío debe durar poco.
Esta especie está considerada planta de interior y se hiela por debajo de 8-10º C. Es de suponer que aquí el frío debe durar poco.
La pared de piedra de la hostería, construida por Cipri, permite adivinar el encanto de vivir en aquí.
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¿Qué es lo que más te gusta del jardín de Cipri y Charlotte? Esperamos tus comentarios
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Quién vive aquí: Charlotte Houman y Cipri Hernández López con sus tres perros Mimi, Musa, Pancho y su gato Mui. Su hija Dina, de 19 años, estudia en Salamanca y viene a pasar las vacaciones.
Situación: Finca el Ronquillo, carretera del Monasterio de Yuste s/n. Cuacos de Yuste, La Vera, Cáceres.
Superficie del jardín: La finca de su casa cuenta con unos 3.000 metros cuadrados.
Dato curioso: El agua circula por diversos cauces sobre el terreno y se vierte en pequeños saltos y cascadas. Uno de ellos abastece de agua a la piscina, excavada en el mismo sitio donde desde siempre se producía una balsa natural. Sólo se ha agrandado y revestido. El agua es compartida por tres propietarios.
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