En casa de... Bárbara Solórzano: Bloguera de 'Mi cesta de mimbre'
Por fuera, ocre y verde, parece una casa de cuento; en el interior, rodeada de trucos deco, vive una familia numerosa.
Bea González
18 de octubre de 2017
Redactora en Houzz y periodista apasionada del diseño y de la arquitectura.
“Si tuviera presu ilimitado, la decoración de mi hogar sería la misma”. Con esta declaración de intenciones no es de extrañar que Mi cesta de mimbre, el blog de manualidades de Bárbara Solórzano, sea un éxito. La aventura comenzó hace ya 8 años junto a una amiga de la universidad: “Ella lo dejó y he seguido sola. Ahora quiero rebautizar el blog con mi nombre de Instagram [donde tiene más de 20 mil seguidores], Un poco de canela, y hablar más de mí que de mis hijos”. Su casa, un chalecito de dos plantas a un paso del Paseo de la Castellana, en Madrid, es luminosa, actual y muy práctica.
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En la imagen, Bárbara sosteniendo un libro de Loretta Lux, una de sus artistas preferidas
De un vistazo
Quién vive aquí: Bárbara Solórzano, su marido, Manuel, y sus hijos: Alejandra (8 años), Santi (6) y Gonzalo (4)
Blog: Mi cesta de mimbre
Situación: Plaza de Castilla, Madrid
Superficie: 300 metros cuadrados
Fotografías: Javier Bravo
En pleno proceso de mudanza virtual con su blog y con algunos cambios en mente, Bárbara cuenta que su casa ¡era una oficina! “En el recibidor estaba la secretaria; el resto estaba lleno de fotocopiadoras, con los despachos en las habitaciones. Estábamos buscando casa para alquilar y cuando salimos de verla, mi marido me miró y dijo: ‘Vamos a por la siguiente’. Y yo dije: ‘No, esta es la que necesitamos’. Vi al instante que tenía muchas posibilidades”, cuenta esta licenciada en Publicidad y apasionada de la decoración.
Dos plantas y diferentes niveles, además de un jardín delantero de lo más agradable, parecían buenas razones para quedarse. Los árboles altos y la colonia de pajaritos también sumaron algo. La guinda fue que estuviera cerca de los colegios y del trabajo. “No hicimos reforma porque la casa es de alquiler, pero sí un lavadito de cara con economía de guerra y con mis manos”, cuenta, orgullosa.
De un vistazo
Quién vive aquí: Bárbara Solórzano, su marido, Manuel, y sus hijos: Alejandra (8 años), Santi (6) y Gonzalo (4)
Blog: Mi cesta de mimbre
Situación: Plaza de Castilla, Madrid
Superficie: 300 metros cuadrados
Fotografías: Javier Bravo
En pleno proceso de mudanza virtual con su blog y con algunos cambios en mente, Bárbara cuenta que su casa ¡era una oficina! “En el recibidor estaba la secretaria; el resto estaba lleno de fotocopiadoras, con los despachos en las habitaciones. Estábamos buscando casa para alquilar y cuando salimos de verla, mi marido me miró y dijo: ‘Vamos a por la siguiente’. Y yo dije: ‘No, esta es la que necesitamos’. Vi al instante que tenía muchas posibilidades”, cuenta esta licenciada en Publicidad y apasionada de la decoración.
Dos plantas y diferentes niveles, además de un jardín delantero de lo más agradable, parecían buenas razones para quedarse. Los árboles altos y la colonia de pajaritos también sumaron algo. La guinda fue que estuviera cerca de los colegios y del trabajo. “No hicimos reforma porque la casa es de alquiler, pero sí un lavadito de cara con economía de guerra y con mis manos”, cuenta, orgullosa.
“A la escalera, de mármol antiguo y algo fea, le puse moqueta –si los niños se caen, el tejido amortigua un poco. Y el papel de rayas fue complicado de colocar, por los cambios de altura, pero ha quedado bien”, cuenta sobre el lavadito de cara que ha hecho en el amplio y luminoso recibidor de la casa. Además de la escalera en dos tramos, en este espacio la otra protagonista es una alfombra en tonos rosas de Kenay, a juego con el papel pintado. El suelo de madera ya estaba cuando llegaron.
Bárbara es una de esas mujeres afortunadas que puede compaginar trabajo y blog con el cuidado de sus tres hijos. Cada día, a las 2 de la tarde deja la empresa de botones y productos de confección de su familia para “cacharrear” con el blog, su casa y los pequeños:
“Hacer un botón cuesta muy poco dinero; para poder vivir de eso, hay que hacer muchos botones. En casa, hemos dado valor a no derrochar”, dice quien siempre se esfuerza por decorar a su manera: los tres pequeños jarrones de la imagen, sobre el suelo, son aceiteras recicladas.
