Jardín de la semana: De solar arrasado a paraíso de las abejas
Dos fotógrafos transforman su árido jardín en un oasis repleto de frutas, verduras, miel, huevos y demás
Los fotógrafos Adam Voorhes y Robin Finlay visualizaron un frondoso jardín lleno de hortalizas en su patio: un solar lleno de tierra y maleza en Austin (Texas). Para hacerlo realidad, recurrieron a la paisajista B. Jane, que se puso manos a la obra para crear sombras y un espacio de entretenimiento, además de reservar un gran espacio para plantar muchas hortalizas. Ahora, los propietarios viven rodeados de tomates, ocra y otras verduras, además de nueces de pecán, aceitunas, nopales (que hacen a la barbacoa o en margaritas), huevos de tres gallinas y miel, mucha miel. Voorhes recoge unos 11 litros de miel al año de las casi 30.000 abejas que tienen en el patio.
En los cuatro arriates hay principalmente tomates, ocra y otras verduras. “Hacemos lo posible por cultivar lo que es más difícil encontrar de buena calidad en las tiendas”, comenta Voorhes. También tienen albahaca, rúcula, acelgas y coles de Bruselas.
Las malas hierbas se mantienen a raya gracias a la madera en tiras que hay alrededor de los arriates. Un sendero de gravilla conduce a un invernadero que Voorhes construyó a partir de un kit. Este espacio lo utiliza para plantar semillas y cultivar tomates y albahaca en invierno.
El jardín comestible: Ten tu propio huerto y a la vez un fértil vergel
Las malas hierbas se mantienen a raya gracias a la madera en tiras que hay alrededor de los arriates. Un sendero de gravilla conduce a un invernadero que Voorhes construyó a partir de un kit. Este espacio lo utiliza para plantar semillas y cultivar tomates y albahaca en invierno.
El jardín comestible: Ten tu propio huerto y a la vez un fértil vergel
DESPUÉS: Esta imagen, tomada justo desde el mismo punto de vista que la anterior, deja ver dos grandes pacanas que dan sombra sobre el césped de San Agustín. Los propietarios se libras así de tener que regar la mayoría de las veces. Durante los meses secos recurren a sus depósitos para agua de lluvia.
Voorhes construyó el gallinero, apodado por Finlay como el ‘Taj Majal de los pollos’. El estiércol de los pollos funciona como fertilizante para el césped y su picoteo constante hace que la hierba se airee. La planta que hay junto al gallinero es una sándara azul.
Una fuente soldada y lacada con pintura electrostática atrae a arrendajos azules, cardenales, chacales y abejas. Se hizo con la idea de que espantara a los pájaros de los tomates, “pero la verdad es que no funciona”, cuenta Voorhes. “Sólo les ofrece agua para que beban antes de volver a los arriates”.
Tiene cinco canalones por los que se conduce el agua hacia dos recipientes grandes para lluvia: uno de ellos es un depósito de 3.700 litros y el otro, de 2.600 l. Toda esa agua se usa para los jardines.
Los nopales, que aparecen en la imagen, se hacen a la barbacoa o se usan para hacer margaritas. También se pueden usar para hacer mermelada.
Los nopales, que aparecen en la imagen, se hacen a la barbacoa o se usan para hacer margaritas. También se pueden usar para hacer mermelada.
Voorhes lleva varios años criando abejas. Son útiles para polinizar el jardín. Voorhes suele regalar la miel que recolecta.
CUÉNTANOS…
¿Qué te parece la reforma de este jardín?
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En esta imagen se aprecian los adoquines que hacen de marco para el romero trepador que llega desde el patio, donde la pareja tiene una barbacoa. Voorhes comenta que la ropa se seca más rápido en los tendederos al aire libre que en la secadora.
En las jardineras de la esquina hay plantados árboles que dan limas, limones y pomelos.