El viburno: Belleza y polivalencia durante todo el año
Resistente y fácil de combinar, hay un viburno para cada lugar, para cada exposición e incluso para cada estado de ánimo. Aquí los tienes.
El primer viburno (Viburnum) con el que tuve el placer de encontrarme en esta vida de decenios y decenios de jardinería fue el “bola de nieve” o “mundillo” (Viburnum opulus). Como me lo compré en pleno invierno, que es cuando se trasplantaban antes (en los 60 y 70) los arbustos caducifolios, tuve ante mi cuatro palos desangelados. Pese a todo, aposté por él y poco después de su temprana brotada de abril, surgieron unas bolas de flores verde claro (unas bolas de nieve) ¡que a los pocos días comenzaron a tornar a blanco virginal! Ya en verano, esos corimbos de flores se transforman en racimos de bayas rojo brillante. Y llegado el otoño, su follaje vira al púrpura tostado. Aquí te presentamos un ramillete de estos arbustos; alguno autóctono de nuestras tierras y otros extranjeros pero perfectamente aclimatados.
Viburnum plicatum. Belleza por pisos. ¿Qué te parece el bellezón que aparece al fondo de la foto? esa especie de pastel con nata a capas horizontales… Sí, todo lo que hay delante, empezando por esas columnas que forman los cipreses o el laberinto de setos bajos de boj, es una delicia; incluso la bola roja de agracejo confiere al enclave una fuerte dosis de policromía, pero esa edificación vegetal llena de flores blancas es otra cosa.
Se trata de un espléndido viburno japonés (Viburnum plicatum), arbusto caducifolio que en ocasiones recuerda a Aralia elata, y que florece de este modo tan caprichoso, cubriendo sus ramas horizontales de “nieve” de flores muy sencillas, de cuatro-cinco pétalos, estériles y sin fragancia, pero tan bellas…
Como siempre, piensa en semisombra cuando pienses en viburnos. Piensa en suelo neutro o algo alcalino, y piensa en mantener a raya al indomable pulgón negro.
Se trata de un espléndido viburno japonés (Viburnum plicatum), arbusto caducifolio que en ocasiones recuerda a Aralia elata, y que florece de este modo tan caprichoso, cubriendo sus ramas horizontales de “nieve” de flores muy sencillas, de cuatro-cinco pétalos, estériles y sin fragancia, pero tan bellas…
Como siempre, piensa en semisombra cuando pienses en viburnos. Piensa en suelo neutro o algo alcalino, y piensa en mantener a raya al indomable pulgón negro.
Viburnum lantana. ‘El rey sol’.
Este es el viburno de más fácil autosiembra. Te acompañará siempre, ya sea porque lo compraste o porque apareció entre filas de rosas, en macizos de bienales, en la rocalla de vivaces alpinas…
Se trata del viburno lantana (Viburnum lantana), con follaje de gran similitud con la célebre planta de flor americana “bandera española” (Lantana camara).
Da color al jardín con la glicinia y el tamarindo.
Ni siquiera podemos decir que es un arbusto de hoja caduca, porque en realidad sólo pasa desnudo uno-dos meses al año, apareciendo el resto con este aspecto tan radiante, brillante, vigoroso, sano.
Son poquísimas las plagas o enfermedades que lo atacan, y se asocia muy bien con multitud de especies autóctonas, lo que le permite decorar jardines o rincones de ellos de lo más natural y espontáneo.
Flores blancas, bayas rojas, posibilidad de cultivo en macetón… todo son ventajas con este viburno tan recomendable.
Este es el viburno de más fácil autosiembra. Te acompañará siempre, ya sea porque lo compraste o porque apareció entre filas de rosas, en macizos de bienales, en la rocalla de vivaces alpinas…
Se trata del viburno lantana (Viburnum lantana), con follaje de gran similitud con la célebre planta de flor americana “bandera española” (Lantana camara).
Da color al jardín con la glicinia y el tamarindo.
Ni siquiera podemos decir que es un arbusto de hoja caduca, porque en realidad sólo pasa desnudo uno-dos meses al año, apareciendo el resto con este aspecto tan radiante, brillante, vigoroso, sano.
Son poquísimas las plagas o enfermedades que lo atacan, y se asocia muy bien con multitud de especies autóctonas, lo que le permite decorar jardines o rincones de ellos de lo más natural y espontáneo.
Flores blancas, bayas rojas, posibilidad de cultivo en macetón… todo son ventajas con este viburno tan recomendable.
Viburnum tinus. El gran jefe.
Popularmente conocido como “durillo”. Es uno de los arbustos más comunes entre todos los de nuestras latitudes.
El durillo (Viburnum tinus) sirve para todo.
- Consigue crear generosos e impenetrables setos, sobre todo bajos.
- Se erige como protagonista indiscutible entre las especies aptas para macetón.
- Florece en pleno invierno. Cuando más falta hacen las flores, transformándose sus blancas corolas en frutos en baya de un atractivo y original color acero (entre negro y azul).
A la sombra o al sol-sombra, los durillos siempre consiguen formar una capa verde de fondo en el jardín, que se valora siempre.
Su vida es larga y por eso es utilizado incluso en técnica bonsái.
Decora la fachada con flores y plantas.
Popularmente conocido como “durillo”. Es uno de los arbustos más comunes entre todos los de nuestras latitudes.
El durillo (Viburnum tinus) sirve para todo.
- Consigue crear generosos e impenetrables setos, sobre todo bajos.