Bárbara es una de esas mujeres afortunadas que puede compaginar trabajo y blog con el cuidado de sus tres hijos. Cada día, a las 2 de la tarde deja la empresa de botones y productos de confección de su familia para “cacharrear” con el blog, su casa y los pequeños:
“Hacer un botón cuesta muy poco dinero; para poder vivir de eso, hay que hacer muchos botones. En casa, hemos dado valor a no derrochar”, dice quien siempre se esfuerza por decorar a su manera: los tres pequeños jarrones de la imagen, sobre el suelo, son aceiteras recicladas.
El comedor se comunica con la cocina a través de un pasaplatos que permite la entrada de luz… y echar un ojo a los niños mientras se cocina. El mural pintado es obra de Gloria Loizaga; el centro de frutas llega vía Amazon Fresh mientras hacemos el reportaje.
“La casa es de los años 20 y en esa época no había salón. Esta era la salita en la que se hacía la vida. Hemos heredado la tradición y esta mesa sirve para todo, ¡también para comer!”. Aquí es donde Alejandra planea ser actriz de mayor, Santi hace serpientes de plastilina y Gonzalo, bueno, a Gonzalo le gustan las croquetas: “La tarta de su 4 cumpleaños, fue… de croquetas”.
“La casa es de los años 20 y en esa época no había salón. Esta era la salita en la que se hacía la vida. Hemos heredado la tradición y esta mesa sirve para todo, ¡también para comer!”. Aquí es donde Alejandra planea ser actriz de mayor, Santi hace serpientes de plastilina y Gonzalo, bueno, a Gonzalo le gustan las croquetas: “La tarta de su 4 cumpleaños, fue… de croquetas”.
La cocina, de tamaño medio, comunica con el comedor, la zona de despensa y el lavadero. “A pesar de ser una familia numerosa, no necesitamos mucho almacenaje. Hago compra semanal”, cuenta. Consiguió el papel de flores por internet. “En el blog y en casa quiero dejar claro que se puede tener una casa mona con poco presupuesto”. En el suelo de la cocina, Bárbara planea colocar papel vinilíco de azulejo hidráulico en el suelo, “pero no sale barato”. ¿Alternativa? “Hay una alfombra que lo imita y que dará color a este espacio”, dice.
¿Quieres darle un aire nuevo a la cocina? Prueba con papel pintado
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Esta sala es la misma donde se ubica el comedor. Junto a la ventana, hay un rincón de lectura. Tras decaparla y cambiar tiradores, la cómoda de Ikea luce como nueva. Colgada, una pintura de Óscar Bento que compraron con motivo de su boda. Por toda la casa hay velas: “Las enciendo cada noche: tengo un amplio presupuesto para pilas”, dice, entre risas. La falsa chimenea es de Maisons du Monde: “Pondré troncos en invierno”, avanza. Una foto de la artista Ouka Leele descansa sobre libros infantiles. La alfombra es de Borgia Conti.
Y de fondo, los pájaros del jardín, algunos de especies protegidas, y Bárbara al piano de pared. ¡Esta es, sin duda, una salita para todo!
Y de fondo, los pájaros del jardín, algunos de especies protegidas, y Bárbara al piano de pared. ¡Esta es, sin duda, una salita para todo!
“La bloguera Lucía Be vino a cenar a casa hace poco. Trajo unos centritos de flores naturales, que ya se han secado pero que quedan igual de bonitos”, cuenta.
Este rincón da acceso al salón y a la sala de juegos de los niños. Junto a la pequeña cama de día en color blanco, vemos la mesita de trabajo de Bárbara, de Ikea:
“La verdad es que los niños disfrutan mucho del blog y saben que son afortunados, porque pueden ir a sitios chulos gracias a que nos invitan. Pero ahora me apetece evolucionar y contar en el blog más cosas no tanto como madre, sino como Bárbara”, cuenta.
“La verdad es que los niños disfrutan mucho del blog y saben que son afortunados, porque pueden ir a sitios chulos gracias a que nos invitan. Pero ahora me apetece evolucionar y contar en el blog más cosas no tanto como madre, sino como Bárbara”, cuenta.
El salón aprovecha la doble altura de la casa. Los libros aquí son protagonistas: “Hygee. La felicidad en las pequeñas cosas (2017) me ha gustado mucho”, cuenta quien, sin embargo, también pasa buenos ratos disfrutando de series en Netflix: “Por 13 razones es la última que he visto”.
