Houzz TV: Un piso en Barcelona repleto de ideas de decoración
Descubre la singular casa de Silvia Micolau, una periodista gastronómica que vive en el Ensanche barcelonés.
“Los objetos me llaman y me gusta tenerlos todos”, cuenta Silvia Micolau. Esta periodista gastronómica vive con su marido y su hija desde hace 8 años en este piso ubicado en el Eixample barcelonés. Entre los dos han sabido conjugar, decorativamente hablando, el estilo minimalista de él con la atracción por los objetos de diseño, las piezas fuera de lo común, los souvenir de los viajes y las múltiples colecciones que tanto le gustan a Silvia.
“El salón tiene pocos muebles, pero lo usamos mucho y nos gusta comer en el sofá”, sigue.
Sofá de Living Divani; lámpara de suelo Mirror Ball, de Tom Dixon; alfombra Dragonfly, de Nicky Haslam para The Rug Company
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Sobre el sofá destacan estas pequeñas obras de arte; entre ellas un cuadro que pintó su hermana y los cojines inspirados en una colección de cromos de gente de todas las naciones.
Encuentra ideas para decorar en Houzz entre miles de imágenes de espacios de estar
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En el recibidor, esta hermosa vitrina diseñada por Jaime Hayon para Bisazza que, según confiesa la propietaria, le gusta “por el grosor de los cristales y por la forma. En ella guardo los souvenir de nuestros viajes”, explica.
Uno de ellos es esta fuente de porcelana de Esther Derkx, con el cuerpo serigrafiando de una bañista, que Silvia compró en San Francisco.
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Pero hay más… Los cuatro de esta fotografía, que están en una de las baldas superiores de la vitrina, forman un bonito conjunto decorativo. La preciosa sopera, en el centro, es un diseño de Jurgen Bey con motivos holandeses dibujados a mano con lápiz: una reliquia traída de Ámsterdam. Detrás, dos reproducciones de obras de Arcimboldo. A la izquierda, un dragón-perro de madera tallada procedente de una tribu tailandesa: una antigüedad comprada en la ciudad de Chiang Mai. A la derecha, un animalito de madera quemada comprado en una feria en la zona del Uluru, Australia.
El comedor funciona como oficina, ya que la periodista trabaja desde casa. “La mesa LessLess es de Jean Nouvel para Molteni y las sillas también son de esta firma italiana. La que uso para trabajar es de Habitat”, explica. Las puertas de cristal mate dan entrada a la cocina. “Eso sí –se ríe– ahí mejor no entrar…”.
A Silvia le apasiona coleccionar cosas: pintalabios, cactus, macetas, botellas de agua –tiene unas 300–, libros de gastronomía… Las colecciones limitadas son su perdición y esto también se refleja en el espíritu de la vivienda.
De hecho, dos de las habitaciones de la casa están llenas de revistas. En la habitación principal destacan dos estanterías Random, de MDF Italia, y tres pufs Stones de una diseñadora de estadounidense.
En la habitación principal destaca el cuadro La piscina, de Elena Blasco, de la Galería Fúcares comprado en la feria ARCO. “Fue amor a primera vista. Me gustan los colores”, dice Silvia. Su hija Estela –de dos años– lo usa como ventana ya que suele poner la cuna junto a la cama.
Los textiles tienen un gran valor en su casa. “Tenemos una funda nórdica, de Valérie Barkowski, que para mí es un tesoro. Las mesitas de noche son de un diseñador japonés. Sobre la mía tengo enmarcada una postal de Nancy Robbins que me ha acompañado durante 20 años”, añade.
Mesitas de noche Prismatic, de Isamu Noguchi (1957) para Vitra;
Bombillas con soporte, de Habitat.
Mesitas de noche Prismatic, de Isamu Noguchi (1957) para Vitra;
Bombillas con soporte, de Habitat.
“Si tuviera que escoger un objeto de la casa, me quedaría con los cuadros dibujados por mi padre y mi hermana”. En esta foto, se puede ver el bodegón de frutas en almíbar que dibujó su padre, con lápices de colores Alpino, cuando estudiaba en el instituto.
La escalera que conduce a la terraza funciona también como escaparate para exponer esos objetos que, según Silvia, “la llaman”. Algunas macetas de su colección, de arriba abajo, son: una de fieltro; la Voltasol de cerámica, de Living Things, que gira en función del recorrido del Sol y ganó un premio Red Dot; y, finalmente, tres piezas de cerámica esmaltada, de Astier de Villatte, compradas en la tienda de París.
A Silvia le gustan las cosas en su sitio. “No cambio los objetos de lugar. Tienen un lugar fijo en la casa y allí los dejo”, dice.
La lámpara de suelo Mirror Ball, de Tom Dixon, es una de las piezas protagonistas en esta casa en la que reinan el diseño y los objetos poco comunes.
Sobre los contenedores de pared de Cappellini descubrimos esta caja fuerte/joyero forrada de terciopelo. Es un diseño de la creadora de joyas Solange Azagury-Partridge para la colección Very Important Products (VIP), de Habitat.
Todos los objetos esconden su historia, como este tocadiscos portátil Vestax, con discos heredados de sus padres; o carbón vegetal comprado en un viaje a Tokio.
¿Y este conejo tan particular? “La caja de madera y el conejo de porcelana formaban parte de un conjunto de regalo de la marca Samova, que se completaba con una lata de té. El conejo parecía estar tomando el sol sobre virutas de madera de color paja y yo las cambié y le puse estas virutas de ‘hierba’ fresca’”, dice.
“El rincón rústico”, como Silvia llama a este espacio de la foto, es una galería típica del Eixample donde atesora trofeos de caza de la tienda Azul Tierra (siguiente imagen). También destacan las sillas de los Eames para Vitra y una mesita tronco de la empresa e15.
Aunque para Silvia esta es “la zona de pensar”, en términos prácticos también funciona como lugar para dejar la ropa cuando la saca del tendedero.
Un aspecto importante por el que Silvia y Jordi decidieron comprar este piso fue sido la terraza: “ideal para mi colección de cactus y macetas”, explica la periodista.
El juego de mesa y sillas, de Gandia Blasco, es perfecto para esta terraza. “Es una de mis partes favorita de la casa”, explica.
Pregunta al experto: 7 plantas que harán de la terraza un oasis
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Quién vive aquí: Silvia Micolau, Jordi, su marido; y Estela, su hija.
Situación: Barrio de L’Eixample, Barcelona
Superficie: 120 metros cuadrados (aprox.)
“El piso nos gustó porque la reforma, aunque minimalista y de bajo presupuesto, nos pareció resultona y suficiente para nosotros. Habíamos visto muchos pisos antes, pero no nos gustaban las intervenciones que se habían hecho para renovarlo”, explica Silvia, que añade que, para decorarlo, le gusta “mezclar mobiliario de diseño con mobiliario básico y con objetos que compran en viajes”.