- Se erige como protagonista indiscutible entre las especies aptas para macetón.
- Florece en pleno invierno. Cuando más falta hacen las flores, transformándose sus blancas corolas en frutos en baya de un atractivo y original color acero (entre negro y azul).
A la sombra o al sol-sombra, los durillos siempre consiguen formar una capa verde de fondo en el jardín, que se valora siempre.
Su vida es larga y por eso es utilizado incluso en técnica bonsái.
Decora la fachada con flores y plantas.
Un poco de todo para tu rincón silvestre. Cada vez es más importante, y es una tendencia imparable, dejar uno o varios enclaves del jardín para que las diferentes especies que vayan llegando campen a sus anchas.
Es lo que se conoce como “rincón silvestre”; fundamental desde el punto de vista estético.
En ocasiones, las plantas de estas zonas se convierten en huéspedes de plagas y enfermedades que de otra forma irían a las especies selectas y cultivadas (el mejor ejemplo lo tenemos con el pulgón de los ciruelos naturalizados).
En esta imagen podemos observar la especie lantana, rodeada de madreselva (Lonicera caprifolium); espino de fuego (Pyracantha coccinea) y lágrimas de la Virgen (Shymphoricarpos albus).
Es lo que se conoce como “rincón silvestre”; fundamental desde el punto de vista estético.
En ocasiones, las plantas de estas zonas se convierten en huéspedes de plagas y enfermedades que de otra forma irían a las especies selectas y cultivadas (el mejor ejemplo lo tenemos con el pulgón de los ciruelos naturalizados).
En esta imagen podemos observar la especie lantana, rodeada de madreselva (Lonicera caprifolium); espino de fuego (Pyracantha coccinea) y lágrimas de la Virgen (Shymphoricarpos albus).
Viburnum odoratissimum. El gran gigante. Dentro de los viburnos de hoja perenne no hay que pasar por alto el que en los últimos tiempos está adquiriendo mayor protagonismo a la hora de confeccionar setos, desde medianos hasta de grandes dimensiones: el Viburnum odoratissimum.
Plantas y flores de sombra para diseñar un jardín espectacular.
Como seto medio (o barriguero) sirve de obstáculo para el acceso a tu rincón íntimo del jardín. Como seto alto, dos metros y más, evita las incómodas vistas y el molesto sonido de los alrededores.
Hojas brillantes, difíciles de estropear incluso por la pesada avispa serradora de hojas…
Plantas y flores de sombra para diseñar un jardín espectacular.
Como seto medio (o barriguero) sirve de obstáculo para el acceso a tu rincón íntimo del jardín. Como seto alto, dos metros y más, evita las incómodas vistas y el molesto sonido de los alrededores.
Hojas brillantes, difíciles de estropear incluso por la pesada avispa serradora de hojas…
El mundillo,… para el otoño. Te lo decíamos antes: cuando llega el otoño y cuentas con mundillos o bolas de nieve (Viburnum opulus) en tu jardín, debes sentirte muy afortunado ya que sus hojas tornan, viran, a unos tonos increíbles.
Partiendo de la base de la ausencia de la verde clorofila que se produce en el follaje en cuanto bajan las temperaturas, en los limbos foliares queda como sustancia dominante en las vacuolas celulares la antocianina, roja y protectora, que en contacto con otros pigmentos de otros colores forma paletas de colores increíbles, tal vez dominado por ese púrpura mágico de la fotografía.
Partiendo de la base de la ausencia de la verde clorofila que se produce en el follaje en cuanto bajan las temperaturas, en los limbos foliares queda como sustancia dominante en las vacuolas celulares la antocianina, roja y protectora, que en contacto con otros pigmentos de otros colores forma paletas de colores increíbles, tal vez dominado por ese púrpura mágico de la fotografía.
Viburnum carlesii. Uno de los nuestros. A pesar de su origen oriental (se conoce en todo el mundo como viburno koreano), Viburnum carlesii es considerado como una especie resistente y perfectamente aclimatada a nuestras latitudes. Se puede encontrar en jardines a todo lo ancho del centro peninsular. Su porte es vertical redondeado y se trata de un arbusto de crecimiento lento, hoja caduca y altura de alrededor de dos metros en condiciones óptimas de cultivo.
A finales de marzo o principios de abril aparecen unas vibrantes flores rosa, que posteriormente cambian a blanco y se disponen en racimos. Las flores son muy fragantes y dan paso a frutos de lo más exótico, entre azul y negro, al final del verano. Con clima favorable, el follaje de otoño resulta asimismo atractivo y vistoso.
A finales de marzo o principios de abril aparecen unas vibrantes flores rosa, que posteriormente cambian a blanco y se disponen en racimos. Las flores son muy fragantes y dan paso a frutos de lo más exótico, entre azul y negro, al final del verano. Con clima favorable, el follaje de otoño resulta asimismo atractivo y vistoso.
Se trata del mundillo o bola de nieve (Viburnum opulus), arbusto caducifolio de gran desarrollo con atributos valiosísimos:
- Flores grandes, vistosas y en tumulto.
- Que se transforman en brillantes bayas rojas.
- Hojas verde claro, aserradas y lobuladas, que cambian en otoño a espectaculares tonos rojizos.
Su exposición ideal es al sol-sombra. Aquí puedes contemplarlo ante un laurel (Laurus nobilis) que lo sombrea en los momentos de máxima insolación del día.
El contraste que efectúa con fachadas oscuras, como las de esta casa entre salmón y granate, es efectivo y espectacular.