Aquí y allá, fotos personales, obras de arte e ilustraciones decoran y hacen aún más personales los espacios en casa de Bárbara. En la imagen, vemos una fotos de The Animal Print, la web de una fotógrafa americana que hace posar en su estudio a animales de verdad. “Por Reyes elegimos un animal para cada hijo. Cuando llegaron, hasta ellos ya sabían quién era quién: el oso es Santi, más bonachón; Gonzalo más activo, el zorrito, y Alejandra, una delicadita, el ciervo”. A la izquierda, una obra del conocido fotógrafo Chema Madoz.
Atravesando de nuevo la salita para todo y el recibidor, subimos hasta la planta de arriba, donde se ubican el dormitorio con vestidor, un baño y los dormitorios de los pequeños –Gonzalo y Santi comparten habitación. Los dormitorios infantiles tienen dos niveles, el de arriba abuhardillado.
En la habitación principal, hay una cama de 2 x 2 m que Bárbara consiguió comprar a buen precio, gracias a un contacto de su padre en un hotel de Santander. Para meterla en la habitación, tuvieron que hacerlo por partes. La acuarela es de María Miralles: los textiles, de Sandra Marqués, “monas y bien de precio”. Si lo dice Bárbara, ¡la creemos!
En general, la casa se ve muy despejada, especialmente tratándose de una familia numerosa: “No tengo trasteros, ni arcones porque son para acumular cosas que no se necesitan”, dice.
En general, la casa se ve muy despejada, especialmente tratándose de una familia numerosa: “No tengo trasteros, ni arcones porque son para acumular cosas que no se necesitan”, dice.
Los dientes de leche ya se empiezan a caer: el Ratoncito Pérez se ha instalado temporalmente en la casa. Su madriguera tiene forma de vinilo en la entrada al cuarto de los chicos.
Santi y Gonzalo comparten habitación. Bárbara compró la litera por internet: “Es un hueco raro en cuanto a medidas; tuve suerte”. La alfombra es de Ikea. Por las escaleras suben a un nivel superior abuhardillado que usan como cuarto de juegos.
“Los niños son bilingües. Mi marido vivió en Inglaterra y habla en inglés con ellos. Eso es un regalo”, dice.
Dormitorios con literas: Juega con la altura para maximizar el espacio
“Los niños son bilingües. Mi marido vivió en Inglaterra y habla en inglés con ellos. Eso es un regalo”, dice.
Dormitorios con literas: Juega con la altura para maximizar el espacio
En el nivel superior del dormitorio de los chicos está este mapamundi que vamos a regalar a uno de nuestros usuarios.
Los sombreros sirven para decorar pero también se usan, especialmente durante el verano.
Los sombreros sirven para decorar pero también se usan, especialmente durante el verano.
Alejandra, la hija mayor, está encantada en su habitación, muy luminosa. Aquí trabaja duro cada día haciendo los deberes de la escuela: como una buena fan de Harry Potter, planea entrar en Hogwarts a corto plazo: “La mesa de estudio es la que teníamos antes de casarnos. La pinté de blanco”, dice su madre.
“Las habitaciones de los niños tienen poca altura, así que al final tendremos que mudarnos. Me gustaría una casa sin escaleras, la verdad –cuenta Bárbara–. No soy muy nostálgica, así que a menudo cambio, vendo o regalo cosas”.
En la parte de arriba del cuarto de Alejandra, hay un bonito tocador, además de juguetes y otros detalles infantiles.
En la parte de arriba del cuarto de Alejandra, hay un bonito tocador, además de juguetes y otros detalles infantiles.
Aquí un detalle del mural que hay sobre la mesa de estudio de Alejandra: los pompones los ha hecho la madre de Bárbara; una amiga ha pintado las ramitas.
“De las pocas obras que hicimos fue poner una bañera para los niños. Aproveché lo que estaba ya en el baño –mármol incluido–, gastando lo menos posible”. La ilustración de toda la familia es de una artista que Bárbara conoció gracias al blog.
“En casa intentamos tener actitud positiva, me gustan las frases en las paredes o bordadas en cojines: me motivan. Desde hace 1 año, también lo hago en el blog”, cuenta.
Descubre más casas únicas en la sección ‘Bloggers’ de la Revista Houzz España
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Hortensias (Hydrangea macrophylla) y algarrobos (Ceratonio siliqua) dominan el jardín de la familia. Este rinconcito que vemos en la imagen es “de nueva creación. La silla Acapulco no la terminaba de ubicar en el interior. ¡El jardín nos da la vida!”. Y en ese momento aparece Gonzalo, que hoy viene a comer a casa con un amigo. “Mira, me están haciendo una entrevista”, dice Bárbara. “¿Hay Tosta Ricas?”, responde él, con ganas de galletas. Una de esas conversaciones caseras que solo pasan en las mejores familias.
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